Paladín de los derechos indígenas
DEB HAALAND SECRETARIA DE INTERIOR. 60 AÑOS
«Una voz como la mía nunca se ha escuchado en el gabinete de ministros o al frente del Departamento del Interior». No exagera Deb Haaland, la primera nativo-americana en ser nominada para ocupar un alto cargo en el Gobierno de Estados Unidos, lo que es mucho decir. Nada menos que 96 años después de que el país concediera la ciudadanía a su maltratada población indígena. Nacida en territorio Navajo y criada entre los Laguna Pueblo, a los que pertenece, de Alburquerque (Nuevo México), dirigirá el departamento que aquí gestiona el uso y explotación de las tierras públicas, incluidas las reservas indias. Un gesto de Biden, largamente pospuesto por su país, que pondrá a una defensora a ultranza del medioambiente y los derechos indígenas a cargo del 28% del territorio estadounidense.
Creció con la maleta a cuestas en un sinfín de bases militares, que la obligaron a cambiar hasta 13 veces de colegio. Su madre, Pueblo como ella, en la Marina; su padre, un marine de origen noruego condecorado en Vietnam. A los 15 años empezó a trabajar en una panadería, conoció la indigencia tras tener a su única hija como madre soltera y se endeudó para estudiar Derecho, unos préstamos que sigue pagando a razón de casi 400 dólares al mes. En las protestas contra el oleoducto de Keystone se hizo un nombre como activista y en 2012 dirigió la campaña de Obam apara movilizar el voto entre la población indígena. Seis años después llegó al Congreso, donde ha abrazado las posturas del ala más izquierdista del Partido Demócrata.