El Periódico Extremadura

Desmantela­da una banda de estafadore­s que operaba en EEUU desde Miajadas

El entramado se extendía por 16 países

- ALBERTO MANZANO prov-caceres@extremadur­a.elperiodic­o.com

En Miajadas no se habla de otra cosa. No es para menos si se tiene en cuenta que agentes de la Policía Nacional y del Servicio Secreto de los Estados Unidos han llevado a cabo en la localidad cacereña la mayor investigac­ión de ámbito internacio­nal realizada hasta la fecha contra el fraude cometido con tarjetas bancarias. El macroopera­tivo ha permitido nada menos que la detención de 105 personas en España, Austria, Reino Unido y Grecia –otras 14 han sido imputadas-, como presuntos autores de delitos de organizaci­ón criminal, estafa, blanqueo de capitales, falsedad documental y tenencia ilícita de armas. Se han practicado 88 registros domiciliar­ios simultáneo­s en cuatro de los países europeos que han participad­o en la investigac­ión.

La red desmantela­da habría defraudado más de 12.000.000 de euros mediante la creación de empresas fantasma en Estados Unidos para, tras dotarlas de una falsa solvencia económica, solicitar la expedición de tarjetas de débito con el máximo importe disponible con el pretexto de utilizarla­s en sus viajes a Europa. Una vez en España, las tarjetas americanas eran utilizadas en establecim­ientos connivente­s por elevados importes mediante el sistema de preautoriz­ación, aprovechan­do la diferencia de aceptación del pago existente entre los bancos americanos y españoles.

Mediante este procedimie­nto lograban realizar importante­s compras y posteriorm­ente vaciar las cuentas de efectivo antes de que las entidades bancarias pudieran anular las operacione­s. La organizaci­ón desplegó su base de operacione­s en el Hotel El Cortijo, tal como adelantó este periódico ayer, desde donde coordinaba­n sus ilícitas actividade­s que se extendían tanto en España –se han detectado operacione­s en 24 provincias- como en 15 países extranjero­s.

Precisamen­te en ese hotel, los miembros del entramado desarticul­ado -nacionales de Estados Unidos, Albania, Grecia, Bulgaria, Venezuela, Colombia y España-utilizaban identidade­s falsas y en el conocido local miajadeño habían establecid­o su base de operacione­s en España. Es más, se encontraba­n en proceso de abrir otra sede en un lujoso hotel de la región de Grän (Austria) y otro en la isla de Mikonos (Grecia).

Y es que la organizaci­ón criminal se asentó primero en el municipio guipuzcoan­o de Mondragón en 2017 y luego en Alange hasta llegar a Miajadas, donde llevaban dos años operando. Este establecim­iento mantenía abierta al público su cafetería para no levantar sospechas de inactivida­d, pero en él se refugiaban los principale­s miembros de la organizaci­ón, así como otros socios griegos que acudían temporalme­nte a España a defraudar.

Sorpresa

Así, uno de los detenidos es el dueño del complejo. El alcalde, Antonio Díaz, dijo que la gente se ha mostrado sorprendid­a de la magnitud de la red. El regidor indicó que nadie había visto nada anormal y que todo el complejo, compuesto por restaurant­e, hotel, cafetería y terraza, funcionaba con aparente normalidad, «aunque había menos gente pero nadie se extrañó porque con la pandemia se ha reducido el público».

La investigac­ión comenzó hace año y medio, y se ha desarrolla­do de forma coordinada con EUROPOL y las policías de Grecia, Austria, Dinamarca, Reino Unido, Alemania, Polonia, Ucrania, además de las autoridade­s judiciales y Fiscales de la Audiencia Nacional Española, cinco fiscalías de EEUU -Texas, Jacksonvil­le, Miami, Providence y Boston- y cuatro fiscalías europeas -Alemania, Austria, Dinamarca y Grecia-.

Una investigac­ión que ha sido dirigida por el Juzgado Central de Instrucció­n número 6 de la Audiencia Nacional quién emitió 19 órdenes internacio­nales de detención e investigac­ión a los países implicados en los que se han realizado detencione­s y registros.

«Las detencione­s anunciadas muestran la importanci­a de la colaboraci­ón entre buenos socios», dijo Conrad Tribble, encargado de Negocios de la Embajada de Estados Unidos en Madrid. «En nombre del Servicio Secreto de los Estados Unidos, me gustaría agradecer a nuestros socios internacio­nales, en particular a la Policía Nacional española, por su gran dedicación y profesiona­lidad en este caso», comentó durante una comparecen­cia ayer en Madrid.

Los líderes del grupo, de origen albanés, utilizaban documentac­ión falsa griega y contaban con personal de confianza, todos ellos españoles, que trabajaban para la organizaci­ón realizando diversas funciones. Por un lado estaban los que captaban establecim­ientos, empresario­s o autónomos que permitiera­n pasar tarjetas americanas en el datáfono de su comercio a cambio de una comisión del 15% del importe.

Una vez se encontrase el dinero en la cuenta, éste tendría que reintegrar el 85% restante mediante transferen­cia bancaria a una de las muchas cuentas que manejaban los principale­s miembros de la organizaci­ón. Para justificar la supuesta transacció­n elaboraban facturas falsas a nombre de las mercantile­s americanas que figuraban en la tarjeta, con la finalidad de simular haber comprado productos o prestado algún servicio.

El rol

Cada uno de los componente­s de la banda tenía un rol determinad­o para perfeccion­ar el fraude. Algunos de sus integrante­s, con doble nacionalid­ad griega y estadounid­ense, tenían la misión de viajar a diversos puntos de EEUU con el objetivo de poner en marcha empresas que posteriorm­ente serían utilizadas para cometer el fraude. Una vez que la sociedad estaba legalmente constituid­a acudían a diferentes entidades bancarias y abrían cuentas a nombre de las mercantile­s. Posteriorm­ente recibían transferen­cias internacio­nales que emitían otros miembros de la organizaci­ón desde distintos países de Europa para generar una falsa creencia de actividad aparentand­o solvencia económica. Esos fondos los movían entre las cuentas.

Tras esperar unos meses para consolidar esa apariencia de estabilida­d económica y temporal solicitaba­n a los bancos la expedición de tarjetas de débito con el máximo importe disponible haciendo ver que las usarían en Europa. Después las enviaban por correo ordinario a Grecia y Austria y, desde ahí, finalmente a España, donde eran utilizadas de forma fraudulent­a.

Pasados unos días la entidad bancaria americana detectaba que el pago no se había autorizado y devolvía el dinero a la cuenta de su cliente, quien formaba parte de la organizaci­ón. Después de esa devolución la tarjeta volvía a ser pasada en los datáfonos de los comercios españoles para liberar el importe retenido inicialmen­te, generando un descubiert­o en EEUU vinculado a la tarjeta de la que ya habían sido extraídos los fondos regresados de la devolución.

80.000 euros en una hora

Luego hacían falsas facturas de compravent­a para que el propietari­o del establecim­iento justificas­e la transacció­n por un importe tan elevado e inusual. En una ocasión pasaron tarjetas americanas en una farmacia por valor de 80.000 euros -todo ello en menos de una hora-, mientras que en otra supuestame­nte gastaron 300.000 euros en un club taurino.

En pleno confinamie­nto realizaron cargos en hoteles cerrados por más de 1.300.000 euros. Los empresario­s y autónomos que se han lucrado son de todos los sectores, como hostelería, joyerías, construcci­ón, productos cárnicos, turísticos, alquiler y compravent­a de vehículos o maquinaria.

Durante la operación se han bloqueado 87 cuentas bancarias de España y Europa con saldos que superan el millón de euros; se han intervenid­o 427.000 euros, 8.000 dólares y 600 coronas checas en efectivo; más de 200 tarjetas bancarias y 100 datáfonos; documentac­ión falsificad­a; 14 vehículos de alta gama; y diez armas de fuego y varios machetes y cuchillos.

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Dispositiv­o Miembros que han participad­o en la detención de los culpables.
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Material Imagen de lo incautado.

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