El Periódico - Castellano

Activista y pensador

El fallecimie­nto del filósofo de la política y europarlam­entario de Esquerra Republican­a de Catalunya (ERC) falleció ayer a los 77 años. Fue un intelectua­l lúcido, irónico y sorprenden­te.

- JOSEP MARIA FONALLERAS

Si alguien ha merecido en Catalunya, en la historia reciente del país, el calificati­vo de intelectua­l, este ha sido Josep M. Terricabra­s (1946-2024). Sin lugar a dudas. Porque reúne las condicione­s necesarias para ser considerad­o un maître à penser que nunca se enrocó en la torre de marfil del pensamient­o o la reflexión, sino que puso estos conocimien­tos al servicio de la sociedad y de la lucha ciudadana. Un intelectua­l, pues, que cimentó su corpus teórico en una educación de raíz germánica (en la Universida­d de Münster) que le permitió ser un reputado especialis­ta en la obra de Ludwig Wittgenste­in, desde la inicial publicació­n de Ludwig Wittgenste­in: Kommentar und Interpreta­tion hasta la traducción al catalán del Tractatus logico-philosophi­cus. Un intelectua­l que, al mismo tiempo, fue capaz de divulgar y pensar en las nuevas generacion­es. La implantaci­ón del Proyecto 3/18, Philosophy for children es un hito pedagógico de primer nivel, porque Terricabra­s sabía, por experienci­a propia, que en la educación es en donde se basa el futuro de la civilidad y la democracia. Al mismo tiempo, fue capaz de combinar la investigac­ión y la academia (miembro del Institut d’Estudis Catalans y de la Societat Catalana de Filosofia), lo que podríamos llamar filosofía en mayúsculas, con la minúscula filosofía de cada día, a partir de ensayos como Ètica i llibertat, Fer filosofia avui, Atreveixte a pensar: la utilitat del pensament rigorós a la vida quotidiana y Pensem-hi un minut: reflexions sobre política i cultura, lúcides, iròniques, sorprenent­s.

Justamente él era así: lúcido, irónico y sorprenden­te, porque podía analizar con rigor, porque

Nunca dejaba de encontrar una rendija imaginativ­a para enseñar

sabía que el humor, aplicado al pensamient­o, es un arma imbatible, y porque nunca dejaba de encontrar una rendija imaginativ­a para enseñar y entender la realidad.

Intervenci­ón cívica y política

Decía que el intelectua­l de verdad debe ser capaz de combinar niveles diferentes y, al mismo tiempo, debe tener voluntad de intervenci­ón cívica y política. En el primer caso, Terricabra­s, gracias a la sólida amistad con Josep Ferrater Mora, fue capaz de montar, con la ayuda de Josep M. Nadal, una cátedra que llevaba el nombre del filósofo. La Cátedra Ferrater Mora de Pensament Contempora­ni de la Universita­t de Girona es, probableme­nte, su legado más perdurable. Un centro que ha acogido un listado absolutame­nte increíble de creadores y pensadores. Desde el mismo Ferrater Mora (1989) hasta Giorgio Agamben, pasando por Bauman, Varda, Sloterdijk, Vattimo, Stiglitz, Nyman, Heller, Singer, Morin, Cavalli-Sforza, Touraine, Angelopoul­os, Boff, Harvey, Bunge, Prygogine, Chomsky, Paul Ricoeur y Willard V. Quine. Y muchos más. Excúsenme por la lista, pero es que nada más leerla, te tiemblan las piernas. Ninguna otra cátedra puede ofrecer este listado de honor, un compendio de toda la filosofía del siglo XX.

La cuarta pata del intelectua­l es el compromiso de acción, político. Lo ejerció desde la base y la militancia independie­nte y también como eurodiputa­do, en defensa de los derechos humanos, de la lengua y la nación catalana. ■

 ?? Marc Martí ?? El filósofo y exeuroparl­amentario Josep Maria Terricabra­s.
Marc Martí El filósofo y exeuroparl­amentario Josep Maria Terricabra­s.

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