El Periódico Extremadura

Candela, discreción colegial

Del grupo de trabajo del club dice que el éxito del equipo es fruto de la dedicación con el que subió a Segunda B

- JOSÉ MARÍA ORTIZ deportes@extremadur­a.elperiodic­o.com PASTRANA, OK

Una hora de conversaci­ón pausada y en cada palabra fluye el entusiasmo en un protagonis­ta de perfil discreto, de esos imprescind­ibles en cualquier colectivo que curran más que hablan. José María Candela Guardiola, `Chema Candela' (Cáceres, 1973), preparador físico del Diocesano, fue un futbolista que disfrutó del balón y vivió en el terreno de juego de su deporte favorito durante 17 años. Ahora ejerce de reputado preparador físico del Diocesano, el club del colegio en el que se formó y en el que ahora imparte clases de Secundaria. La agenda de este apasionado profesiona­l que ha estudiado Magisterio y Ciencias del Deporte está repleta de actividad.

«La clave es el grupo de trabajo, que le echamos muchas horas y nos gusta mucho esto, además del provecho que hemos sacado de los contactos que hemos hecho durante todo este tiempo». Candela es la mano derecha de Adolfo Senso, al que ya tuvo de entrenador como canterano en el Dioce.

¿Pensar en Segunda B, instalado ahora en la cúspide de la Tercera extremeña? Moderado en su juicio, nada aventurado, asume que «hay que ser realistas y será muy difícil por los rivales de los dos grupos que tenemos enfrente», apunta sin perder de vista y valorar que el cuadro colegial ha hecho los mejores números de la Tercera extremeña.

«Solamente soy una piedrilla más en ese éxito». Cauto en cada uno de sus juicios pese a que precisamen­te sea el Dioce el equipo que mejor ritmo imponga en sus partidos, inequívoco resultado de su labor, Candela es alguien agradecido a la puesta en común que se hace. «Con Fito (Adolfo Senso), que lo consulta todo, y Manolo (Jordán, el preparador de porteros) estamos siempre pensando y trabajando en fútbol. Hay días que a las 12 de la noche seguimos hablando, y aun habiendo entrenado durante el día», dice.

Va más allá el preparador físico al intentar arrojar luz sobre la condición del club unánimemen­te alabado. En ello también nombra al delegado, Emiliano, al presidente, Alfonso Abreu, o incluso el eterno presidente de honor, Gerardo Hierro, o José Luis Mohedano, a quienes cita como gente importante a la hora de estar en el germen de una historia de triunfos sociales y deportivos de la entidad.

Su historia como futbolista se gestó en el centro educativo, en el que la cantera ha sido una razón de ser, que fue creciendo hasta erigirse en una promesa que se hizo realidad en el Cacereño. «Debuté con Javier Escalza en la temporada 93-94 ante el Melilla, tenía 23 años. Jugué de titular, empatamos 1-1 y pegué un tiro en el larguero ese día», recuerda. Después, fue cesado el técnico vasco y llegó Ángel Marcos, con el que había jugado en División de Honor juvenil y el filial y en el que había confirmado sus buenas condicione­s.

Vivencias del este

A partir de ahí, filial y en el histórico ascenso en Manzanares, después Arroyo, Don Benito (tres años en Tercera y un ascenso a Segunda B) e inició un prolongado periplo por el este peninsular: Hellín, Mazarrón, Pinatar y de nuevo Hellín, con fases de ascenso incluidas y siempre disfrutand­o del fútbol. «Luego nos fuimos acercando y fui al Imperio de Mérida, hasta que lo dejamos del todo y vivir en Cáceres». Año 2008.

Su carrera se había terminado ahí, pero comenzaba otra, que quién sabe hasta dónde le terminará llevando. Siempre formándose académicam­ente, lleva 12 años trabajando para el Diocesano, siempre muy apreciado en la entidad. No descarta «seguir creciendo» y asume haber recibido alguna oferta, desechada por no ser lo suficiente­mente importante, porque está en su casa y formar parte de varios proyectos importante­s, entre ellos la investigac­ión con el equipo de Tomás García Calvo en la Uex o en su condición de profesor en la escuela de entrenador­es de la Federación Extremeña de Fútbol.

Está satisfecho porque en el Diocesano su entendimie­nto con su `familia' es total. «Estamos todos muy implicados», proclama. Y sobre la cantidad de futbolista­s importante­s que han salido del club, «que ya he perdido la cuenta», dice que es fruto del rastreo del propio club, con Senso al frente. «Como director deportivo de un club siempre he dicho que sería increíble», dice convencido Candela.

¿Y el Diocesano actual? ¿Es el mejor de los cuatro últimos años? «Es diferente», dice, con jugadores de un perfil más técnico y menos velocidad, pero más efectivo en función de los resultados. Candela, puro Dioce.

Húltimas semanas. Con Manuel, el aragonés arrancó la pretempora­da de mediapunta y ejerciendo como de cuarto atacante para darle polivalenc­ia al equipo. De hecho, fue uno de los mejores en pretempora­da, pero esa lesión de abductor le truncó el inicio de una campaña en la que Sergio Gil quiere reivindica­rse tras apostar fuerte por seguir en Almendrale­jo.

De otro lado, Manuel Mosquera confirmó este viernes que Víctor Pastrana era el jugador positivo por covid-19 en la plantilla, pero que ya está recuperado y si nada lo remedia estará entrenando este domingo después de que haya guardado la cuarentena indicada por Salud Pública y no tener síntomas. Así las cosas, el jugador también llegaría a la cita ante el Don Benito.

Más difícil lo tendrá Fran Cruz, que sufre una pequeña microrotur­a muscular que le puede hacer ser baja ante el Don Benito, aunque espera estar disponible para el Badajoz. Casto Espinosa sigue entre algodones, pero forzará para jugar el miércoles.

Manuel asume que no habrá fichajes, pero entiende la situación: «si lo que queremos es ordenar el club y estructura­rlo de inicio, es normal. Tenemos nivel en la plantilla para cumplir los objetivos», recalcó el gallego.

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Chema Candela, antes del derbi ante el Cacereño en la primera jornada liguera.
A la expectativ­a Chema Candela, antes del derbi ante el Cacereño en la primera jornada liguera.

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