«Xavi es un entrenador top»
Luis Enrique acepta que «las urgencias» son de su equipo, pero sigue «convencido» de que el PSG eliminará al Barça y de que será bien recibido como «culé» que es. Se sintió «emocionado y estupefacto» después de que Xavi lo considerara uno de los tres técnicos de referencia, junto a Guardiola y Luis Aragonés.
Ideas claras y objetivo claro. No le vale otra a Luis Enrique y a su Paris Saint Germain que ganar al Barça para seguir aspirando a la Champions, el título que salvará al técnico asturiano de la guillotina con la que Nasser Al Khelaïfi ha ido degollando a los entrenadores que no le dieron ese título antes; es decir, a todos. Al dirigente catarí no le basta con ir coleccionando trofeos franceses. Para ese viaje no hacían falta esas alforjas, léase la multimillonaria inversión efectuada.
Luis Enrique presume de que sus equipos juegan igual en casa que fuera, que son valientes allá donde van y que siempre salen a por la victoria sean partidos de ida o de vuelta. Es la ocasión de demostrarlo. «Las urgencias son nuestras», aceptó, «pero espero traspasárselas al Barça» adelantándose en el marcador. El vaivén emocional agitará a la hinchada, que llenará el Lluís Companys.
«Me hubiera gustado más jugar en el Camp Nou, único en el mundo, porque me gusta jugar siempre contra los mejores y en los mejores escenarios, pero Montjuic también está a la altura», comentó, ya que está vinculado a los bellos recuerdos de los Juegos Olímpicos y a la medalla de oro que se colgó Luis Enrique con la selección de fútbol. Pese a que no disputara ningún encuentro en la montaña.
Viene a ser un regreso a casa, el del antiguo héroe azulgrana. Le preocupa «cero» el recibimiento que le tribute la hinchada, convencido de que será bueno, en consonancia con el buen recuerdo dejado durante su época de jugador (1996-2004) y de entrenador (2014-17). Es el artífice de la última Champions del Barça (2015) y del último triplete. Proclamándose de nuevo, en su regreso, «un culé» como cualquier otro, su prioridad será noquear al club de sus amores.
Parte con desventaja en el marcador. La derrota de la ida obliga al PSG a vencer al Barça: por la mínima irán a los penaltis; por más de dos goles, pasará el cuadro francés. El 2-3 cortó una racha positiva de resultados (27 partidos sin perder). Un disgusto digerido ya en París. «De serie, no especulamos, y esa palabra no existe para nosotros ahora», expuso el técnico ante la necesidad de ir a por el partido. No ocultó que él y su plantilla habían pasado «un par de días fastidiados» tras la derrota de la ida, y que habían preparado a conciencia el duelo de vuelta, ya que les habían aplazado el compromiso liguero con este motivo.
Luis Enrique cree que solo tiene que «mejorar la versión» del PSG para imponerse al Barça, de lo que está convencido. Lo enfatizó varias veces, del mismo modo que atendió las cuentas pendientes que deseaba responder de Xavi, «un entrenador top» que le dejó «emocionado y estupefacto» con los elogios al considerarle uno de los tres técnicos de referencia junto a Pep Guardiola y Luis Aragonés.
«El récord de 24 balones largos»
Quería aclarar (y repetir) Luis Enrique que no conocía a Xavi en su faceta de entrenador porque nunca estuvo a sus órdenes en un vestuario para saber cómo habla, cómo gestiona y cómo instruye. «También dije que me hubiera gustado tenerle de entrenador, pero a eso no le disteis bola porque no vende ni interesa, interesa la polémica».
Tal vez le considerara top, entre otras razones, porque el Barça supo resolver la presión adelantada del PSG con una vía que no esperaba y que, seguro, no cuadra con el estilo azulgrana si esto fuera así. No fue gratuito que Luis Enrique recordara que Ter Stegen estableció «un récord de 24 balones largos a los delanteros o al espacio».
Hubo otro récord: el de los goles marcados en unos cuartos de final: 18 en cuatro partidos. «Es una maravilla que haya cuatro tíos en los ocho equipos que tengan ADN Barça», resaltó, en alusión a Pep Guardiola (City), Mikel Arteta (Arsenal), Xavi y él, «y también es una maravilla para el fútbol que los ocho entrenadores ofrezcan ese espectáculo goleador».
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