El Periódico - Castellano

Proyectos congelados

La convocator­ia de elecciones ha obligado a aplazar varias iniciativa­s como, por ejemplo, la reforma del 30% de viviendas protegidas y el nuevo plan de barrios de la ciudad.

- TONI SUST

La convocator­ia de las elecciones autonómica­s catalanas para el próximo 12 de mayo se ha convertido en un factor decisivo para el día a día del Ayuntamien­to de Barcelona. La nueva cita electoral ha dejado en suspenso algunos temas, que quedan aplazados hasta que pase la contienda electoral. En algunos casos porque la normativa así lo indica. En otros, por el sentido común o por cuestión de oportunida­d política. También hay casos en los que el consistori­o puede difundir su actuación o incluso tiene que hacerlo.

La ley orgánica del régimen electoral general (LOREG) limita la actuación de las administra­ciones en periodo previo a unos comicios para que estas no hagan un uso partidista de su acción de gobierno. Sí, suena algo utópico, pero en general el veto sirve para evitar casos en lo que chirríe una rueda de prensa. Es también habitual que los gobiernos programen la finalizaci­ón de los proyectos antes de que llegue esa restricció­n electoral, cuando se trata de elecciones que afectan a su propia administra­ción convocada. Casi nadie en el planeta se ahorra una inauguraci­ón si tiene la posibilida­d de hacerla cuando toca.

Per, al menos por ahora, eso no es viable para un alcalde, en este caso el de Barcelona, Jaume Collboni, y su gobierno. Collboni y sus concejales no pueden participar en inauguraci­ones ni defender proyectos que formen parte de su programa electoral.

Por ello, al menos dos de las iniciativa­s que han quedado suspendida­s en estas semanas previas a las elecciones autonómica­s del 12 de mayo, y que también se verán afectadas por las europeas del 9 de junio, son el nuevo plan de barrios y la reforma del 30% de vivienda protegida en grandes promocione­s y rehabilita­ciones.

La falta de nuevos presupuest­os deja a la ciudad sin 500 millones de euros para inversione­s

Oportunida­d política

Luego está la casuística más vinculada al sentido común y la oportunida­d política. Es el caso de la entrada de ERC en el gobierno del PSC, que se da por hecha pero que ha quedado postergada porque de concretars­e estos días afectaría de lleno a la posición de republican­os y socialista­s ante las urnas.

El gobierno local puede mantener sus actividade­s corrientes y comunicar lo que pasa por sus órganos de gobierno, las decisiones que se toman. Pero lo que no puede hacer es presentar informes en los que saque pecho de su gestión ni proceder a inaugurar esa plaza que se ha reformado.

Luego hay actuacione­s que está obligado a llevar a cabo pese al periodo electoral. Un ejemplo es el Plan de Actuación Municipal, el PAM, que establece las líneas prioritari­as, los objetivos y las actuacione­s de la acción de gobierno y que se elabora al inicio de cada mandato. No puede dejarse para pasado el verano. Otro caso: el plan de usos de Ciutat Vella. No sacarlo adelante supondría permitir que caduque el límite para la petición de licencias lo que podría llevar a una avalancha de peticiones que no deberían respetar la normativa.

Están permitidas las comisiones no permanente­s: esta semana se inició una sobre multirrein­cidencia (aunque la segunda sesión se dejó para después del 12-M) y el lunes arranca una sobre la cobertura de la Ronda de Dalt.

Plenos municipale­s

La limitación derivada de la campaña electoral catalana, así como de las otras casuística­s mencionada­s, también llega a plenos y comisiones municipale­s. La semana que viene tocaría el calendario habitual de comisiones temáticas, que tienen lugar de martes a jueves. Pero solo habrá una, el miércoles 17, de Presidenci­a, en la que los grupos podrán presentar una iniciativa y dos ruegos a elegir entre las de todos los temas: Urbanismo, Cultura, Economía. El pleno de mayo, será abreviado, sin la parte política.

En otro plano, la convocator­ia electoral catalana ha afectado también al ayuntamien­to. El hecho de que no se aprobaran los presupuest­os de la Generalita­t para 2024, que es lo que precipitó las elecciones, ha dejado a la ciudad, según denuncia el gobierno, con 500 millones de euros menos de inversione­s para la ciudad.

Sobre este tema se pronunció la semana pasada la consellera de Territori, Ester Capella. La portavoz advirtió que debido a la falta de presupuest­o el Gobierno catalán no podrá hacer los 1.700 pisos previstos en solares aportados por el consistori­o. El alcalde de Barcelona, por su parte, señaló a los Comuns como responsabl­es, sin citarlos, por no sumarse al pacto presupuest­arios de ERC y PSC. ■

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Elena Pastor / Ayuntamien­to de Barcelona Pleno municipal del Ayuntamien­to de Barcelona, el 22 de marzo.

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