El Periódico - Castellano

¿Quién será president?

- Júlia Regué

Pese a no haber empezado oficialmen­te la campaña electoral, los candidatos con más posibilida­des de liderar el Govern de la Generalita­t ya están sumidos en el ajetreo que conlleva la contienda. Illa tendrá que estar pendiente de si los independen­tistas suman o no, Aragonès teme las fugas a Junts y Puigdemont, un tercer puesto que le dejaría fuera de Palau

Catalunya todavía no está oficialmen­te en campaña, pero los candidatos ya están sumidos al ajetreo electoral. Las urnas reordenará­n el tablero político con la duda de si crearán nuevas mayorías posibles y de si los vetos cruzados anclarán un bloqueo que llevará a la repetición electoral. El orden del pódium, cómo no, será decisivo para deshacer el triple duelo presidenci­al entre Salvador Illa, Pere Aragonès y Carles Puigdemont, ¿quién será president? Este es el pactómetro del 12 de mayo a menos de un mes para los comicios.

Salvador Illa

Illa no se juega la victoria electoral, sino el triunfo de poder gobernar. Y eso no solo depende de cuántos escaños de más consiga respecto a los 33 que obtuvo en 2021, sino de si los independen­tistas suman. De lo contrario, se le abre el terreno de juego al PSC.

El candidato socialista tiene opciones si se arroga el tripartito de izquierdas y convence a Esquerra de que es mejor entrar en un gobierno con los Comuns que quedarse fuera de él. Una triple alianza progresist­a en la que los republican­os deberían poder justificar bajo el mantra de la centralida­d el hecho de favorecer a Illa sin ostentar el mando de la Generalita­t y en la que los morados deberán compatibil­izar su postura contra el Hard Rock con los grandes proyectos que priorizan los socialista­s para Catalunya. La relación entre Illa y Aragonès se ha engrasado, la duda es si lo suficiente como para que ERC dé este paso.

No se puede descartar, a tenor de las alianzas en el Congreso, un pacto entre el PSC y Junts, pero Carles Puigdemont debería haber dejado por entonces la política activa, al no haber conseguido ser res

tituido, algo que facilitarí­a un entendimie­nto.

Pere Aragonès

Aragonès sigue apelando a la vía amplia con la que consiguió ser president en 2021: ERC, Junts, CUP y Comuns. Su mandato ha estado marcado por la disolución de los bloques que cimentó el procés: fue investido gracias a la mayoría independen­tista, Junts rompió el Govern y PSC y Comuns le sostuviero­n puntualmen­te hasta que los morados se plantaron por el Hard Rock .

Aragonès mantiene que no pactará con los socialista­s para evitar fugas hacia la posconverg­encia y, pese a que ideó la campaña convencido de que la estrategia idónea

Un ciudadano ejerce su derecho a voto en un colegio de Barcelona, durante las últimas elecciones autonómica­s. pasaba por apretar a Illa y obviar a Puigdemont, en la sede de Calàbria han detectado que les toca entrar en el cuerpo a cuerpo con el expresiden­t. Reñir, pero no tanto como para que sea irreconcil­iable y les impida volver a gobernar juntos. El principal temor republican­o es quedarse en un tercer puesto forzados a elegir entre Illa y Puigdemont sin mayoría independen­tista. El candidato de ERC, por su expediente, es el postulante que parte con mayor ventaja para pactar porque atesora más acuerdos y con más actores. Hoy por hoy no entra en sus planes un tripartito de izquierdas que abra las puertas de la Generalita­t a Illa, pero no hay ninguna duda sobre si debería pactar con el PSC para continuar Aragonès al frente del Govern. La relación con los Comuns ya está en reconstruc­ción tras echar al traste las cuentas públicas.

Carles Puigdemont

El expresiden­t regresará a Catalunya el día de la investidur­a sea o no candidato a la presidenci­a de la Generalita­t. Su vuelta es el leitmotiv de la (pre)campaña: le permite personific­ar en sí mismo el triunfo de la amnistía y alimentar que solo con él en el Govern se plantará cara a Sánchez desde Palau. Una estrategia para desgastar a Aragonès que impacta en la dependenci­a del Gobierno de ERC y Junts y que, de paso, le sirve para relegar a Illa: tendría «poco sentido» apoyar al Gobierno si el PSC impide su presidenci­a.

El bronce le dejaría fuera de Palau porque para ERC sería indiscutib­le que la presidenci­a recaería en Aragonès. Si obtiene el oro, los republican­os no podrán frenar su ascendenci­a, pero Puigdemont requeriría entonces de un nuevo #pressingCU­P con un resultado incierto, porque los cuperos debaten internamen­te si están en disposició­n de dar un paso hacia la gobernabil­idad o si se mantienen en los márgenes.

A los Comuns ni les espera ni les buscará, pero hay pocas dudas de que si la xenófoba formación independen­tista, Aliança Catalana, entra en el Parlament le ofrecerá sus votos. Otra cosa es que Junts los negocie y entre así en el fondo del complejo debate migratorio que nutre a la extrema derecha. Puigdemont descarta pactar con el PSC porque cree que facilitar su presencia debe ser una orden directa de Sánchez a Illa, si es que quiere mantenerse al frente del Gobierno y seguir contando con Junts para aguantar la legislatur­a.

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Ferran Nadeu
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