Puñetazo en los tribunales
Solicitará disponer de más hectáreas para cava en los próximos años
Extremadura ha dado un puñetazo sobre la mesa en el conflicto del cava que le ha impedido crecer al ritmo que necesitaba en los últimos años. El Supremo le ha dado la razón a la Junta de Extremadura y ha terminado eliminando los artículos de un Real Decreto que limitaba la superficie de plantaciones de viñas con producciones destino a cava. «A los de Almendralejo prácticamente nos habían ninguneado en este tema», dice un bodeguero que prefiere no revelar su identidad «porque aquí nos conocemos todos y hay muchos intereses» señala.
Lo cierto es que la Junta de Extremadura había peleado por revertir la concesión que el Gobierno de España había dado al
Consejo Regulador de la Denominación de Origen Cava, dominado por las bodegas catalanas, en una maniobra que se había interpretado con tintes políticos y una concesión de Pedro Sánchez a la industria catalana.
Lejos de guerras entre cavas de uno y otro lugar, en Extremadura no entendían por qué el Gobierno había cedido esta competencia al Consejo Regulador y había privado a las comunidades autónomas la posibilidad de emitir informe contra las recomendaciones de un Consejo que anulaba el crecimiento para el cava con el pretexto de no devaluar el producto.
Lo cierto es que en Extremadura se pedía crecer más. Y así podrán hacerlo las cinco bodegas que ahora están adscrita a la DO Cava. La Junta de Extremadura ya ha anunciado que solicitará que se declaren nulas las restricciones de cultivo de cava D.O. de Extremadura que se impusieron para los años 2020, 2021 y 2022 tras esta sentencia del Tribunal Supremo. Y pedirá la concesión para cultivar nuevas hectáreas en los tres próximos años.
La pelota estará ahora en el tejado del Ministerio de Agricultura, que tras consultar a las comunidades autónomas, será el que vuelva a tener la potestad de limitar, congelar o permitir más hectáreas para cava, pero siempre de manera motivada y con argumentos sobre la mesa.
La noticia ha sido acogida con agrado entre los productores de cava en Almendralejo, que ven en este producto una vía rentable para su uva de calidad. Todo eso pese a que el crecimiento se haya paralizado en tiempos de pandemia. La sentencia también supone un punto de inflexión en una batalla que había rebajado su tensión, pero en la que Extremadura no había dejado de pelear y en la que el tiempo le ha dado la razón.
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