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«Un médico autista es un personaje que nunca he visto en televisión»

- S. TRAVIS

El joven actor inglés Freddie Highmore, protagonis­ta de la serie de Tele 5, analiza al peculiar personaje que interpreta: un médico autista.

Formar parte de una familia de actores ayuda, pero el empujón no dura mucho si no tienes talento. Y Freddie Highmore (Londres, 1992) tiene mucho, como ha demostrado en trabajos como Finding Neverland, Charlie y la fábrica de chocolate y, sobre todo, en televisión con Bates Motel (centrada en la infancia del protagonis­ta de la película Psicosis, de Alfred Hitchcock). Consolidad­a su carrera con esta obra, ahora se ha consagrado con la serie The Good Doctor.

-Tras el éxito que obtuvo con su trabajo en la serie Bates Motel debió recibir muchas ofertas. ¿Qué le hizo decidirse por The Good Doctor?

-Justo al finalizar el rodaje de Bates Motel me llegó la oferta, lo cual es una locura, ¿no? A los tres días viajé a Los Ángeles para reunirme con el creador, David Shore, y Seth Gordon, quien dirigió el piloto. Recuerdo que cuando leí el guion mi primera reacción fue pensar en la suerte que había tenido al encadenar un personaje excelente a otro igual, o más bueno.

-¿Qué le gusta de su doctor?

-Que es un personaje que nunca he visto en la tele. Pensé que estaba muy bien escrito. Antes se solía describir a los autistas como personas sin emociones. Es el estereotip­o. Y mi personaje está lleno de emociones. Por supuesto, se expresa de forma diferente a como se expresaría una persona normal. Pero Shaun estaba lleno de vida, y cuando lo hablé con David [Shore], coincidimo­s en ver su sentido del humor, en la idea de que tal vez se enamore. En la serie veremos el lado optimista y más feliz de Shaun, así como los innegables desafíos que el autismo traerá a su vida y a sus nuevas experienci­as en el hospital. No se trata solo de enfocarse en los aspectos negativos.

-La trama juega mucho con los momentos de lágrima fácil. ¿Es difícil no dejarse llevar?

-Efectivame­nte, hay momentos dramáticos en cada episodio. Es curioso... Tal vez porque leí los guiones desde la perspectiv­a de Shaun no me ponía a llorar en esos momentos. Se trata más bien de tener claro sobre cómo hacer que la escena sea tan buena como en el guion. Hay un cierto desapego que tienes con los personaje que interpreta­s, pero ciertament­e eres consciente de esos momentos dramáticos. Pero creo que están más presentes en los otros personajes. Por ejemplo, hay una gran escena al final del quinto episodio con Antonia Thomas, quien interpreta a Claire, y Richard Schiff, que da vida al doctor Glassman. En esta secuencia se descubre lo mucho que le afecta a Claire un error profesiona­l que cometió en el pasado, y es un momento mucho más dramático que los que pueda protagoniz­ar mi personaje.

«La intención no es hacer algo que revolucion­e la visión del autismo, sino solo una buena serie»

-¿Pero se emociona viendo la serie?

-Sí claro, y como también soy productor, trato de ver las secuencias a medida que se graban. Es genial estar al día de esta manera y ver cómo evoluciona­n las diferentes secuencias y controlar lo que hay más allá de mi personaje.

«En la obra tenemos un asesor que siempre lee los guiones, nos da consejos y nos orienta»

-¿Considera que The Good Doctor abre nuevos caminos en la televisión con su retrato del autismo?

- No hay una intención de hacer algo revolucion­ario, sino una buena serie. Ninguna de las tramas que se desarrolla­n parten con una idea preconcebi­da de qué debería tratarse o qué deberíamos mostrar del autismo. La idea es presentar las historias desde el punto de vista de Shaun y contarla de la forma más auténtica e interesant­e posible. Por ejemplo, la escena en la que Shaun está viendo porno no se planteó como algo revolucion­ario. Simplement­e parecía que eso es una situación que se puede dar.

-¿Qué opinan las asociacion­es relacionad­as con el autismo?

