El Periódico - Castellano

París, la noche soñada por Xavi

No había vivido el entrenador un partido tan redondo desde hace dos años y medio. Malvivía el Barça en la Europa rica (Champions) y hasta en la pobre (Europa League). Y un lustro después se siente cerca de volver a la aristocrac­ia.

- MARCOS LÓPEZ

Tras dos años y medio malviviend­o por Europa, la rica (Champions) y la pobre (Europa League), Xavi descubrió en París la noche que tanto soñaba. La noche casi perfecta en la que su Barça alzó la voz al continente para proclamar, como reconoció luego el propio técnico, que «está vivo», más cerca que nunca de las semifinale­s tras el 2-3 en el Parque de los Príncipes. Se asoma a un territorio que no pisaba desde mayo de 2019 cuando el Liverpool aplastó al Barça de Valverde en Anfield. Y, además, ganó el primer duelo táctico a Luis Enrique. El segundo y último será el martes en Montjuïc.

1 EXCELENTE GESTIÓN TÁCTICA Y EMOCIONAL.

Tuvo tiempo para preparar la cita de París. Y lo aprovechó bien Xavi. Tuvo tiempo para diseñar su plan táctico, con una valiente y decidida apuesta por los jugadores creativos (salió en el Parque de los Príncipes sin un mediocentr­o defensivo porque quiso proteger a Christense­n), además de una excelente reacción desde el banquillo cuando el partido se enredó con el 2-1 del Paris SG. Hizo entrar a Pedri y un minuto después este firmó una mágica asistencia a Raphinha en el 2-1. Hizo entrar luego a Christense­n y este a la salida de un córner, servido por Gündogan, anotó un minuto después el cabezazo del 3-2. Además, el técnico gestionó con tacto el clima volcánico que instauró Luis Enrique al apropiarse del ADN Barça. No entró Xavi en el cuerpo a cuerpo, estando hábil e inteligent­e en su respuesta en la que englobó a Guardiola (Manchester City) y Mikel Arteta (Arsenal) como entrenador­es que también encarnan y representa­n el ADN Barça. Dibujó el partido con rigor («hemos defendido bien», dijo), atrevimien­to y «personalid­ad», la misma que tuvo el Barça. «Tal vez es mi noche más feliz en Champions pero no en mi etapa como entrenador. Ojalá sea mejor la del martes» deseó el técnico. «Estamos a mitad de camino, nada está hecho».

2 ENJAULADO, ANULADO Y DESACTIVAD­O MBAPPÉ.

Ni se le vio. Estuvo, pero no jugó en el Parque de los Príncipes, encarcelad­o como quedó por el plan táctico ideado por Xavi, quien le puso hasta tres peajes. Ninguno superó la estrella francesa. Invisible Mbappé. No tiró ni a la portería de

Ter Stegen. El primer peaje era Koundé, quien ha recuperado en los dos últimos meses su mejor versión como lateral derecho. Anuló Jules a su compatriot­a de una manera exquisita, con una excelente interpreta­ción defensiva. Y de forma limpia (no cometió ni una sola falta), ayudado, en todo momento por Araujo o Sergi Roberto, pendiente como estaba al ser el tercer y último peaje de cualquier ayuda. Se marchó frustrado Mbappé: tres disparos, dos bloqueados por la defensa azulgrana y uno que se marchó fuera. Ni como extremo izquierdo, donde actuó en la primera parte, ni como nueve, donde se movió en la segunda, se vio al delantero más letal del fútbol mundial. Llevaba 39 goles en 40 partidos. Y en el 41 se quedó seco y mudo. El Barça lo dejó sin voz. «Hemos frenado muy bien a Mbappé. Jules y Ronald han estado muy pendientes de sus desmarques al espacio», admitió Xavi.

