Aragonès abre fuego contra Junts en el territorio del expresident
▶ Los republicanos equiparan en Girona el «personalismo» de Sánchez al del candidato posconvergente mientras ellos hablan «de la gente»
ERC se ha visto forzada en los primeros días de campaña en centrar su discurso en Pedro Sánchez por el desconcierto que provocó su amago de dimisión. Pero ayer, aclarada la incógnita sobre el futuro del presidente del Gobierno, decidió empezar a abrir fuego también contra Junts. Esto se explica, probablemente, porque los republicanos llevaron su campaña hasta Girona, circunscripción fetiche de los posconvergentes. En las elecciones de hace tres años, Junts se impuso con claridad con siete diputados por los cuatro de ERC. Si Pere Aragonès, el president y candidato republicano a la reelección, quiere revalidar el cargo, Girona también es una plaza clave.
Los republicanos creen haber encontrado un hilo conductor que les funciona para cargar indistintamente contra el PSC y contra Junts a la vez. Son sus hiperliderazgos. Por un lado, los socialistas con un Pedro Sánchez que, aunque no sea en candidato en Catalunya, monopolizó el inicio de la campaña por su situación personal. Por el otro los posconvergentes, que basan una parte importante de su discurso en prometer el regreso de Puigdemont. Aragonès lo resumió así: «Ante los personalismos, ante los que solo hablan de Pedro Sánchez y de Carles Puigdemont, nosotros hablamos de la gente». Todos los oradores de ayer en Girona hablaron de proyectos del Govern ejecutados o en marcha. Como el público era gerundense, el más repetido fue la inversión para el Hospital Josep Trueta.
Y es que Esquerra también cree que tiene una oferta que considera que no pueden igualar ni el PSC ni Junts o, como mínimo, que no pueden imitar. La idea de los republicanos es plantear que, mientras el PSC es un partido antiprocés y Junts es un partido que lo fía casi todo al procés, los republicanos buscan presentarse como una especie de híbrido. Es decir, una formación que combina tanto la apuesta independentista, como también la de hablar de la gestión del día a día de la gente. Eso lo permite tratar de apelar al votante fronterizo que tiene con Junts como con el PSC.
Quien ayer lo explicó de forma más simple fue el conseller Quim Nadal, exdirigente del PSC ahora enrolado en el Govern con la bandera de ERC. Según él, Esquerra es el partido mejor capacitado para el «mientras tanto». ¿Qué es el mientras tanto? Gobernar con solvencia la Generalitat sin renunciar a la «ambición nacional» de, algún día, plantear otro embate independentista con un final distinto al de 2017. Sin elevar el tono, él fue el más crítico con el liderazgo de Puigdemont: «Volátil, inconsistente y sin programa».
Como el mitin era en Girona, la provincia con más apoyo a la independencia, el procés tuvo preponderancia en los discursos y ERC también lo enfocó a marcar perfil respecto a Junts. Los republicanos reivindicaron que fueron los primeros en apostar por la negociación con el Gobierno del PSOE y que, con el paso de los años y la amnistía, es un camino que también ha acabado recorriendo Junts. La secretaria general del partido, Marta Rovira, tampoco perdió la oportunidad de cargar contra los posconvergentes: «Los que antes nos insultaban, ahora se sientan en la misma mesa de negociación».
Una de las polémicas que vivió ERC antes de la campaña fue la no inclusión en la candidatura del conseller de Empresa y Treball, Roger Torrent. Se interpretó como una purga porque hace unos años, trató de disputarle a Aragonès el liderazgo electoral. Desde que estalló la polémica, Aragonès ha intentado poco a poco quitarle hierro al asunto. Ayer llegó al extremo de ratificar a Torrent, que estaba entre el público, como conseller del próximo ejecutivo catalán si él repite como presidente: «Continuará en el próximo Govern», aseguró.
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«Losqueantesnos insultaban ahora se sientanenlamisma mesadenegociación», dijo Marta Rovira