El Periódico Extremadura

Vacunación y ética

- RAQUEL Rodríguez Muñoz

La vacunación de políticos antes que sanitarios y otros grupos preferente­s ha provocado numerosas críticas esta semana. Está sucediendo en distintos puntos de España y también en Extremadur­a, donde levantó la liebre el caso de la directora del centro sociosanit­ario de Plasencia, la también concejala socialista Soraya Cobos.

Que la política de Sanidad sea no desperdici­ar dosis de vacuna, ya que de cada vial se pueden extraer entre cinco y seis dosis, se entiende, pero que se les ofrezcan estas vacunas a personal que no está en contacto directo con los pacientes, sobre todo cuando los que sí lo están no la han recibido todavía, no. Esto es lo que ha molestado a estos últimos y la población considera falto de ética.

Porque el César, además de serlo, debe parecerlo y toda sospecha de enchufe, sobre todo político, en una cuestión tan delicada provoca vergüenza. Eso sí, no es lo mismo que se vacune un alcalde que nada tiene que ver con la rama sanitaria a que lo haga una directora de un centro donde la vacuna iba a llegar días más tarde. Por un lado, no tiene la misma gravedad, por otro, poco importaba esperar unos días más y dar ejemplo.

Sanidad no debería permitir resquicios o errores que siempre benefician al político

Otra cuestión es si tendrían que vacunarse, antes o a la vez que los sanitarios, cargos de gestión sin relación con los pacientes, aunque trabajen en centros sanitarios. En este caso, el argumento de Sanidad es que todos deben ponerse la vacuna porque cualquier persona puede llevar el virus a ese centro, pero lo justo sería que el protocolo priorizara al personal que está a diario con enfermos antes que al que no se acerca a ellos.

Estas actitudes son, con razón, poco comprensib­les para la ciudadanía y menos cuando ahora hay sanitarios que están teniendo que esperar para vacunarse por el retraso en la entrega de vacunas. De ahí también las quejas de profesiona­les a título particular y de sindicatos y colegios.

No desperdici­ar es una cosa y beneficiar a los amigos o compañeros, si además son cargos públicos, otra. Además de ser inmoral, es carnaza para la oposición de uno y otro signo, que se rasga las vestiduras y reclama ceses y dimisiones. Todos defienden al suyo y critican al contrario, pasando de una cuestión de justicia y salud, de vida o muerte para mucho, a un nuevo rifirrafe político.

Sanidad no debería permitir resquicios ni errores que siempre benefician al político de turno. La vacunación es algo muy serio y así habría que tomarlo.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain