El Periódico Extremadura

Derribar o no derribar

- RAQUEL Rodríguez Muñoz

Derribar o no derribar. Esa es la cuestión que mantiene en un sinvivir a algunos propietari­os de viviendas de La Vinosilla y la sierra de Santa Bárbara de Plasencia. Aunque entre ambas zonas hay en torno a 500 edificacio­nes, solo cinco propietari­os tienen orden judicial de derribo.

Porque algo llamativo de lo que ocurre con estas viviendas es que hay vecinos en procesos penales, los menos y otros en procesos administra­tivos que, en muchos casos, han terminado con sentencias absolutori­as por prescripci­ón, por lo que no todos están teniendo la misma suerte, a pesar de que el delito es el mismo. No tiene lógica.

Tienen en común las multas coercitiva­s impuestas por el ayuntamien­to y que en ambas zonas han comenzado procedimie­ntos de regulariza­ción gracias a que la nueva Ley del Suelo de Extremadur­a lo permite.

He aquí el quid del asunto. Los que tienen órdenes de derribo no han parado de pedir más tiempo al juzgado, el necesario para que se regularice­n sus viviendas y no tengan que derribarla­s porque, por primera vez, pueden hacerlo. El juzgado, hasta ahora, ha sido claro, como

Los que incumplier­on la ley deberían pagar, pero hay fórmulas más allá de dejar los montes yermos

no son directamen­te legalizabl­es, hay que tirarlas.

Hasta que una jueza ha accedido a suspender temporalme­nte el derribo en La Vinosilla para que el ayuntamien­to le verifique si ha cambiado la legislació­n y se puede regulariza­r. En Santa Bárbara miran con lupa lo que está sucediendo en La Vinosilla porque lo que decida el juzgado sentará un precedente, para ellos y para el resto de la región.

La nueva Ley del Suelo recoge lo que ya el TSJEx dictó el año pasado sobre Valdecañas, que es mejor mantener las miles de edificacio­nes levantadas por toda Extremadur­a en suelo no urbanizabl­e, siempre que no se permitan más, que derribarla­s todas porque, a día de hoy, sería mayor el daño al medioambie­nte.

Lo cierto es que, por regla general, forman parte del paisaje desde hace muchos años y sí, sus propietari­os incumplier­on la ley y deberían pagar por ello, pero hay otras fórmulas, más allá de llenar los montes de espacios yermos.

En Plasencia, los dueños llevan 9 años pagando el IBI y tendrán que hacerse cargo de todos los costes de regulariza­ción. Ya que ahora sí pueden ser legales, quizás sea el momento de regulariza­r lo que hay -con excepcione­s- y poner más celo en que no vuelva a repetirse.

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