Biden presiona por una respuesta diplomática para la desescalada
▶ El presidente de EEUU avisa a Israel de que no apoyará una respuesta militar a Irán «El objetivo es contener esta crisis a Gaza», aseguran ▶
La prioridad para Estados Unidos tras una noche de tensión que ha asomado al mundo a un enfrentamiento abierto entre Israel e Irán y a la temida extensión de la guerra abierta en Gaza hasta un peligroso conflicto regional es ahora una respuesta diplomática que lleve a la desescalada. Así lo ha dejado claro el presidente estadounidense, Joe Biden, que pasó todo el día de ayer inmerso en esos esfuerzos y que en su conversación telefónica con Binyamín Netanyahu tras el ataque con drones y misiles lanzado por Teherán dejó claro al primer ministro israelí que Washington ni apoyará ni participará en ninguna acción ofensiva directa contra Irán en respuesta a este último ataque, que Irán a su vez lanzó como reacción al ataque de su consulado en Damasco el 1 de abril.
«Has conseguido una victoria, quédate con la victoria» es la frase que, según fuentes de la Administración citadas por varios medios estadounidenses, Biden le dijo directamente a Netanyahu tras alabar la misión defensiva ante el ataque iraní y exponerla como muestra de la capacidad militar superior de Israel. Y en una conferencia telefónica con los medios ayer, miembros del Gobierno del demócrata aseguraban que «la respuesta militar exitosa (del sábado) crea espacio y flexibilidad para (tomar) decisiones sobre los próximos pasos».
«La meta sigue siendo una desescalada inmediata», explicaron esas fuentes del Gobierno, que han afirmado que el objetivo de Washington es «contener esta crisis a Gaza». «Ese ha sido nuestro foco desde el 7 de octubre», dijeron. Han apelado, además, a pensar «de forma cuidadosa y estratégica» y han afirmado que Israel ha transmitido a Washington que «no buscan una escalada significativa con Irán, buscan defenderse».
La apelación a rebajar las tensiones la llevó Biden hasta la reunión del G7 que se celebró ayer por la mañana. Ese encuentro, bajo la presidencia de turno de Italia, terminó con un comunicado unánime de condena «inequívoca» al ataque iraní «directo y sin precedentes» y un aviso a Teherán de que se tomarán «medidas adicionales ahora y en respuesta a futuras iniciativas desestabilizadoras», pero también con una llamada a «seguir trabajando para evitar una mayor escalada».
El Gobierno de EEUU y el propio Biden no ocultan sus «diferencias y desacuerdos» con el de Netanyahu, especialmente en lo que se refiere al desarrollo de la guerra en Gaza y, sobre todo, a la dramática situación humanitaria. «Pero en lo que se refiere a la defensa contra Irán el compromiso es realmente férreo», como recordaba o el propio presidente y las fuentes de su Ejecutivo. «Lo hemos demostrado y seguiremos haciéndolo», dijeron sus altos funcionarios en la llamada con la prensa, en la que se esmeraron en subrayar que Biden es el «primer presidente estadounidense que defiende directamente Israel» y que el del sábado es «el primer ataque directo de Irán a Israel».
Pese a renovar ese compromiso con la defensa de Israel y la visión de que «es Hamás el que desde el 7 de octubre intenta que prenda una guerra regional», el demócrata
Washington no oculta sus «diferencias» con el Gobierno de Netanyahu por la guerra en la franja
trata ahora de apoyar su estrategia de desescalada en el éxito de la operación militar el sábado por la noche, donde los israelíes, con apoyo de EEUU y del Reino Unido y Francia, lograron interceptar y destruir más de 170 drones, más de 100 misiles balísticos y más de 30 misiles de crucero que habían salido desde Irán, Irak, Siria y Yemen.
Las fuentes del Gobierno de Biden han negado que Irán hubiera avisado con 72 horas de anticipación a países en la región o que hubiera dado alerta previa a Washington y solo han reconocido que hubo contactos «cuando el ataque había empezado» a través de los suizos, que Teherán y Washington emplearon también como mensajeros diplomáticos en los días previos.
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