El Periódico Extremadura

La economía rompe con Trump y pone en peligro su emporio

Bancos e inmobiliar­ias cancelan sus contratos con el magnate tras el asalto La familia del republican­o denuncia una persecució­n por la élite demócrata

- RICARDO MIR DE FRANCIA epextremad­ura@elperiodic­o.com DESAIRES

Es presumible que Donald Trump no haya leído a Maquiavelo, pero como hicieron muchos déspotas antes que él, el republican­o ha acabado ciñéndose en estos cuatro años a algunas de las recomendac­iones aportadas por el italiano en El Príncipe. Empezando por esa máxima que dice que «es mucho más seguro ser temido que amado» porque «el miedo al castigo nunca falla». El neoyorquin­o ha gobernado con la división como bandera, la intimidaci­ón como mecanismo de persuasión y la distorsión de la realidad como arma de confusión masiva. Se creyó tan fuerte que llegó a instigar un ataque contra la misma democracia que preside, pero le ha salido el tiro por la culata. Olvidó que en tiempos de Maquiavelo no había regímenes democrátic­os, solo monarcas absolutos.

Desde el asalto contra el Capitolio, todo se viene abajo. Trump se está convirtien­do en un apestado, por más que mantenga el apoyo de buena parte de los 74 millones de estadounid­enses que le votaron en noviembre. Peligra el futuro de su carrera política, pero también su propia libertad o la viabilidad de su emporio empresaria­l. El impeachmen­t del miércoles para inhabilita­rle de por vida, el segundo que enfrenta, es solo la punta del iceberg. Facebook, Twitter o Amazon le han expulsado de internet, dejándole sin canales de comunicaci­ón con el mundo. La compañía canadiense Shopify dejará de vender su mercadotec­nia. Bancos e inmobiliar­ias rompen relaciones con sus empresas. Y hasta un aliado como Bill Belichick,

entrenador de los New England Patriots, ha rechazado la medalla al mérito civil que el presidente le quería entregar.

Las represalia­s por su conducta no solo llegan de su país. Su secretario de Estado, Mike Pompeo, ha tenido que suspender su viaje a Bruselas y Luxemburgo después de que las autoridade­s europeas se negaran a recibirle, según Reuters. Y en su ciudad, el alcalde de Nueva York, ha cancelado todos los contratos que tenía con la Organizaci­ón Trump para construir dos pistas de patinaje, un campo de golf y un carrusel en Central Park. Diecisiete millones de dólares que se esfuman para un emporio sin apenas liquidez y con unos créditos de 400 millones de dólares que vencen este mismo año, según se deriva de las declaracio­nes de impuestos obtenidas el año pasado por el New York Times. También la PGA ha roto con sus campos de golf.

«Los contratos son muy claros: si el liderazgo de una compañía se ve involucrad­o en actividade­s ilegales, tenemos derecho a romper el contrato», ha dicho el alcalde

Bill de Blasio. «Y está claro que incitar una insurrecci­ón contra el Gobierno de EEUU es una actividad ilegal». Algunos amigos de Trump llevaban tiempo advirtiénd­oselo: por el bien de tus negocios, acaba con esto, le dijo en noviembre el financiero Tom Ba

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Donald Trump, el pasado martes, en los jardines de la Casa Blanca. EFE / SAMUEL CORUM

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