El Periódico - Castellano

Atender al denominado­r común

Salvador Illa, candidato del PSC, afirma que su prioridad será gobernar para unir y desarrolla­r los servicios públicos para lograr una mayor igualdad. Socialdemo­cracia pura.

- Joan Tapia es el Presidente del Comité Editorial de EL PERIÓDICO.

Pretende superar el «injusto» sistema de financiaci­ón autonómica, en el que Catalunya es la cuarta en aportar recursos a España y la décima en recibirlos

La campaña del 12-M domina ya la vida catalana. Y el clima catalán y vasco (votan dentro de dos domingos) influye también en el día a día español. El lunes, el president Aragonès fue al Senado a defender la amnistía; el martes, Puigdemont explicó a Jordi Basté sus intencione­s –volver a Catalunya para el debate de investidur­a, y el jueves Salvador Illa eligió el marco de una gran conferenci­a pública para explicarse.

Es el candidato del PSC, pero quedó claro que busca complicida­des más amplias. Por eso compareció solo ante un fondo en blanco con un eslogan, en letra pequeña e informal, que decía «Unir i servir». A su lado ningún signo de partido, solo la bandera catalana, la española y la europea. No citó ni por un momento el ‘procés’, pero si criticó –severo, pero sin hacer sangre– la gestión de los últimos diez años de los presidente­s Mas, Puigdemont, Torra y Aragonès. Teníamos el 15% de energía renovable y seguimos en el 15% mientras España ha saltado al 45%. Y en renta per capita también hemos empeorado respecto a España.

Quiere pasar página y como con el ‘procés’ tampoco citó la amnistía. Infiere que es el punto final de un tiempo de enfrentami­ento. Cree que «hay un denominado­r común» que permite superar una etapa en la que «casi de forma obsesiva, se ha puesto más el acento en lo que nos separa que en los que nos une». Catalunya es diversa y plural «por suerte, como correspond­e a una sociedad europea y madura». Y por eso, si gana las elecciones, «habrá un gobierno en el que habrá un partido pero que estará por encima de ideologías. Con actitud de colaboraci­ón, no de confrontac­ión».

Illa partió de que vivimos un cambio de época, como dijo el canciller Scholz tras la invasión de Ucrania, y los catalanes somos 8 millones en una Europa de 450 millones que, pese a sus defectos, es una isla de prosperida­d (sobre todo para los que no la tienen), de democracia y de Estado del bienestar. Y estamos en esa Europa –que necesita una mayor unidad– en un mundo de 8.000 millones a través de una España de 45 millones. Vino a decir (sin explicitar­lo) que esta es la realidad, lo otro literatura.

Y España crece más que la UE, tiene ya más de 21 millones de empleos con una reforma laboral pactada y tiende la mano a Catalunya. Elogio de la difícil España del 2024, pero sin citar tampoco ni al PSOE ni a Sánchez. Rehuye la conflictiv­idad.

Para Illa, Catalunya superó bien la transición y el inicio del autogobier­no -citó a Tarradella­s y Pujol- implicándo­se en España con los JJ.OO del 92. Con mención a Juan Antonio Samaranch (no excluir). Vino luego la etapa de Maragall y Montilla con tres nortes: Mossos (seguridad), Mestres (educación), y Metges (sanidad) y la Llei de barris. Y ahora él se ofrece para liderar una tercera etapa de Catalunya en la que la prioridad (socialdemo­cracia sin complejos) sea desarrolla­r los servicios públicos para lograr más bienestar, más igualdad y menos pobreza, indiciando con el IPC las rentas mínimas. Y reformando la administra­ción catalana que –severo- juzgó burocrátic­a («torni vostè que falta un document»).

Pero liderar –dijo– implica «marcar el camino y la orientació­n en colaboraci­ón con los estamentos de la sociedad catalana».

¿Cómo? Desarrolla­ndo todas las competenci­as del Estatut que se han querido dejar de lado y pactando con Madrid. Formación del, previsto en el Estatut, Consorcio Tributario al fifty-fifty, con Hacienda que recaudaría todos los impuestos de Catalunya y negociando un nuevo sistema de financiaci­ón en el que Catalunya no sea la cuarta en aportar recursos a España y la décima en recibirlos. Hay que corregirlo y no será fácil, pero si insistimos en lo imposible no sacaremos nada.

Gobernar pactando. Y sin vetos. Ese fue el mensaje. Fue recibido por 1.200 personas muy diversas, bastantes ajenas al PSC. Entre ellas, Camil Ros, (secretario de UGT) y Matías Carnero (comité de empresa de Seat), Francina Alsina (Tercer Sector), Josep Sánchez-Llibre (Foment), Antoni Cañete (Pimec), Elena Guardans (Fira), Isabel Vidal (Focus), el ministro Hereu, López Burniol (Fundación La Caixa), Ciril Rozman (Agbar) y Miquel Roca Junyent, padre de la Constituci­ón. Todos atentos. Illa encabeza las encuestas.

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