La escopeta, en el maletero
Habrá que meter la escopeta en el maletero para que te permitan salir». Es uno de los muchos comentarios irónicos y críticos que he leído después de que el consejero de Sanidad, José María Vergeles, anunciara este miércoles que estaba permitido saltarse el cierre perimetral para ir a cazar, no en grupo, sino de forma individual.
Tal y como lo dijo en la rueda de prensa, causó estupor. Porque anunció que, para mitigar la fatiga pandémica, se recomendaba el ejercicio físico al aire libre y cuando ya pensábamos que volverían las clases de pádel, tenis, atletismo o fútbol, dijo aquello de «para ir a cazar».
El DOE refleja que la caza está incluida, la palabra clave, en los desplazamientos para realizar actividad física y deportiva individual al aire libre. Pero cuando lo dijo, pareció que solo se permitiría salir a cazar.
Los comentarios posteriores, muy pocos positivos, han vuelto a demostrar la importancia de saber comunicar los mensajes a la población, más en una situación como la actual.
Además, aunque se trataba de una demanda de la Federación Extremeña de Caza, muchos cazadores lamentan
La medida de que se pueda salir a cazar no se ha entendido porque no se ha explicado bien
que la medida, en lugar de beneficiarles, les ha perjudicado porque ha puesto a la opinión pública en su contra.
Si Vergeles hubiera dicho únicamente que se permitía la práctica deportiva al aire libre de forma individual, con la puntualización en el DOE de que se incluía la caza, no habría tenido repercusión, pero al subrayar esta, les ha puesto en el punto de mira.
Porque muchas personas no entienden que se pueda ir a cazar, pero no a practicar una clase de yoga o pilates, por ejemplo, que también es ejercicio, salud y ayuda a aliviar la fatiga. Por eso, surgen además los comentarios negativos hacia el sector sobre si habrá sido un pago de favores. No se ha entendido porque no se ha explicado bien.
A esto se suma la incredulidad de muchos cazadores, que explican que la temporada general de caza finalizó el 6 de enero y ahora solo está en vigor la prórroga de la paloma y el zorzal y las monterías hasta febrero, que no cuentan porque son colectivas. «Nadie va a salir a cazar ahora», dicen.
Por lo tanto, ni la población lo ha entendido, ni muchos cazadores tampoco. Es meterse en un jardín innecesariamente por gestionar mal, de nuevo, la comunicación.
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