Un amigo de Zaplana confirma en el juicio que actuó como su testaferro
▶ Joaquín Barceló, que se enfrenta a ocho años de cárcel, asegura que el exministro le pidió que se ocupase de su dinero «porque él estaba en política»
Joaquín Barceló Llorens, Pachano, amigo de la infancia de Eduardo Zaplana, exdirectivo de Terra Mítica y exalto cargo de Turismo, tiró ayer de la manta ante el tribunal de la Sección Cuarta de la Audiencia de València y confirmó su papel de hombre de paja en el caso Erial.
Barceló se enfrenta a ocho años de cárcel, según la petición de la Fiscalía Anticorrupción. Su confesión detallada de ayer, que se prolongó durante cuatro horas, redundará en beneficios penales que se conocerán en el informe final del fiscal.
Barceló confirmó que conoce a Zaplana desde hace «50 años. Por amistad. Círculos de salir y ser amigos desde siempre». A las 10.22 horas llegó la primera confesión. El fiscal le preguntó sobre Imison, la empresa utilizada por los Cotino para pagar las presuntas mordidas a Zaplana y Olivas; Barceló admitió que la conoció. Y que acudió a Luxemburgo para hacerse «cargo de ella por parte de Eduardo Zaplana».
«Me dijo que Juan Francisco García [exjefe de gabinete de Zaplana] se había portado bien con él, y le había dado 2,5 millones. Y que si me podía hacer cargo de ellos, porque estaba en política y tenía más miedo mediático que jurídico. Me dijo que era una operación transparente y lícita».
Barceló dio detalles de la operación: «Fuimos en avión privado con los Cotino a Luxemburgo. Fue Zaplana quien me dijo que fuera en el avión. En Luxemburgo nos entrevistamos con Beatriz García Paesa. El dinero no era mío. Yo me entero de todo cuando la UCO entra en mi casa. Y me entero de que había seis millones en la cuenta. Yo les dije que solo había 2,5 millones».
Sí negó «haber hecho transferencias a Luxemburgo». «Esa firma de ahí es falsa. Yo no tomaba decisiones sobre el dinero de Luxemburgo. Yo estaba convencido de que el dinero era totalmente lícito», dijo.
Pachano también confirmó que «siempre» ha confiado «en el señor Francisco Grau», el ingeniero financiero del caso Erial, según los investigadores. «He firmado todo lo que me ha puesto delante. Yo no le daba indicaciones de carácter económico», afirmó.
Una cuenta en Andorra
Entre los favores a Zaplana figura la cuenta Señor 420092 abierta por Barceló en Andorra para él, pero que utilizó la trama. «Se lo conté como una anécdota que había abierto la cuenta» que llegó a tener cinco millones de euros.
«¿Era usted el testaferro de Zaplana?», preguntó a bocajarro el fiscal. «A mí me decían que era dinero de Zaplana y de la familia. Yo era amigo, le hacía favores. Si eso se llama testaferro, pues testaferro», declaró Pachano.
A partir de entonces, Barceló firmaba todo lo que ponía en frente Francisco García y ejercía de hombre de paja de Zaplana para la compra del piso en el exclusivo barrio de Salamanca, en la calle Núñez de Balboa, o en el pelotazo de tres millones de euros en la cotizada urbanización de «La Finca». Barceló también admitió que trabajaba para canalizar las inversiones inmobiliarias de Zaplana. «Me pidió que me encargase de su dinero porque él estaba en política y lo hice. Me lo pidió como favor y al principio lo vi lícito», dijo. ■