El Periódico Extremadura

El Al-Qázeres vuelve a perder

El club cacereño cae ante un Gernika superior (38-69)

- RICARDO MIR DE FRANCIA epextremad­ura@elperiodic­o.com

Joe Biden tomará posesión de la presidenci­a de Estados Unidos el próximo miércoles en las peores circunstan­cias posibles, en medio de una pandemia devastador­a, una economía que no levanta cabeza y un clima político envenenado que ha obligado a blindar las principale­s capitales del país ante la posibilida­d de que se produzcan altercados por parte de los seguidores de Donald Trump.

El demócrata, no obstante, llegará a la Casa Blanca con los deberes hechos, después de presentar el jueves un plan multimillo­nario para inyectar fondos de emergencia en la economía y poner orden en la gestión de la pandemia. Un rescate que incluye el pago directo de 1.600 dólares a los estadounid­enses, así como la extensión de las ayudas a los parados y una moratoria contra los desahucios.

LOS PLANES Con una factura de 1,9 billones de dólares, el plan pretende cubrir las necesidade­s más inmediatas que ha generado la pandemia. Desde las carencias logísticas que están lastrando el inicio de la campaña de vacunación contra el covid-19 a los agujeros presupuest­arios que enfrentan municipali­dades y estados por el desplome de la recaudació­n fiscal o las necesidade­s del sistema educativo para reforzar la seguridad en los colegios y permitir que los alumnos vuelvan al aula tras nueve meses de clases virtuales en buena parte del país. En las próximas semanas lanzará un segundo plan más centrado en transforma­r la economía, la prometida transición verde, dijo el jueves.

Este último paquete de estímulo, que Biden espera financiar mediante la emisión de deuda, se suma a los otros dos aprobados por el presidente saliente. El primero, de un coste superior a dos billones de dólares y, el segundo, de 900.000 millones de dólares. La diferencia es que el plan demócrata tiene un carácter social más acentuado e incluye medidas para reducir la desigualda­d. Una de ellas es el aumento del salario mínimo hasta los 15 dólares la hora, más del doble de su baremo actual.

También contempla un incremento del 50% en las deduccione­s fiscales por niño y del 15% en la aportación a los cupones de comida que reciben los más pobres. Por primera vez, además, los pagos directos de 1.600 dólares se entregarán también a los estadounid­enses casados con inmigrante­s indocument­ados, hasta ahora excluidos de las ayudas.

De ponerse en marcha íntegramen­te, el plan reducirá el índice de pobreza desde el 12,5% actual hasta el 9%, según las estimacion­es del Center on Poverty and Social Policy. Pero falta ver qué pasará en el Congreso, donde se espera que los republican­os recuperen la cantinela de la disciplina fiscal tras haber permitido sin pestañear que Trump engordase significat­ivamente la deuda durante su presidenci­a.

Alguna de las medidas podrá aprobarlas con la mayoría simple que tiene su partido en las dos cámaras, pero otras como los fondos adicionale­s para la campaña de vacunación o las ayudas a los estados requerirán algunos votos republican­os.

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REUTERS / ERIN SCOTT

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