Impacto económico del covid-19 en la región
La crisis sanitaria sigue marcando el ritmo de la economía regional, la cual caerá un 7,9% en el año 2020
La crisis sanitaria sigue marcando el ritmo de la economía regional. Según Funcas, la economía caerá un 7,9% en 2020, seguida de una recuperación del 4,4% en 2021. Este buen dato se debe a varios factores: uno, el menor impacto de la crisis en el sector primario y agroalimentario. Dos, al aumento del consumo público, que aumentará el déficit público hasta el 1,4% en 2021. Y tres, a la aportación positiva del comercio exterior, por el tirón de las exportaciones de alimentos y semifacturas que son el 75% del total. Aunque, desde enero de 2020, las exportaciones regionales se desaceleran a mayor ritmo que las importaciones por dos motivos: por el estancamiento de los países de la eurozona, este mercado supone el 75% de las exportaciones regionales, y por la apreciación del euro frente al dólar y la libra, el mercado americano y británico representan el 7% de las exportaciones. La apreciación del euro se produce en un contexto de aumento del déficit público en la eurozona por la covid-19, que eleva la demanda de euros y aprecia el tipo de cambio, abaratando las importaciones y encareciendo las exportaciones, que deteriora el saldo comercial de la eurozona.
A pesar del deterioro del saldo exterior en la Región, sigue siendo positivo debido tanto a factores externos como internos. Los externos son la política monetaria expansiva del BCE, con su Programa de Compras de Emergencia Pandémica; la flexibilización de las reglas fiscales, en este
La recuperación regional será posible en 2021 si conseguimos un crecimiento sostenido tanto de la demanda interna como del sector exterior
sentido el PEC permite a los Estados una política fiscal expansiva sin sanción; el Fondo de Recuperación Europeo de la UE dotado de 750.000 millones, para financiar inversiones según los nuevos retos de la UE; y el programa SURE con 100.000 millones, destinado a paliar los efectos en el empleo de la covid-19 a corto plazo, reduciendo el gasto que ocasionarían los estabilizadores automáticos en las cuentas regionales, como pueden ser las prestaciones por desempleo y los ERTES. Los internos que influyen en la Región, aumentando la competitividad de nuestras exportaciones, son la deflación desde enero de 2020 (la inflación en diciembre fue -0,5%) y la bajada de los costes laborales por trabajador desde el segundo trimestre de 2020.
La recuperación en 2021 no conllevará una mejora del déficit debido a la pandemia, la AIReF estima que el déficit en 2020 será del 0,3% y del 1,4% en 2021, acabando con el proceso de “austeridad expansiva” en la Región desde el 2014, por el que se daba un proceso de consolidación fiscal, impuesto por el Gobierno central, junto con un crecimiento sostenido, que permitió pasar de un déficit del 4,6% en 2011 al 1,2% en 2019. Los factores externos antes mencionados, que afectarán a Extremadura, son diferentes a las que se tomaron en la crisis de 2008 y que evitarán los déficits tan elevados como entonces. Mientras que en la crisis de 2008 se aplicó una política fiscal expansiva anti-cíclica (el gobierno de Zapatero bajó el IRPF y aumentó el gasto con el Plan-E), ahora la política fiscal expansiva viene de la UE y se centra en el aumento del gasto, y no en los impuestos, por entender que una bajada de estos en recesión hace que la mayor renta disponible se ahorre y no se gaste, quedando sin efecto la bajada de impuestos. Además, la Región accederá al Fondo extraordinario del Gobierno para hacer frente al COVID de 13.486 millones y se beneficiará de la suspensión de las reglas fiscales, con la activación en marzo del año pasado de la cláusula general de salvaguarda del PEC,de la Comisión Europea, y del aval de AIReF.
La recuperación regional será posible en 2021 si conseguimos un crecimiento sostenido tanto de la demanda interna como del sector exterior. Para ello, se debe continuar con las políticas que han permitido la bajada del paro desde el 2008, para que aumente la capacidad adquisitiva de las personas, y diseñar un programa de internacionalización, enfocado en modernizar la estructura productiva de las empresas exportadoras. La finalidad es aprovechar un crecimiento sólido en 2021 para aplicar una política fiscal cíclica que corrija el déficit, que recupere la confianza de los mercados, y permita reducir la deuda regional, ya en el 25% en el tercer trimestre de 2020.
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