«Los dispositivos privan a la infancia de todo aquello que debe hacer»
Ha impulsado la campaña #de0a3PantallesRES contra la exposición precoz de los menores a las pantallas.
La maestra y pedagoga Anna Ramis ha lanzado la campaña #de0a3PantallesRES con el objetivo de abordar la exposición precoz a dispositivos digitales en la infancia temprana. Esta iniciativa busca promover una crianza consciente y saludable en la era digital. Ramis enfatiza la importancia de comprender las necesidades de los más pequeños, así como ofrecer alternativas de ocio que favorezcan su desarrollo sin depender exclusivamente de las pantallas y destaca el diálogo de las familias con sus hijos e hijas para promover una gestión conjunta del uso de dispositivos como parte de la dinámica familiar.
― ¿Desde cuándo hay preocupación científica por el impacto de las pantallas en la infancia?
― Hay una preocupación científica por la incidencia que los dispositivos digitales tienen en la primera infancia desde hace años. Sin embargo, el impacto social que está generando hoy en día, y más tras la pandemia, lo ha puesto encima de la mesa.
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¿Por qué es preocupante la exposición de los 0 a 3 años?
― La Sociedad Catalana de Pediatría pone el énfasis en esta etapa porque el cerebro humano nace muy inmaduro. Desde que nacemos hasta los 3 años, el cerebro triplica su peso y multiplica por millones las conexiones neuronales. Por lo tanto, lo que sucede en la vida de un niño en los primeros tres años define las herramientas que tendrá para afrontar el resto de su desarrollo y su vida.
ANNA RAMIS MAESTRA, PEDAGOGA, ESCRITORA Y DIVULGADORA ESPECIALISTA EN LA ETAPA DE EDUCACIÓN INFANTIL
«Los adultos debemos ser buenos modelos para los niños y las niñas y regular nuestro uso de pantallas»
― ¿Cómo afectan los dispositivos en los niños y niñas?
― Una pantalla priva al niño de moverse, de jugar, lo priva de interactuar con su entorno. Una pantalla en manos del adulto que lo cuida, le priva de mirarlo, le priva de prestarle atención continuada. Jugar, prestar atención, la mirada de los padres y madres, explorar e interactuar es tan necesario como el aire que respiramos durante esta primera infancia. No es tan importante el contenido que se consuma en estos dispositivos, que también puede ser sumamente inadecuado, sino el hecho de que el niño o la niña esté quedándose quieto delante de una pantalla. Este hecho ya le resta posibilidades para un desarrollo saludable. ―
¿Pueden impactar en su salud?
― La exposición a dispositivos interfiere sin duda en su desarrollo. Fomenta el sedentarismo, lo que puede llevar a problemas músculo-esqueléticos, obesidad o de visión. Ya se le lesiona de tres formas distintas. Además, de los problemas de adicción que las pantallas pueden generar en pequeños y adultos.
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¿Es posible imaginar una infancia sin dispositivos hoy?
― Sí. Los más pequeños no necesitan para nada la televisión, ni un smartphone, ni una cámara. Lo que deben hacer es existir y estar. Deben aprenderlo todo: caminar, hablar, conocer y reconocer el propio cuerpo… El cerebro en la primera etapa de la vida está preparado para descubrirlo todo; está activo y acelerado.
― ¿Las pantallas calman?
― Si sometemos a los pequeños a la velocidad de los dispositivos digitales el nivel de excitación es tal que al retirar la pantalla, el cerebro sigue necesitando estímulos. Es por eso, que hoy en día tenemos una infancia que se aburre. La realidad tiene un ritmo que no es el de las pantallas.
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¿La clave del buen uso está en el equilibrio?
― Es necesario un equilibrio, pero teniendo en cuenta lo que es necesario para el buen desarrollo infantil. Un equilibrio no es el 50% de la integración de los dispositivos en sus vidas. Un buen equilibrio pasa por pensar qué necesita el niño, la niña o el adolescente y darle aquello que necesita, no aquello que desea o aquello que nos viene bien a los adultos.
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¿Qué podemos hacer los adultos ante el reclamo de pantallas?
― Los adultos debemos regular nuestro uso de dispositivos. No podemos esperar que los adolescentes o los pequeños lo hagan si nosotros no. Debemos ser buenos modelos para nuestros hijos e hijas. Debemos hablar más de la gestión familiar de los dispositivos antes que poner el acento en la gestión de las pantallas del menor. Debe haber diálogo y abordarlo como una dinámica familiar.
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«Hoy en día tenemos una infancia que se aburre porque la realidad tiene un ritmo que no es el de las pantallas»
¿Es responsabilidad únicamente de las familias?
― No. Las familias no pueden revertir esta situación solas. Las administraciones tienen que estar del lado de las infancias y medidas como las que ha anunciado el Ajuntament juegan a favor su desarrollo saludable.