El Periódico - Castellano

Locura de empate en el Bernabéu

El City se adelantó con un gol de Bernardo Silva contrarres­tado por el Madrid con tantos de Ruben Dias en propia meta y Rodrygo. Foden y Gvardiol golpearon de nuevo para los ingleses, pero Valverde selló unas tablas frenéticas.

- FERMÍN DE LA CALLE

El Real Madrid y el Manchester City regalaron un partido de ida y vuelta más propio de la Premier que de la Champions. Un encuentro con goles (3-3) y alternativ­as en el marcador, donde empezó mandando el City, remontó el Madrid, se volvieron a adelantar los ingleses y terminó en empate. Un duelo que rompe el pronóstico conservado­r de Pep Guardiola, que aventuró que los dos especularí­an, y que deja la resolución de la eliminator­ia para la vuelta en el Etihad. Y un choque en el que Rodrygo y Foden cumplieron las expectativ­as, mientras Haaland, Bellingham y Lunin quedaron señalados.

Afirmó en la previa Guardiola que el City aprendió de su eliminació­n dos temporadas atrás con los dos goles en un minuto de Rodrygo y que entendía que el Madrid también lo habría hecho del 4-0 en el Etihad del mayo pasado. Lo que invitaba a pensar en una partida de ajedrez entre Pep y Carletto. Sin embargo, Ancelotti había advertido que «el sufrimient­o» le «mantiene vivo», enigmático mensaje que no es la primera vez que apunta.

Courtois, añorado

Como si supiera lo que iba a deparar un partido en el que el Madrid debía llevar al vértigo para rentabiliz­ar las bajas del City (Ederson, Ake, Walker y De Bruyne) y el peso en las piernas de los partidos disputados mientras los blancos descansaba­n. Y hubo vértigo, pero no en la forma que pensaba Carletto. Al minuto Tchouaméni, que no jugará en Manchester, vio la amarilla por una falta que Bernardo Silva aprovechó para recordar que en la portería no está Courtois. Lunin estuvo notable, pero no es un portero sobresalie­nte. Y a estas alturas la excelencia es el listón. Un error del ucraniano y a la lona.

No se desmoronó el Madrid, con 179 minutos por jugar. Los de Ancelotti se toparon con un City en bloque medio y la línea lejos de Ortega Moreno, lo que afiló el colmillo de un Madrid que olía sangre. A los 10 minutos Camavinga, al que Grealish desatendió pese a las órdenes de Guardiola, sacó un disparo sin peligro aparente que se topó con Dias y acabó en la red. Otro puñetazo en el tablero.

En dos minutos

Aún andaban recolocand­o las piezas cuando un balón a la espalda de la zaga inglesa fue recogido por Rodrygo, que vive en estado de gracia ante los citizens, para embocar un remate entre las piernas de Akanji que entró llorando a la red tras tocar en el defensa. En dos minutos el jaque inglés se fue al traste.

El Madrid mantenía el partido desbocado, consciente de que viajar al Etihad sin ventaja les condenaba. Un tuya-mía con más calle que césped de Vinicius y Rodrygo terminó con un disparo del segundo que lamió el palo de Ortega. El City regalaba espacio a su espalda y los brasileños se divertían con ello. Pero los blancos no terminaban de dar la puntilla a los de Guardiola, que echaban en falta a Haaland tanto como los de Ancelotti a Bellingham.

Salió más arriba el City tras el descanso para incomodar a los locales en la salida de balón, lo que generó aún más espacios a la espalda de la defensa inglesa. Los dos equipos eran más reconocibl­es: los locales agazapados a la espera de desatar una contra y los visitantes

dominando el juego desde la posesión en campo contrario. El encuentro y quizá la eliminator­ia, dependían más que nunca del acierto en el área de unos y otros. Bellingham, en su peor partido como jugador blanco, y Vinicius desperdici­aron dos llegadas claras con un Madrid que nada tenía que ver con el de la primera parte.

Con Stones incrustado en el mediocampo, el City llevó el choque al borde del área madridista. Y desde allí llegaron los dos goles de los ingleses: el primero con un zurdazo deslumbran­te de Foden a la escuadra. El segundo con un sorprenden­te derechazo que Gvardiol abrochó a la derecha de Lunin cinco minutos después. El City le daba la vuelta al marcador con suficienci­a y fútbol ante un Madrid que se empequeñec­ía por momentos.

Intentó cambiar Ancelotti el ritmo de los suyos con Brahim y Modric por Rodrygo y Kroos en una decisión discutible, porque el brasileño era el jugador más entonado de los blancos y Bellingham se paseaba por el campo . Tenía el Madrid un cuarto de hora para rescatar el partido (y la eliminator­ia). Y lo hizo a medias, porque el gol de Valverde en el 78 cerró el choque con unas tablas que saben a triunfo para un City que rozó la victoria y obligan al Madrid a acudir al Etihad, el infierno celeste, en busca del milagro y de paso resarcirse de la goleada del año pasado.

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Violeta Santos Moura / Reuters
 ?? ?? Haaland salta por encima de Rüdiger y Mendy, en el trepidante partido entre el Madrid y el Manchester City disputado ayer en el Santiago Bernabéu.
Haaland salta por encima de Rüdiger y Mendy, en el trepidante partido entre el Madrid y el Manchester City disputado ayer en el Santiago Bernabéu.

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