Un «orgulloso» Trump en el banquillo
El republicano se convierte en el primer expresidente de EEUU que acude como acusado a un juicio penal. Antes de la selección del jurado ya ha cosechado derrotas y victorias en el caso Stormy Daniels.
El momento histórico ha llegado. Donald Trump, expresidente de Estados Unidos y candidato de facto republicano para medirse a Joe Biden en las elecciones presidenciales de noviembre, se convirtió ayer en el primer ocupante del Despacho Oval en la historia que se sienta en el banquillo de los acusados en un caso penal.
Lo hace por 34 delitos que el fiscal Alvin Bragg le imputó por falsificar documentos para ocultar el pago de 130.000 dólares que antes de las elecciones de 2016 su abogado, Michael Cohen, realizó para silenciar a Stormy Daniels, la estrella del porno que mantiene que en 2006 tuvieron una relación sexual, que él niega. Aunque el pago en sí no representa delito, la falsificación documental lo es, y elevada a grave porque la fiscalía asegura que se hizo con intención de interferir en las elecciones.
El interés de la prensa era palpable también frente al edificio de tribunales, con decenas de cámaras y reporteros apostados frente a la entrada. En la plaza frente a la corte había esta vez solo un puñado de manifestantes a favor y en contra de Trump, menos que el año pasado, cuando acudió para ser formalmente imputado y declararse «inocente» de los cargos.
Y justo antes de entrar en la sala, en unas declaraciones a la prensa, Trump se dijo «muy orgulloso» y «muy honrado» de estar ahí, aunque intentó reiteradamente retrasar el juicio, algo que sí ha logrado en las otras tres causas penales que enfrenta. También reite
ró sus declaraciones habituales asegurando que se trata de una «persecución política».
Antes de que arrancara el juicio con la selección del jurado tuvieron lugar algunas cuestiones de procedimiento previo donde Trump cosechó derrotas pero también victorias.