3 VICTORIA PARA SEPULTAR DEMONIOS EUROPEOS.

«Ojalá hayamos enterrados los fantasmas en la Champions», proclamó un feliz Xavi tras espantar con su triunfo en París los demonios que atormentab­an al Barça en los últimos cinco años. Desde el 10 de abril de 2019, cuando el equipo de Valverde ganó en Old Trafford al Manchester United (0-1, gol de Shaw en propia puerta), no conocía el dulce sabor del triunfo en una eliminator­ia fuera de su casa. Un lustro de caos y derrotas, incluida la Europa League donde fue incapaz en los dos últimos años de llegar ni tan siquiera a las semifinale­s, arrastránd­ose de mala manera por el continente.

«Todo ha salido bien», confesó el técnico del Barça, «orgulloso» del comportami­ento de sus jugadores, capaces de sobreponer­se al 2-1 del Paris SG, un escenario que en otras ediciones habría sido definitivo. Pero en el Parque de los Príncipes no fue la condena de nada sino el punto de partida de una reacción espectacul­ar, sintetizad­a en los goles de Raphinha (m. 62) y Christense­n (m. 77), todo en un inolvidabl­e cuarto de hora. «Los jugadores se lo creen», argumentó el entrenador azulgrana, que ya tiene la victoria que tanto perseguía. Y necesitaba.

4 POSESIÓN PERDIDA, PERO CARÁCTER Y DOMINIO.

El Barça de Xavi perdió la posesión en París, pero ganó el partido. No monopolizó el balón como tanto le gusta, pero dominó al equipo de Luis Enrique. Dio menos pases (328 con acierto de los 395 que intentó, 83% con éxito) que el PSG (503 de 587, 89%) pero supo llevar el partido a un escenario donde se salió con la suya. Fue un equipo reconocibl­e, sobre todo en la primera mitad, superado el agobio inicial de su rival. Y tuvo, además, un soberbio espíritu competitiv­o que le permitió adaptarse de forma camaleónic­a a lo que demandaba la exigente noche europea.

Aguantó al principio, dominó después, se quebró en el desconcert­ante arranque de la segunda parte y luego se levantó con grandeza para ganar sostenido por una excelente estructura defensiva, como admitió el técnico. En los

tres partidos que ha perdido la posesión esta temporada ha ganado el Barça. Ocurrió ante la Real Sociedad (49%) aunque triunfó en San Sebastián (0-1, gol agónico de Araujo), se repitió luego frente al Nápoles (49%), pero se impuso en Montjuïc (3-1) y también repitió idéntica fórmula contra el Paris SG (44%) para alcanzar un triunfo espectacul­ar (2-3). 1 de Vitinha llevaron al equipo de Xavi a un escenario delicado. No estuvo cómodo en ese extraño inicio de la segunda mitad, que avala las palabras de Xavi tras el triunfo, advirtiend­o de que «Luis Enrique no regalará nada» trabajando el papel emocional. Pero esa fase del partido le sirvió como mensaje a Xavi porque encontró lo que buscó.

Halló estabilida­d después de esos tres minutos en lo que todo se envenenó, aunque detectó el entrenador respuestas tanto en la pizarra previa como en los movimiento­s posteriore­s, con jugadores como Raphinha (autor de sus dos primeros goles en la Champions) asumiendo un papel estelar en Europa. «Es un jugador diferente y diferencia­l. Es de los mejores que va al espacio, es intenso, va a la presión alta y trabaja para el equipo», contó el técnico. Y el Barça, tras caer con el Villarreal (3-5) y anunciar su adiós en diferido, encadena ya 12 partidos consecutiv­os sin perder: nueve victorias y tres empates. «¿Mi futuro? Esto no cambia nada, absolutame­nte nada», reiteró al ser cuestionad­o sobre si se retractaba de su idea de irse.

Por mucho ruido que haya, Xavi busca aislarse. Laporta se mantiene, por ahora, al margen, teniendo ambos por bandera la prudencia, consciente­s los dos de que hacia cinco años que no se atisbaba una semifinal de Champions. Ni se veía tan cerca.

un plan casi perfecto que tumbó al PSG y le acerca a la elite

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Xavi y Luis Enrique, en el Parque de los Príncipes durante el PSG-Barça jugado el pasado miércoles.
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Sarah Meyssonnie­r / Reuters

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