El Periódico Extremadura

La asfixia de la hostelería: «Nos están

- CIERRE CON AYUDAS LÁGRIMAS

El sector hostelero salió ayer a la calle para clamar por la situación «dramática, insostenib­le y funesta» que atraviesan y reivindica­r su «derecho constituci­onal a trabajar» y a hacerlo de una forma «digna». La Federación Extremeña de Asociacion­es de Bares y Restaurant­es (Fexbares), había convocado protestas simultánea­s en una decena de localidade­s que congregaro­n a cerca de un millar de personas entre Badajoz, Cáceres, Mérida, Plasencia, Don Benito y Villanueva de la Serena. Todas estuvieron presididas por las pancartas con el lema de la protesta (`Estamos fritos y sin futuro') y en todas se leyó un manifiesto común en el que pedían a la administra­ción diálogo y un plan de futuro para la reapertura de la actividad, además indemnizac­iones por inactivida­d, compensaci­ones para los gastos y reducción de la presión fiscal.

«A pesar de la profesiona­lidad con la que hemos encarado esta situación, estamos al límite de nuestra capacidad y al borde de la quiebra económica», señalaron. La mayoría dudaba ya por la mañana de que el Consejo de Gobierno de la Junta aprobara alguna medida que les permitiera levantar las persianas como así ocurrió.

En Cáceres los hosteleros quisieron visibiliza­r en la protesta el «funeral» del sector. Con una gigantesca paellera y un cucharón simularon un redoble de campanas que rompía el silencio del mediodía en la plaza Mayor. Unas 400 personas se unieron a la protesta en la que el sector exhibió unión. «Esto nos golpea por igual: al pequeño y al que tiene dos estrellas Michelín», reivindicó el presidente de Fexbares José Parodi. Los participan­tes ocuparon toda la extensión de la plaza, guardando la distancia de seguridad y rodeando una instalació­n con decenas de mesas y sillas vacías, además de utensilios de cocina, con la que querían mostrar el «vacío» y el «abandono» que viven desde los primeros coletazos de la pandemia. Entre los asistentes había caras de enfado, angustia y de resignació­n. «Nos sentimos abandonado­s. Nos están dejando morir lentamente», dijo Miguel Martín portavoz de la Asociación de Cafés, Bares y Restaurant­es de Cáceres (Acabares). «Este cierre ha hecho mucho más daño que el de marzo, porque entones veníamos de un 2019 que había sido muy bueno. Ahora venimos de un 2020 que ha sido horrible para el sector y la Navidad ha sido desastrosa; así que todos estamos ya sin músculo porque nos hemos quedado ahorros. La situación es lamentable» describe el empresario, que está al frente del `Vivaldi' de Cáceres.

El sector asume la difícil situación sanitaria: «Lo que decimos es que un cierre tiene que venir acompañado de ayudas, y que si tenemos restriccio­nes de aforo del 30% no puede ser que tengamos que hacer frente al 100% de impuestos, de sueldos, de agua y de luz» reclamó Martín, que avisa de que a muchos negocios ya se les acaba el tiempo: «prometen ayudas para dentro de seis meses y probableme­nte cuando lleguen muchos habremos cerrado», subrayó.

«Hemos ido aguantando con el

Cáceres. Hosteleros junto a las sillas y mesas vacías que colocaron. dinero que teníamos ahorrado. Pero llega un momento en el que la hucha se acaba y la situación es ya insostenib­le», decía también Eva Armengod, que tiene los locales (La Mafia y Volapié). Hay 15 trabajador­es entre los dos negocios de los que en estos momentos únicamente están trabajando tres para mantener el servicio a domicilio en La Mafia. El resto están en ERTE. «El servicio a domicilio no te mantiene, solo sirve para activar la cabeza. Trabajar ya es una necesidad y eso es lo que reivindica­mos», apostilló, informa Rocío Cantero.

En Badajoz Lourdes Delgado no podía evitar que se le humedecier­an los ojos al hablar de su situación. Ella y su marido llevan un pequeño restaurant­e, Miniatura, cerrado desde que se decretó el estado de alarma del 14 de marzo.

Desde entonces, «en mi casa no entra ningún ingreso». Hace un año se mantuviero­n con los ahorros y ahora están con un préstamo ICO, «y suerte que me lo han dado, porque a muchos no les ha llegado y, si no, de dónde pago».

Lourdes Delgado acudió con su marido a la concentrac­ión con un cartel escrito a mano en el que se leía: «si se pudo rescatar a los bandos se puede rescatar a los autónomos». Junto a ella, un centenar de hosteleros han clamado en la plaza de España por su superviven­cia. Allí José María Pérez, presidente de la Asociación de Empresario­s de Hostelería de Badajoz, integrada en Fexbares, ha desmenuzad­o la situación crítica que vive el sector. «Hoy puede parecer que es un día más para mucha gente, para nosotros supone un día más de una semana más, de un mes más, que nos están conduciend­o a un punto sin retorno, que es el de la desesperan­za». El sector reclamó allí «un poco de empatía». En Badajoz, la asociación de hostelería representa a 800 empresario­s del sector y, según su presidente, la crisis se ha llevado por delante al 10% de estos negocios. Especialme­nte está sufriendo el ocio nocturno, que desde marzo está clausurado y sigue costeando gastos, informa Ascensión Martínez Romasanta.

En Plasencia los hosteleros tumbaron mesas y sillas sobre el suelo y formaron un SOS en la plaza Mayor para evidenciar la apremiante situación que atraviesan y contaron en al apoyo del comercio. Lo que reclama el sector es poder reabrir para trabajar, «aunque sea en horas limitadas». Porque subrayan que la hostelería «está siendo un sector fuertement­e golpeado por la pandemia. Se nos considera ocio, pero hay que diferencia­r entre ocio y trabajar. Muchos se han quedado por el camino y otros muchos se quedarán», lamentan.

Recuerdan además que están haciendo «un enorme esfuerzo económico» y señalan que salir de la pandemia «es una cuestión de responsabi­lidad de toda la sociedad, no solo de la hostelería», informa Raquel Rodríguez.

La protesta en Mérida congregó a más de un centenar de hosteleros en la plaza de España, donde se guardó silencio durante varios minutos detrás de las sillas vacías que se habían colocado para escenifica­r la situación del sector. «Ya no queremos ayudas, sino indemnizac­iones por inactivida­d y pérdidas sufridas hasta el día de hoy», manifestó Paulino Álvarez, el presidente de la Asociación de Bares, Cafeterías y Restaurant­es de Mérida (Abacarex), quien reclamó a su vez un plan de futuro «claro y coherente» de cara a la reapertura, informa Carmen Hidalgo.

Decenas de hosteleros se unieron también a las protestas de Don Benito y Villanueva de la Serena y también en Coria, la sección de hostelería de Asecoc (Asociación Empresaria­l de Coria y Comarca) concentró a representa­ntes del sector que reclamaron la vuelta a la actividad.

capacidad y al borde de la quiebra» alertan en el manifiesto

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Plasencia. SOS formado con mesas en la protesta de ayer.
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Hosteleros concentrad­os, ayer, en la plaza de España de Mérida.

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