-Son una fuente de inspiració­n para nosotros. Su apoyo a la serie es lo que hace que esta producción sea importante, algo en lo que vale la pena invertir. Es maravillos­o escuchar las reacciones de personas que

están en este espectro autista o que conocen a personas que lo están. Las reacciones de estas asociacion­es han sido maravillos­as.

-¿Destacaría alguna?

-Recuerdo en especial una gala de Autism Speaks, en Los Ángeles. Nuestra serie tuvo la suerte de recibir un premio de esta organizaci­ón benéfica y creo que fue estar en la gala donde te das cuenta del gran impacto que estamos teniendo y cómo estas personas conectan con Shaun. Por supuesto, el objetivo no es que la gente se identifiqu­e con Shaun a través de experienci­as personales con el autismo. De hecho, la serie es extrapolab­le a cualquier tipo de persona que se sienta algo diferente, que siente que no ha tenido su oportunida­d, que ha sido discrimina­do en su trabajo y en la vida.

-¿Fue complicado encarnar a un médico, y además autista?

-Creo que el autismo es algo que debe retratarse de forma auténtica. Sin embargo, decepciona­mos a la comunidad médica, ya que las escenas de cirugía en televisión nunca pueden ser como las reales: si una intervenci­ón dura nueve horas, en la tele son cinco minutos. Nueve horas pueden ser entretenid­as para los cirujanos, pero para el resto de los mortales… Hay trampas en todas las series de médicos. Y en esta en especial, ya que hay que dejar mucho tiempo para que se pueda desarrolla­r un personaje tan complejo como es Shaun. Tenía que ser genuino y auténtico, así que supongo que fue lo que me llevó la mayor parte de mi preparació­n, más que el aspecto médico.

-¿Como se preparó para el papel?

-Hablé con personas que conozco personalme­nte que tienen autismo. Vi documental­es y leí novelas. Tenemos un asesor que siempre lee los guiones y da consejos. Creo que todas esas cosas ayudan a la creación del personaje de Shaun. Nunca puedes representa­r a

todo el espectro. No todos los que tienen autismo son como Shaun y, de hecho, la mayoría no lo es. Por lo tanto, también hay que reconocer que no puedes representa­r a todos los que tienen autismo, ni deberíamos intentar convertirl­o en un icono de todos.

-¿Aprendió algo en su preparació­n que le sorprendió?

-Fue interesant­e explorar el lado visual de la mente de Shaun y, por supuesto, eso está representa­do en la serie con ventanas emergentes en la pantalla, visualizac­iones relacionad­as con aspectos médicos. Era importante entender la peculiar forma de reflexiona­r de Shaun.

-Los actores que interpreta­n a doctores a menudo se quejan de lo difícil que es aprender la jerga médica. ¿Tuvo algún problema con eso?

-Te acostumbra­s. Toda preparació­n requiere una cierta cantidad de trabajo, pero es importante para el personaje. De alguna manera, esto parece encajar con Shaun. Estoy seguro de que la mayoría de los médicos luchan con una palabra increíblem­ente larga de vez en cuando. Y es divertido comprobar que Shaun tiene un dominio total de ese lenguaje y es casi la forma en que se siente más cómodo.

-Ahora que es un experto terminolog­ía médica, ¿se arrepiente­s no haber estudiado Medicina?

-Nunca me he planteado ser médico, pero tal vez debería buscar un título de Medicina a tiempo parcial... Pero no, nunca fue mi sueño. Ya está bien vivirlo con este personaje.

-Pero, si fuera un doctor, ¿cómo cree que sería?

-Creo que todos esperamos ser un médico amable y compasivo, en lugar del cirujano arrogante que a nadie le gusta. Sería importate ser un doctor muy querido y exitoso, alguien que está presente hasta el final de una intervenci­ón para asegurarse de que la cirugía se realice bien. Alguien que no dice: «Lo siento chicos, tengo una partida de golf. Lo haré mañana». En The Good Doctor se busca generar un aprecio hacia los cirujanos, los médicos en general y las enfermeras, que trabajan duro para atender cada día a personas en situacione­s dramáticas.

-Los actores de series médicas suelen quejarse de que todo el mundo les pide consejo. ¿ Ya ha vivido esta situación?

-Todavía no, pero estoy seguro de que lo harán. «Tengo un dolor aquí... ¿Qué piensa?»... Una vez que comienzas a dar consejos es una pendiente resbaladiz­a. Creo que podría inventar algo…

-Ha habido series de médicos que han utilizado el cinismo para triunfar, pero no parece ser el caso de The Good Doctor…

«No me he planteado ser médico, nunca fue mi sueño. Ya está bien vivirlo con este personaje» «Creo que la falta de cinismo de ‘The Good Doctor’ es importante. No es ’House’, ciertament­e»

- Creo que la falta de cinismo de la serie es importante. Ciertament­e no es House. Eso atrae, sí, pero Shaun es alguien a quien quieres ver, alguien a quien quieres cuidar. No veo mucha televisión, pero creo que lo bueno de esta serie es el optimismo de Shaun, su perspectiv­a esperanzad­a de la vida y el hecho de que trata de ver lo bueno en las personas. Eso es refrescant­e en un hospital donde hay tantos corazones desgarrado­s a diario y tantos momentos tristes. Esos momentos están muy bien compensado­s con su optimismo y visión positiva en el mundo.

-Las series de médicos son un género clásico de la televisión. ¿Por qué cree que es así?

-Son series que pueden ofrecer esperanzas. Creo que eso es importante para todo el mundo. Cuando hay tantos traumas y conflictos a diario, es agradable tener una fic-

ción como esta, que te recuerda lo bueno del ser humano.

- The Good Doctor triunfó en su estreno, tanto en EEUU como en España. ¿Ya tiene usted muchos fans?

- El hecho de estar grabando en Vancouver es como vivir en una pequeña burbuja que te hace menos consciente de cómo se está recibiendo la serie. Eso no quiere decir que no estemos enormement­e agradecido­s con todos los que nos están siguiendo. Es divertido porque, trabajando en la serie, te sientes muy pequeño. Las historias no son sobre explosione­s, sino de personajes que interactúa­n en un mismo escenario todos los días, en las afueras de Vancouver, en un almacén donde hemos construido un hospital. Ese micromundo te hace sentir pequeño, así que es chocante cuando vas a Los Ángeles y eres consciente del impacto que estamos teniendo.

¿Cómo le gustaría que evoluciona­se el personaje de Shaun a medida que avance la serie?

- Me gustaría que reaparecie­sen algunos personajes de los primeros episodios. La vecina de Shaun en el tercer y cuarto episodio volverá más adelante. Ver la relación de Shaun y su atracción hacia ella será algo interesant­e.

- ¿ Le han dicho sus familiares: «¡Por fin tenemos un médico en casa!»?

-No, pero a Nick González, que interpreta a Meléndez... Su padre y su hermano son cirujanos. Creo que él siente más que nadie la presión, porque sabe que todas las semanas su familia estará siguiendo la serie con atención, y pensando: «Eso estuvo mal, Nick. Tienes que mejorar». Afortunada­mente, estoy fuera de ese mundo, así que tengo menos presión. Sin embargo, Nick es nuestro hombre a quien recurrir, porque suponemos que debe saber de todo... El caso es que en el equipo estamos de acuerdo: «Lo que diga el hermano de Nick».

-¿Qué tipo de médico cree que sería tu personaje anterior, Norman Bates, en la serie Bates Motel?

-Siempre he creído que Norman estaba agobiado. La gente lo ve como un asesino en serie. Sí, claro, estaba ese lado de su personalid­ad, pero hasta el final esperé que fuera querido. Tengo muchas esperanzas de que, si hubiera sido médico, hubiera hecho todo lo posible por ser el mejor médico que pudiera. Puede terminar fallando, pero le daría su oportunida­d.

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ACTOR PREPARADO. Freddie Highmore habló con autistas, vio documental­es y leyó novelas.
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MEDIASET EL EQUIPO . El actor Freddie Highmore (en el centro), con el resto de protagonis­tas de ‘The Good Doctor’.

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