Nadal sofoca la rebelión de Cachín y se amarra a Madrid
El exnúmero uno se deshace del argentino (6-1, 6-7 y 6-3 en tres horas) en un partido lleno de vaivenes. Se verá con el checo Lehecka (31º del mundo) en octavos.
En el aire se respiraba ya otra cosa. El viento, figurada y literalmente, soplaba en otra dirección. Lo que al principio del torneo parecía una quimera empezaba a ser creíble tras la victoria ante De Miñaur. Quizá por primera vez este año, Rafa Nadal entraba a una pista obligado a ganar. El escenario y el rival, el argentino Pedro Cachín, que antes de llegar a la capital acumulaba 15 derrotas seguidas, no invitaban a pensar otra cosa que no fuera el ídolo local avanzando.
Error. Lo que parecía un trámite torna en una película de miedo con el paso de los minutos. Y sufre, lo pasa mal, concede un set, pero llega el final, y es feliz, regalándose un nuevo partido en casa, en el Masters 1000 de Madrid, en este caso hoy ante el checo Jiri Lehecka (31º del mundo), ya en los octavos de final. Con momentos de brillantez, como el inicio, y otros de resiliencia, esa que tanto le ha caracterizado. Sufriendo hasta el final, pero ganando, como tantas otras veces, aunque esta vez tenga que ser contra el 91º de la ATP.
El partido tuvo dos partidos dentro del mismo. De inicio, Nadal es una apisonadora. Su bola pesa como en el pasado y se le atraganta a Cachín, desacertado y superado por el escenario. Break de arranque y a correr. Todo el tiempo en pista que se pueda ahorrar cuenta en el nuevo Nadal. Rompe en el primero, en el quinto y en el séptimo y en apenas 45 minutos solventa el primer set. Agresivo, abusando del saque y volea, soltando el drive... En definitiva, buscando la forma de no trabajar tanto los puntos y evitar acumular desgaste, aunque eso suponga arriesgar más y a veces conceder errores no forzados extraños de ver hace no tanto tiempo.
Otro partido
Todo parece encarrilado cuando, de repente, su realidad vuelve a azotarle. Lo que se antojaba un paseo se convierte en un calvario. Fatigado, con las energías justas propias de la falta de ritmo competitivo, Nadal se ve en un visto y no visto 4-1 y dos breaks abajo en el segundo parcial. Otro partido en el mismo partido, muy distinto al primer set. Entre errores de uno y otro, Cachín acaba llevándose la manga en el tie break.
Toca picar piedra, y en eso Nadal sigue teniendo un puntito más. Se suelta y como ya hizo en el inicio, rompe de salida, pero Cachín responde. Por primera vez desde su vuelta tras más de un año parado, juega un partido de tres horas y tira de garra, saca fuerza de dónde no la hay, sofoca la rebelión de Cachín y vuelve a octavos de final de un torneo por primera vez desde 2022. Sin tiempo para descansar, hoy será otro día. Otro, en palabras del propio Nadal, «para seguir soñando, eso es todo».
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