Una reputada diplomática
LINDA THOMAS-GREENFIELD EMBAJADORA ANTE NACIONES UNIDAS. 69 AÑOS
La diplomacia brilla en los grandes foros internacionales, pero suele cocinarse a fuego lento en la intimidad, a ser posible, en el caso de nuestra protagonista, delante de un plato humeante de gumbo, una de las joyas de la cocina creole de Luisiana. La diplomacia culinaria es uno de los secretos de Linda Thomas Green field, una funcionaria de carrera con 35 años de experiencia en el Departamento de Estado .« Es tan buena como su reputación», afirma a este diario una de sus colegas. «Honestamente es la madre de nuestro Servicio Exterior», dice otro para expresar el alivio que ha generado su nominación entre el cuerpo diplomático, permanentemente bajo sospecha durante la presidencia Trump.
Creció a las afueras de Baton Rouge enlosañ os de JimCrow, viendo como el Ku Kux Klan quemaba cruces en los jardines de sus vecinos. Su padre, un jornalero analfabeto; su madre, una avezada cocinera que le enseñó« el poder de la amabilidad y la compasión». En Liberia conoció a su marido, un diplomático estadounidense que la animó a aparcar el doctorado que cursaba para unirse al Servicio Exterior. Aquel fue el inicio de una dilatada carrera diplomática como embajadora en Jamaica, Suiza, Pakistán, Nigeria o Gambia, antes de acabar como responsable de Asuntos Africanos en la Administración de Obama. El preámbulo de su despedida porque Mike Pompeo no tardó en cesarla al poco de asumir la cancillería, el inicio de una purga que ha hecho estragos en el servicio diplomático.