Un Girona sin malicia no aguanta un gol de Dovbyk
El 0-1 en el minuto 4 perdió todo el valor antes del descanso con dos goles del Atlético. Quinta derrota consecutiva del equipo de Míchel fuera de casa.
El gol de Dovbyk en el minuto 4 tuvo un efecto efímero. Tan pronto llegó como desapareció. Antes del descanso fue remontado por el Atlético de Madrid. Lo neutralizó gracias a las vicisitudes del fútbol más que con juego, aunque luego impuso su mayor cariz competitivo sobre un Girona sin malicia, recortándole diferencia, huyendo los dos del Athletic para conservar las valiosas plazas que dan acceso a la próxima edición de la Champions.
Ese gol de Dovbyk, nacido de una maravillosa incursión de Sávio por la izquierda y concluido con un centro desde la derecha de Yan Couto al ariete, pudo repetirse en la segunda mitad, ya con el 3-1, pero el centrochut de Yangel, mucho más veloz, no dio tiempo a Dobvyk a colocar bien el pie.
Penalti que sí, penalti que no
El duelo andaba bajo control del Atlético, que igualó con un penalti por mano de Miguel y remontó con un cabezazo de Correa aunque el mérito correspondió a Morata por salvar un balón que se perdía por el fondo, más atento que todos los defensas del Girona. Entre uno y otro tanto, hubo un penalti sobre Sávio no advertido por De Burgos Bengoetxea y silenciado desde el VAR por Soto Grado. La acción merecía, cuando menos, que la analizaran cuatro ojos más que dos.
Dovbyk acertó en una de las dos ocasiones, y Griezmann acertó en las dos: el penalti y el trallazo con la derecha del tercer tanto. Era uno de los cinco jugadores del Atlético que aguantó en el equipo respecto al de la Champions. Justificó con creces su presencia. Griezmann estableció una franja de seguridad sobre el resultado demasiado amplia para que el Girona pudiera franquearla y evitar la quinta derrota seguida fuera de casa.
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