Desmantelada una banda de estafadores que operaba en EEUU desde Miajadas
El entramado se extendía por 16 países
En Miajadas no se habla de otra cosa. No es para menos si se tiene en cuenta que agentes de la Policía Nacional y del Servicio Secreto de los Estados Unidos han llevado a cabo en la localidad cacereña la mayor investigación de ámbito internacional realizada hasta la fecha contra el fraude cometido con tarjetas bancarias. El macrooperativo ha permitido nada menos que la detención de 105 personas en España, Austria, Reino Unido y Grecia –otras 14 han sido imputadas-, como presuntos autores de delitos de organización criminal, estafa, blanqueo de capitales, falsedad documental y tenencia ilícita de armas. Se han practicado 88 registros domiciliarios simultáneos en cuatro de los países europeos que han participado en la investigación.
La red desmantelada habría defraudado más de 12.000.000 de euros mediante la creación de empresas fantasma en Estados Unidos para, tras dotarlas de una falsa solvencia económica, solicitar la expedición de tarjetas de débito con el máximo importe disponible con el pretexto de utilizarlas en sus viajes a Europa. Una vez en España, las tarjetas americanas eran utilizadas en establecimientos conniventes por elevados importes mediante el sistema de preautorización, aprovechando la diferencia de aceptación del pago existente entre los bancos americanos y españoles.
Mediante este procedimiento lograban realizar importantes compras y posteriormente vaciar las cuentas de efectivo antes de que las entidades bancarias pudieran anular las operaciones. La organización desplegó su base de operaciones en el Hotel El Cortijo, tal como adelantó este periódico ayer, desde donde coordinaban sus ilícitas actividades que se extendían tanto en España –se han detectado operaciones en 24 provincias- como en 15 países extranjeros.
Precisamente en ese hotel, los miembros del entramado desarticulado -nacionales de Estados Unidos, Albania, Grecia, Bulgaria, Venezuela, Colombia y España-utilizaban identidades falsas y en el conocido local miajadeño habían establecido su base de operaciones en España. Es más, se encontraban en proceso de abrir otra sede en un lujoso hotel de la región de Grän (Austria) y otro en la isla de Mikonos (Grecia).
Y es que la organización criminal se asentó primero en el municipio guipuzcoano de Mondragón en 2017 y luego en Alange hasta llegar a Miajadas, donde llevaban dos años operando. Este establecimiento mantenía abierta al público su cafetería para no levantar sospechas de inactividad, pero en él se refugiaban los principales miembros de la organización, así como otros socios griegos que acudían temporalmente a España a defraudar.
Sorpresa
Así, uno de los detenidos es el dueño del complejo. El alcalde, Antonio Díaz, dijo que la gente se ha mostrado sorprendida de la magnitud de la red. El regidor indicó que nadie había visto nada anormal y que todo el complejo, compuesto por restaurante, hotel, cafetería y terraza, funcionaba con aparente normalidad, «aunque había menos gente pero nadie se extrañó porque con la pandemia se ha reducido el público».
La investigación comenzó hace año y medio, y se ha desarrollado de forma coordinada con EUROPOL y las policías de Grecia, Austria, Dinamarca, Reino Unido, Alemania, Polonia, Ucrania, además de las autoridades judiciales y Fiscales de la Audiencia Nacional Española, cinco fiscalías de EEUU -Texas, Jacksonville, Miami, Providence y Boston- y cuatro fiscalías europeas -Alemania, Austria, Dinamarca y Grecia-.
Una investigación que ha sido dirigida por el Juzgado Central de Instrucción número 6 de la Audiencia Nacional quién emitió 19 órdenes internacionales de detención e investigación a los países implicados en los que se han realizado detenciones y registros.
«Las detenciones anunciadas muestran la importancia de la colaboración entre buenos socios», dijo Conrad Tribble, encargado de Negocios de la Embajada de Estados Unidos en Madrid. «En nombre del Servicio Secreto de los Estados Unidos, me gustaría agradecer a nuestros socios internacionales, en particular a la Policía Nacional española, por su gran dedicación y profesionalidad en este caso», comentó durante una comparecencia ayer en Madrid.
Los líderes del grupo, de origen albanés, utilizaban documentación falsa griega y contaban con personal de confianza, todos ellos españoles, que trabajaban para la organización realizando diversas funciones. Por un lado estaban los que captaban establecimientos, empresarios o autónomos que permitieran pasar tarjetas americanas en el datáfono de su comercio a cambio de una comisión del 15% del importe.
Una vez se encontrase el dinero en la cuenta, éste tendría que reintegrar el 85% restante mediante transferencia bancaria a una de las muchas cuentas que manejaban los principales miembros de la organización. Para justificar la supuesta transacción elaboraban facturas falsas a nombre de las mercantiles americanas que figuraban en la tarjeta, con la finalidad de simular haber comprado productos o prestado algún servicio.
El rol
Cada uno de los componentes de la banda tenía un rol determinado para perfeccionar el fraude. Algunos de sus integrantes, con doble nacionalidad griega y estadounidense, tenían la misión de viajar a diversos puntos de EEUU con el objetivo de poner en marcha empresas que posteriormente serían utilizadas para cometer el fraude. Una vez que la sociedad estaba legalmente constituida acudían a diferentes entidades bancarias y abrían cuentas a nombre de las mercantiles. Posteriormente recibían transferencias internacionales que emitían otros miembros de la organización desde distintos países de Europa para generar una falsa creencia de actividad aparentando solvencia económica. Esos fondos los movían entre las cuentas.
Tras esperar unos meses para consolidar esa apariencia de estabilidad económica y temporal solicitaban a los bancos la expedición de tarjetas de débito con el máximo importe disponible haciendo ver que las usarían en Europa. Después las enviaban por correo ordinario a Grecia y Austria y, desde ahí, finalmente a España, donde eran utilizadas de forma fraudulenta.
Pasados unos días la entidad bancaria americana detectaba que el pago no se había autorizado y devolvía el dinero a la cuenta de su cliente, quien formaba parte de la organización. Después de esa devolución la tarjeta volvía a ser pasada en los datáfonos de los comercios españoles para liberar el importe retenido inicialmente, generando un descubierto en EEUU vinculado a la tarjeta de la que ya habían sido extraídos los fondos regresados de la devolución.
80.000 euros en una hora
Luego hacían falsas facturas de compraventa para que el propietario del establecimiento justificase la transacción por un importe tan elevado e inusual. En una ocasión pasaron tarjetas americanas en una farmacia por valor de 80.000 euros -todo ello en menos de una hora-, mientras que en otra supuestamente gastaron 300.000 euros en un club taurino.
En pleno confinamiento realizaron cargos en hoteles cerrados por más de 1.300.000 euros. Los empresarios y autónomos que se han lucrado son de todos los sectores, como hostelería, joyerías, construcción, productos cárnicos, turísticos, alquiler y compraventa de vehículos o maquinaria.
Durante la operación se han bloqueado 87 cuentas bancarias de España y Europa con saldos que superan el millón de euros; se han intervenido 427.000 euros, 8.000 dólares y 600 coronas checas en efectivo; más de 200 tarjetas bancarias y 100 datáfonos; documentación falsificada; 14 vehículos de alta gama; y diez armas de fuego y varios machetes y cuchillos.