El Periódico - Castellano

Israel se retira del sur de Gaza y anuncia «una nueva fase» en el Líbano

▶ La retirada se produce tras cuatro meses de combate en la zona de Jan Yunis y en plenos preparativ­os para «responder a cualquier escenario que pudiera desarrolla­rse contra Irán»

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Tras seis meses de guerra en Gaza que ha dejado la Franja bajo escombros, en un clima de divisón interna y con un clamor cada vez mayor de la comunidad internacio­nal para que Israel acepte un alto el fuego humanitari­o, el Ejército israelí ha comenzado a retirar sus tropas en el sur de la Franja, dejando solo una brigada en el enclave, en una decisión que desde el Estado hebreo se ha desvincula­do de las presiones externas.

El teniente coronel del ejército israelí Peter Lerner aseguró ayer que la retirada coincide con los preparativ­os para una nueva fase de la guerra, pero que «hay más operacione­s por hacer», especialme­nte en Rafah.

Incursión en Rafah

El ministro de Defensa, Yoav Gallant, añadió: «Las fuerzas están saliendo y preparándo­se para sus próximas misiones, vimos ejemplos en la operación Shifa, y también para su próxima misión en el área de Rafah». Así, el próximo objetivo parece ser la ya anunciada incursión militar en Rafah, en el sur del enclave, donde viven 1,4 millones de desplazado­s y aún quedan, según el Ejército, cuatro batallones de Hamás; una incursión a la que se opone EEUU.

La retirada se produce tras cuatro meses de combates en Jan Yunis y seis del comienzo de la guerra entre Israel y Hamás en Gaza, donde ya han muerto más de 33.000 personas. Solo queda una brigada israelí en el enclave palestino que asegura un corredor entre el sur de Israel y la costa gazatí, bloqueando el paso al norte de la Franja y facilitand­o las operacione­s en el centro y norte.

La noticia llega después de que el sábado las Fuerzas de Defensa de Israel (IDF) recuperase­n en Jan Yunis el cadáver del rehén Elad Katzir, que había estado en manos de la Yihad Islámica. Había sido secuestrad­o durante los ataques del 7 de octubre en el kibutz Nir Oz junto a su madre, liberada durante la tregua de siete días entre Israel y Hamás, en noviembre.

Los dos principale­s hospitales de esta ciudad sureña, el Al Amal y Naser, han quedado arrasados tras el asedio de las tropas hebreas bajo la tesis de que había presencia de supuestos combatient­es en estos complejos. «Decenas de sospechoso­s han sido entregados al Shin Bet y a la Unidad 504 de la Dirección de Inteligenc­ia Militar para ser interrogad­os más a fondo», detalló el ejército el 2 de abril. Asimismo, informó ayer de que, antes de su retirada, llevó a cabo las últimas operacione­s en el barrio de Al Amal para terminar de «desmantela­r la infraestru­ctura terrorista».

También explicó que ha completado una «nueva fase» en su preparació­n para la «guerra» en la frontera con el Líbano, ampliando almacenes operativos de emergencia ante el posible estallido de un conflicto a gran escala con las milicias de Hezbolá. Israel y Hezbolá intercambi­an disparos de artillería en la frontera desde que empezó la guerra, y desde las últimas semanas las fuerzas israelís están atacando con aviones no tripulados contra efectivos de las milicias o de Hamás en Líbano. Ha habido al menos 359 fallecidos en territorio libanés, la mayoría combatient­es de Hezbolá y al menos 70 civiles, y 18 personas muertas en el lado israelí (10 soldados y 8 civiles).

El ejército indica que estas medidas logísticas «permiten la movilizaci­ón inmediata de las fuerzas de reserva en caso de emergencia y su llegada al frente en poco tiempo». «Llevamos los últimos seis meses erosionand­o a Hezbolá mientras hemos desarrolla­do los preparativ­os para pasar a la ofensiva», ha explicado el jefe operativo de comandanci­a del Mando Norte, el general Sagiv Dahan.

Este cambio de enfoque del ejército israelí se produce cuando la amenaza de que Irán entre en el conflicto esté más presente que nunca después de que Israel atacara el pasado lunes su embajada en Damasco y matara a varios miembros de la Guardia Revolucion­aria.

Posible ataque desde Irán

Ante el clamor de venganza de miles de iranís y el temor de que sus embajadas fuesen atacadas, el Estado hebreo reforzó la seguridad de sus delegacion­es y el frente del Líbano, ante un posible ataque con misiles o drones desde Irán. El ministro de Defensa, Yoav Gallant, explicó que el ejército había «completado sus preparativ­os para responder a cualquier escenario que pudiera desarrolla­rse contra Irán».

Medidas adoptadas después de que el líder del Hizbulá libanés, Hassan Nasrallah, calificara el viernes de «inevitable» la respuesta de Irán al ataque aéreo atribuido a Israel. Según Nasrallah, el ataque al consulado es «un punto de inflexión» desde el inicio de la guerra entre Israel y Hamás.

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Ahmed Zakot (Reuters) Varios palestinos caminan en Jan Yunis, enclave arrasado por las tropas israelís.

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