Los Comuns se fijan ser el referente ecologista para la próxima década
▶ La formación presentará en la convención de hoy un documento con las líneas ideológicas ▶ El no al Hard Rock ha reforzado su discurso verde
dato. El propio Aragonès criticó el jueves que Junts considerara durante años que el diálogo de ERC era una «traición» y que cuando lo ha practicado Puigdemont, lo ha vendido como «una gran jugada estratégica».
Desde que el expresident de la Generalitat decidió ser el candidato de Junts, las críticas a ERC han sido recurrentes. En su mayor acto de precampaña hasta la fecha, el sábado pasado, acusó a Aragonès de haber «malbaratado» la mayoría independentista. También rechazó la propuesta del actual president de celebrar un debate cara a cara en Francia. Este fin de semana ERC celebrará un mitin en Barcelona, que también aspira a ser multitudinario. Allí se visualizará, explican desde el partido, el «orgullo» de la formación por la estrategia seguida pese a quien le pese.
Uno de los problemas que afronta ERC desde hace algunos años es el cambio en el compor
Aragonès ha criticado que Junts considere «una traición» el diálogo con el Gobierno
tamiento electoral de los catalanes en función de si se está en periodo electoral o no. Cuando no hay elecciones a la vista, las encuestas muestran una ERC musculada que sin demasiados problemas aparece siempre por delante de Junts. En cambio, cuando las elecciones se acercan, la diferencia se estrecha y algunos sondeos sitúan a los posconvergentes por delante. Junts consigue movilizar a una parte de su electorado, mientras ERC tiene más problemas para hacer lo mismo con el suyo.
El gran reto de ERC en esta campaña es encontrar cómo movilizar a los votantes, aquellos que en las generales de 2019 llegaron a darle un millón de votos. Para hacerlo, han empezado la batalla intentando erigirse como el partido de las «propuestas». Han hablado de financiación, de referéndum y del futuro del aeropuerto, tres de las carpetas políticas que mayor debate político genera. Ahora, también han decidido pasar al ataque contra Puigdemont. Todo para encontrar la tecla que les permita un buen resultado el 12 de mayo. Y ese resultado no pasa tanto por ganar los comicios, que también, sino por quedar por delante de Junts y de Puigdemont.
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El objetivo inicial era debatir una nueva hoja de ruta que no fuera al galope de las urnas, un rearme ideológico para la próxima década. Pero los Comuns han tenido que compaginar su proceso de debate interno con afrontar dos campañas más –catalanas y europeas– que se suman a las ocho contiendas a las que han tenido que hacer frente en siete años de existencia como espacio político. Con el rechazo al macrocomplejo del Hard Rock como bandera empezó todo. O, como dicen, confluyó todo.
Porque, convertido en el estandarte de su no a los presupuestos del Govern de Aragonès, se precipitó el adelanto electoral y también el relanzamiento de su proyecto con el ecologismo en el epicentro. El documento que presentarán en la convención que celebran hoy da cuenta de su objetivo de convertirse en el partido ecologista de referencia del mapa político catalán. Un texto fruto de dos meses de diálogo y más de 20 debates territoriales con la participación de 2.000 militantes que nutre ya el discurso de su candidata, Jéssica Albiach, para los comicios del 12M, los primeros a los que concurren sin coalición con Podem.
Su lectura es que, con una ERC y un PSC que confraterniza con el modelo de país de la posconvergencia y una CUP en refundación, hay un nicho por cultivar a su alcance.
Defienden poner el foco en una «reindustrialización verde» y «redistributiva»
NUEVO MODELO PRODUCTIVO VERDE.
Su apuesta económica en pleno contexto de emergencia climática orbita en un cambio de modelo productivo vinculado a la transición energética. Defienden poner el foco en una «reindustrialización verde» y «redistributiva» de la mano de un «salto de escala en energías renovables», partiendo del análisis de que se ha producido un «abandono de la política industrial» porque este sector ha perdido peso y representa un 17% de la ocupación. También que hay que diversificar la economía para no depender tanto del turismo y del sector terciario, con una alta «precarización». El Hard Rock, insisten, es el paradigma del modelo a confrontar. «Hay que vincular economía y ecología. Y hay que impulsar y no solo regular. La transformación ecológica permite abaratar costes energéticos a la industria, a la agricultura y a los hogares», defiende Carles Spa, coordinador de la ponencia política.
MOVILIDAD E INFRAESTRUCTURAS SOSTENIBLES.
La movilidad y las infraestructuras deben estar «al servicio» del modelo de país y no al revés. El pecado original, aseguran, es «haber priorizado el asfalto» por delante del tren, el metro y el tranvía. Es por ello que sostienen que ahora hay que invertir en red ferroviaria y no en nuevas autovías y carreteras, además de potenciar como «nuevo hábito» el uso de la bici y el vehículo compartido. Rechazan también el «crecimiento por el crecimiento» en el caso del aeropuerto y el puerto porque el actual contexto es «insostenible». «Se trata de ver qué es asumible y qué no», subraya Spa. Mientras tanto, añaden, no se han considerado «estratégicas» las infraestructuras para la gestión del agua apostando por más desalinizadoras y mejorando la red de distribución.
FINANCIACIÓN PROPIA Y FISCALIDAD.
El nuevo sistema de financiación para Catalunya va a ser uno de los grandes hits de la campaña. Los Comuns defienden que tiene que ser «propio» –por tanto, avalan la singularidad que también defiende ERC– y que la Generalitat pueda recaudar el 100% de los impuestos a la vez que contribuya «solidariamente» con el resto del Estado. En ese nuevo pacto incluyen una segunda descentralización para mejorar la financiación de los municipios y una fiscalidad que se rija por el principio de que «quien más tiene, más paga» y de «quien más contamina, más paga».
FIN AL SISTEMA DUAL DE LOS SERVICIOS PÚBLICOS.
Abogan por acabar con el modelo dual –público y privado o concertado– de los servicios públicos, especialmente en sanidad y en educación. Defienden que se produzca «un paso más» en la universalización de servicios, como el de oftalmología, dentista, salud mental y fisioterapia. Y en el ámbito de la «emergencia» habitacional, piden un «salto de escala en la producción de vivienda pública» en Catalunya para situarse en la media europea, que es del 16%, además de poner fin a los alquileres de temporada y frenar la «especulación» de los fondos de inversión.
VOTAR UN PACTO ENTRE CATALUNYA Y EL ESTADO.
El partido de Ada Colau no esconde cierta sensación de «injusticia» porque la receta que se ha acabado aplicando al conflicto político entre Catalunya y España es la de la desjudicialización y la vía pactada. En su documento, los Comuns abanderan un «mayor autogobierno» y una relación «federal» que pasa porque los catalanes puedan «pronunciarse democráticamente sobre los acuerdos establecidos con el Estado» y, por lo tanto, sobre «el futuro de las relaciones» entre Catalunya y España.
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