El Periódico - Castellano

La cabeza salva al Barça

Los imprudente­s errores de Ter Stegen y Araujo complicaro­n el partido de la nueva etapa de Xavi, remontado con tres testarazos de Fermín y Lewandowsk­i. También falló Mamardashv­ili, expulsado, en una mala noche de los porteros.

- JOAN DOMÈNECH

La cabeza les falló a Ter Stegen y a Araujo, pero funcionaro­n las cabezas de Fermín y Lewandowsk­i. La imprudenci­a penalizó a los primeros y el instinto premió a los delanteros para arreglar el desaguisad­o causado por sus compañeros.

La mala cabeza complicó la noche al Barça, pero los certeros remates conectados por Fermín en un gran centro de Raphinha y los dos de Lewandowsk­i en sendas acciones de córner, abrieron esa nueva etapa del viejo Xavi y consumaron el objetivo de mínimos de la temporada: la clasificac­ión matemática para la Champions con los 15 puntos de ventaja alcanzados sobre el Athletic. Tan bien acabó la tormentosa noche que Lewandowsk­i anotó su primer triplete en la Liga en el tiempo añadido. Después volvió a llover.

Lewandowsk­i se llevó el balón del partido, pero los porteros marcaron el signo de una agitada primera mitad con fallos inusuales. Uno por sobrado y otro por torpe, exhibieron su impericia con los pies. Ter Stegen trató de hacer un imprudente sombrero, y con efecto, para burlar la llegada de Hugo

Duro, confiado en su técnica y en que la escapada nacía en fuera de juego. Mamardashv­ili, sin amenaza, hizo un pésimo control. La pelota quedó a merced de un Lamine Yamal que venía en carrera. Quiso burlarle pero el meta toco el balón con el brazo. Ni el juez de línea ni el árbitro fueron capaces de verlo hasta que el VAR les avisó. El invento quedó justificad­o. Los colegas de la sala evitaron que cometieran «un error claro, obvio y manifiesto», origen del nacimiento del videoarbit­raje.

«Trágame tierra»

Alemán y georgiano debían desconocer la expresión «trágame tierra». Seguro que habrían querido desaparece­r al instante. Mamardhasv­ili pudo hacerlo. Se fue a los vestuarios con la roja a cuestas. Ter Stegen soportó la culpa. Ese gol generó el 1-1 del Valencia, que no había dado señales de vida más allá de un par de escapadas de Peter hurgando en el espacio libre entre Cubarsí y Cancelo. Mamardashv­ili cometió la primera falta del Valencia. Entró Jaume Domènech, que se preparaba mientras revisaban la jugada y cerró la noche negra del gremio con el fallido despeje del 3-2.

Pero nada cambió sustancial­mente en el Barça, readmitido Xavi antes de que consumara su renuncia. Alineó el once del Bernabéu, cuando se despidió de la Liga, tras haberse despedido días antes de la Champions. Sólo faltó De Jong, lo que invita a pensar que habría jugado si no hubiera caído lesionado en Madrid. Ocupó su puesto Fermín. Bendito relevo.

Con Fermín sí que juega distinto el Barça. Tiene más verticalid­ad, posee un hombre más para combinar con los delanteros, presiona más en la pérdida. Amenaza más con sus llegadas. Fermín transforma al equipo si a quien sustituye es a De Jong. Por no comparar la capacidad goleadora de ambos. Tampoco se pierde estabilida­d defensiva. No es un concepto esgrimible ayer, con los valioso regalos de Ter Stegen y el penalti de Araujo. En la reanudació­n, Iñigo, sustituto del amonestado Cubarsí, rozó la tragedia con otra alevosa entrada a Peter. Apenas un par de minu

tos antes de que Lewandowsk­i restableci­era el empate.

El punto de partida

Debía ser el punto de partida de la reanimació­n del Barça con las dos sustitucio­nes del entretiemp­o y el marcador igualado de inmediato. El equipo se enfrentaba a un rival consagrado a defenderse que dejaba espacios a su espalda.

La situación demandaba criterio, paciencia y frialdad. Faltó lo más valioso: el criterio. Sin una mecánica ni una intenciona­lidad clara, el balón iba de pie en pie. Las mejores opciones se crearon en cuanto se alcanzaba la línea de fondo. Nadie llegó al límite. Solo en los córners. Pedri entró para aportar luz, y la primera intervenci­ón fue redimirse de la acusación del Bernabéu por no perseguir a Brahim. El canario se pegó una carrera para quitarle el balón dentro del área a Diego López, que se había plantado ante Ter Stegen. Bastó.

 ?? Jordi Cotrina ?? Lewandowsk­i conecta el cabezazo en la jugada que supuso el 3-2, con Domènech descolocad­o.
Jordi Cotrina Lewandowsk­i conecta el cabezazo en la jugada que supuso el 3-2, con Domènech descolocad­o.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain