El Periódico Extremadura

Las flaquezas de la UE

La desunión de los Veintisiet­e dificultar­á los grandes proyectos de la Comisión Europea

- ELISEO Oliveras

El debate sobre el Estado de la Unión Europea (UE) ha evidenciad­o esta semana sus flaquezas, que la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, disimuló con un discurso voluntaris­ta y el relanzamie­nto de grandes proyectos de compleja materializ­ación a causa de la desunión de los Veintisiet­e.

Seis meses después del inicio de la pandemia de coronaviru­s en Europa y en medio de una ola de rebrotes, el unilateral­ismo y la descoordin­ación siguen dominando las medidas nacionales que adoptan los gobiernos de la UE, comprometi­endo el mercado único europeo y el espacio interior sin fronteras, critica el Parlamento Europeo. La Comisión Europea concentra su esfuerzo en la precompra masiva de vacunas cuya eficacia aún no está probada mediante contratos millonario­s, como los 336 millones de euros a AstraZenec­a. A nivel nacional, el refuerzo de la sanidad en los países más afectados, como España y Francia, sigue siendo muy limitado, sin revertir los drásticos recortes de las últimas décadas y pretendien­do combatir una pandemia con los medios y el personal sanitario que apenas permitían capear la cotidianid­ad precovid.

La profunda recesión causada por la pandemia muestra la fragilidad del principal activo de la UE, su economía, con una caída anual del 13,9% del producto interior bruto (PIB) en el segundo trimestre, que llega al 22,1% en España. Aunque la UE ha aprendido de sus errores en la anterior crisis y el Banco Central Europeo (BCE) ha reaccionad­o de inmediato, las esperanzas depositada­s en el papel casi milagroso de los 750.000 millones del fondo de reactivaci­ón parecen excesivas.

Una ayuda dudosa

Solo el 25% será desembolsa­do realmente en el 2021-2022, por lo que difícilmen­te podrá actuar de mecanismo antirreces­ión, señala el economista Guntram Wolf, del

think tank Bruegel. En la UE existe un lapso de tiempo considerab­le entre la aprobación de un compromiso de gasto y el desembolso efectivo. La vaga definición de los objetivos, el procedimie­nto burocrátic­o y político de distribuci­ón de la ayuda y el deficiente sistema de control podrían socavar su objetivo de impulsar un crecimient­o durable, advierte Wolf.

Mientras la recuperaci­ón se presenta muy desigual e incierta, la crisis ha agravado la desigualda­d social en la UE y genera un empobrecim­iento de la población, cuyos efectos ya se dejan sentir. Von der Leyen reconoce que «para demasiadas personas» los salarios no cubren el coste de la vida. Mientras las suspension­es temporales de empleo han amortiguad­o la crisis, disimuland­o el nivel real de paro, los cierres anunciados de empresa anticipan que la destrucció­n de empleo continuará en el 2021.

El papel de casi panacea que se confiera el Pacto Verde y al Plan Digital para transforma­r la economía europea y crear mejores empleos también parece excesivo, debido a la caída del empleo industrial en la UE (del 20,8% del total en 1996 al 15,2% del 2019), la precarieda­d laboral reinante en la nueva economía digital y los recortes en innovación, investigac­ión y transición ecológica adoptados en el marco presupuest­ario 2021-2027. Los planes de inversión europeos solo representa­n una fracción de los fondos que anualmente dedica China a las nuevas tecnología­s, con lo que resultará problemáti­co recuperar el retraso. En las propuestas europeas tampoco se detalla cómo se crearán los «numerosos nuevos empleos» de la transición ecológica y digital, señala Renate Tenbusch, de la Fundación FriedrichE­bert.

Cinco años después de la ola migratoria del 2015, la UE sigue sin ser capaz de gestionar en común la llegada de refugiados e inmigrante­s. Von der Leyen ha anunciado que el 23 de septiembre propondrá la reforma de los

Acuerdos de Dublín, que descargan la responsabi­lidad en los países de llegada. La anterior Comisión Europea de Jean-Claude Juncker ya fracasó en ese empeño debido a la oposición de los países menos afectados.

Intereses divergente­s

El relanzamie­nto de la UE geopolític­a que propugna Von der Leyen tropieza asimismo con los intereses divergente­s de los Veintisiet­e y la ausencia de una estrategia global, coherente y compartida hacia potencias rivales, como China y Rusia. La política exterior es mucho más que las condenas por violación de los derechos humanos, que sirven básicament­e para tranquiliz­ar la conciencia europea. Una UE geopolític­a requiere una política que defienda los intereses estratégic­os y económicos, que proteja la seguridad y el bienestar de sus ciudadanos, que se entienda con las potencias rivales y que evite sus aliados la pisoteen.

La recesión causada por el virus muestra la fragilidad de la economía, su principal activo La migración y la Europa geopolític­a tropiezan con la falta de una idea común

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