Contra el colonialismo
El diseñador colombiano Velásquez se inspira en la población minera de Marmato, donde creció, para denunciar la llegada de empresas que reemplazan a los trabajadores por máquinas.
La moda también puede ser una manera de hacer crítica social y denunciar las injusticias que ocurren en el mundo. Al menos, así lo percibe Mateo Velásquez, diseñador de la marca que lleva su apellido, que debutó ayer en la 080 Barcelona Fashion Week, en el Recinte Modernista de Sant Pau. Originario de Colombia, Velásquez creció entre Madrid y Londres. En la ciudad inglesa nació la marca, pero la saturación creativa de la capital británica le hizo sentir «que no podía tener una voz», declara el director creativo de la firma en una entrevista con este diario, y decidió volver a España (esta vez, a Barcelona, donde vive desde hace dos años).
Aquí ha encontrado el lugar perfecto para explotar la marca. «A mí me gustan los lugares donde puedes expresarte de cualquiera manera, salir a la calle de cualquier forma sin que te digan nada», destaca de la capital catalana. «En realidad, lo que quiero lograr con la marca –explica– es que en cualquier lugar del mundo puedas sentir esa libertad y poder normalizar el hecho de ser diferente».
Simbolismo
La colección que presentó en la semana de la moda barcelonesa se titula Barequero (minero que se dedica a la extracción de oro de los yacimientos) y se basa en Marmato, el pueblo de Colombia en el que Velásquez creció y donde el 90% de los habitantes son mineros tradicionales. «En los últimos años han venido corporaciones internacionales a intentar adueñarse de las tierras y, como la situación política en Colombia es un poco inestable, siempre se cede más a aquellos que tienen más peso a nivel internacional», relata el diseñador. Ahora los mineros están siendo reemplazados por máquinas, pierden sus trabajos y están siendo desplazados de donde han nacido y de lo único que saben hacer.
«Quería contar esa historia durante el desfile de manera simbólica, con una performance en la que simbolizamos el saqueo de culturas, de minerales», detalla el colombiano. «Luego la colección es más una celebración a las personas de allí y a la clase obrera», apunta. Aunque él habla de Marmato, se puede desplazar la crítica a otros lugares en los que «empresas que no tienen nada que ver con la forma de vida de las personas de esos lugares vienen a imponer cómo vivir». Una forma de «colonialismo moderno», según el diseñador.
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