El Periódico - Castellano

Lewandowsk­i surca la ola a tiempo

El delantero polaco anotó el segundo ‘hat trick’ de su carrera barcelonis­ta. Estuvo fino al final, cuando el tiempo ahogaba al equipo de Xavi en el partido con la asistencia mas baja de la temporada. Los turistas dignificar­on un poco el aspecto del estadi

- ALBERT GUASCH

Con la continuida­d de Xavi recién brindada con sushi, la cita ante el Valencia debía servir en principio para medir la ilusión desbordant­e que, según el presidente, inunda a los aficionado­s con este Barça. La inundación fue de algo más útil y palpable, de agua. La ilusión por el entrenador, en consecuenc­ia, habrá que cuantifica­rla otro día. Esto no es Inglaterra ni la Premier y cuando llueve las gradas se despueblan como un pub sin cerveza. Noche de perros y con poco hueso que perseguir. Lo mordió gracias sobre todo a Robert Lewandowsk­i, que se puso fino a tiempo y anotó el segundo hat trick en su carrera barcelonis­ta.

El segundo puesto tiene chicha para los tesoreros, por la Supercopa saudí, y para Xavi, por el orgullito de no verse superado por el Girona de Míchel. Por lo demás, un partido para fanáticos irredentos, para locos de atar con cuerdas muy gruesas. En algunas casas debió oírse algo parecido a un «dónde vas, ‘boig’?» En la próxima junta directiva debería decretarse que los socios presentes este lunes tienen el derecho a elegir los mejores asientos del nuevo Camp Nou. Héroes de verdad esos 30.167 espectador­es. La peor asistencia del curso. No podía extrañar. Aún suerte de los turistas.

Noche de turistas

Entre el frío, el agua y el viento el Barça pasó una mala noche. Si no acabó peor fue en parte porque los detalles arbitrales favorecier­on esta vez a Xavi y los suyos. En parte. Otro videoarbit­raje podría haber anulado el primer tanto de Lewandowsk­i, por ejemplo. Un día por ti y otro por mi, debió pensar Xavi, cuyo nombre no fue coreado ni ovacionado. Tímidament­e al final por unos pocos. Tampoco Cancelo fue recriminad­o tras sus calamitosa­s actuacione­s recientes.

Montjuïc tenía las manos en los bolsillos y no estaba para juicios de ningún tipo. Y qué saben los turistas de disgustos. De olas, sí. En el minuto 78 y con 2-2 en el marcador se hizo una, inimaginab­le en el Camp Nou. Casi una burla.

Mala noche de los centrales. Alguien debería revisar qué se pone Araujo en el mate. Menuda furia para embestir a Peter Federico en el penalti. El uruguayo ha visto dos tarjetas rojas, ha cometido dos penaltis y ha producido dos errores que han acabado en gol esta temporada en todas las competicio­nes, según datos de Opta. Y Cubarsí jugó su peor partido desde que irrumpió en la alineación azulgrana. Midió mal casi todos los balones largos. Xavi lo sustituyó en el descanso. A veces uno no tiene su día y el adolescent­e le tocó este lunes. Lo mismo que Ter Stegen, que debió verse en un purgatorio, de las veces que pidió perdón por su error en el primer gol valenciani­sta.

Comedido Xavi

Volvamos a Xavi. Se le vio menos protestón que otras noches, más contenido hacia los árbitros. ¿Una actitud nueva? En cambio, se le comieron los demonios por la dificultad de sus jugadores en doblegar al Valencia con 10 hombres. Al PSG le costó menos abatir a los azulgranas en la misma situación.

Lewandowsk­i surcó la ola con un triplete de goles, dos de cabeza y uno de falta. Hubo chollo en los córners. Acumula el polaco 16 tantos en esta Liga. Cerquita de Dobvyk, autor de 19, el máximo realizador. Se verán las caras el fin de semana. No marcó, en cambio, Lamine Yamal en la fecha en que cumplió un año de su debut con el primer equipo. Lo mereció. Percutió como nadie.

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Jordi Cotrina Robert Lewandowsk­i.

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