Los guardianes de las esencias
Las autoridades francesas no prevén un partido especialmente conflictivo mañana, pese a las amenazas de los ultras parisinos contra el Barça, que estará apoyado por unos 2.000 aficionados.
«Una movilización total y colectiva de cada uno» contra «el innoble Barcelona». Con estas palabras, publicadas el domingo en las redes sociales, el Colectivo de Ultras de París (CUP) ha caldeado el ambiente del apasionante duelo entre el París Saint-Germain y el Barça, en la ida de los cuartos de final de la Champions. Visto desde España, el comunicado del grupo de radicales del PSG puede suscitar cierto temor sobre el transcurso del partido de mañana. No obstante, ese mensaje forma parte del folclore del fútbol en Francia y en muchos otros países. También refleja la voluntad del CUP de convertir el Parque de los Príncipes en una caldera para recibir a los azulgranas, convertidos en uno de los grandes adversarios europeos de los parisinos desde hace una década. La histórica remontada del Barça por 6-1 en marzo de 2017, la marcha de Neymar a la capital francesa el año siguiente, la llegada de Messi a París en 2022… Todos esos episodios han reforzado la enemistad deportiva entre PSG y Barça.
A pesar de ello, las autoridades no prevén un partido especialmente peligroso. Unos 300 policías estarán desplegados en los aledaños del estadio. Unos 2.000 culés viajarán a la capital francesa, entre los cuales no está previsto que haya ultras, lo que contribuye, según las autoridades, a disminuir el riesgo del encuentro.
Los ultras parisinos también podrían mostrarse menos efervescentes dentro del Parque de los Príncipes que en otros partidos de Champions. Están advertidos de que si utilizan sus tradicionales bengalas, la UEFA los sancionará de cara a unas hipotéticas semifinales de su equipo. Creado en 2016, el CUP «agrupa a distintos grupos de ultras» y «tiene una relación ambigua con la violencia», explica a EL PERIÓDICO Sébastien Louis, especialista de los aficionados radicales en Europa.
Insultos a Messi y Neymar
«Aunque el presidente Nasser alKhelaïfi les hizo firmar en 2017 un reglamento interno en que condenaban las acciones violentas, esa firma solo tiene un valor formal, ya que como cualquier grupo de ultras aceptan la violencia», recuerda el autor del libro Ultras, les autres protagonistes du football. « No es de los grupos más conflictivos en Francia (…) y alrededor del Parque de los Príncipes no suelen producirse incidentes. Estos resultan más habituales en los desplazamientos», añade este experto.
Los ultras parisinos hicieron correr ríos de tinta hace un año con sus silbidos y manifestaciones contra Messi y Neymar, a los que tachaban de «mercenarios». Incluso decenas de aficionados llegaron a concentrarse delante del domicilio del brasileño. Aunque el CUP se desmarcó de esa acción, la dirección del PSG la atribuyó a ese grupo, compuesto por unos 3.000 integrantes sin ideología política pero que se ven como los guardianes de las esencias de su equipo.
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