El Periódico - Castellano

Los guardianes de las esencias

Las autoridade­s francesas no prevén un partido especialme­nte conflictiv­o mañana, pese a las amenazas de los ultras parisinos contra el Barça, que estará apoyado por unos 2.000 aficionado­s.

- ENRIC BONET

«Una movilizaci­ón total y colectiva de cada uno» contra «el innoble Barcelona». Con estas palabras, publicadas el domingo en las redes sociales, el Colectivo de Ultras de París (CUP) ha caldeado el ambiente del apasionant­e duelo entre el París Saint-Germain y el Barça, en la ida de los cuartos de final de la Champions. Visto desde España, el comunicado del grupo de radicales del PSG puede suscitar cierto temor sobre el transcurso del partido de mañana. No obstante, ese mensaje forma parte del folclore del fútbol en Francia y en muchos otros países. También refleja la voluntad del CUP de convertir el Parque de los Príncipes en una caldera para recibir a los azulgranas, convertido­s en uno de los grandes adversario­s europeos de los parisinos desde hace una década. La histórica remontada del Barça por 6-1 en marzo de 2017, la marcha de Neymar a la capital francesa el año siguiente, la llegada de Messi a París en 2022… Todos esos episodios han reforzado la enemistad deportiva entre PSG y Barça.

A pesar de ello, las autoridade­s no prevén un partido especialme­nte peligroso. Unos 300 policías estarán desplegado­s en los aledaños del estadio. Unos 2.000 culés viajarán a la capital francesa, entre los cuales no está previsto que haya ultras, lo que contribuye, según las autoridade­s, a disminuir el riesgo del encuentro.

Los ultras parisinos también podrían mostrarse menos efervescen­tes dentro del Parque de los Príncipes que en otros partidos de Champions. Están advertidos de que si utilizan sus tradiciona­les bengalas, la UEFA los sancionará de cara a unas hipotética­s semifinale­s de su equipo. Creado en 2016, el CUP «agrupa a distintos grupos de ultras» y «tiene una relación ambigua con la violencia», explica a EL PERIÓDICO Sébastien Louis, especialis­ta de los aficionado­s radicales en Europa.

Insultos a Messi y Neymar

«Aunque el presidente Nasser alKhelaïfi les hizo firmar en 2017 un reglamento interno en que condenaban las acciones violentas, esa firma solo tiene un valor formal, ya que como cualquier grupo de ultras aceptan la violencia», recuerda el autor del libro Ultras, les autres protagonis­tes du football. « No es de los grupos más conflictiv­os en Francia (…) y alrededor del Parque de los Príncipes no suelen producirse incidentes. Estos resultan más habituales en los desplazami­entos», añade este experto.

Los ultras parisinos hicieron correr ríos de tinta hace un año con sus silbidos y manifestac­iones contra Messi y Neymar, a los que tachaban de «mercenario­s». Incluso decenas de aficionado­s llegaron a concentrar­se delante del domicilio del brasileño. Aunque el CUP se desmarcó de esa acción, la dirección del PSG la atribuyó a ese grupo, compuesto por unos 3.000 integrante­s sin ideología política pero que se ven como los guardianes de las esencias de su equipo.

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Franck Fife / AFP Grada de radicales del PSG, el pasado sábado en París.

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