El Periódico Extremadura

Olleta tiene concesión para la explotació­n de la cantera

Por ahora no está b obligada a presentar un plan de restauraci­ón del espacio Necesitarí­a un b permiso municipal, una licencia que la empresa no ha pedido

- JOSÉ LUIS BERMEJO caceres@extremadur­a.elperiodic­o.com

La Consejería para la Transición Ecológica confirmó este martes que la empresa Olleta Torres tiene concesión en vigor para la explotació­n de la cantera que está en las inmediacio­nes de la carretera de Medellín y la falda de la Montaña. Tiene ese permiso de concesión «desde el 19 de febrero de 2019» y estará en vigor «hasta 2028», según se confirmó desde la consejería a preguntas de este diario.

De momento la empresa no ha comunicado a la consejería que vaya a realizar «labores mineras», se precisó desde la Junta, necesitarí­a antes que el ayuntamien­to concediese los permisos municipale­s y que la compañía presentase en la consejería el plan de labores con los trabajos a acometer en la cantera para la extracción de áridos. Por parte de la empresa no se ha solicitado al ayuntamien­to ninguna autorizaci­ón ni tampoco está previsto que se pida en un futuro próximo, según confirmaro­n fuentes de la compañía, por el descenso de la actividad en el sector de la construcci­ón.

Desde la consejería se precisó a las preguntas de este diario que el plan de restauraci­ón del espacio solo se tendría que ponerse en marcha cuando la empresa decidiese abandonar la concesión minera o la misma no se renovase.

La cantera estuvo funcionand­o hasta que en vía judicial se terminó el proceso contra la resolución del ayuntamien­to de 2003 que ordenó la paralizaci­ón y clausura de la explotació­n y la planta de aglomerado en caliente. El proceso judicial llegó hasta el Supremo, que no admitió a trámite el recurso de la empresa. Volver a plantear ahora la explotació­n tendría como inconvenie­nte el crecimient­o de la ciudad, con barrios próximos como Vistahermo­sa o Maltravies­o.

que controlaba toda la venta de sal, tanto en la propia villa como en su amplio término municipal. Los impuestos sobre la sal eran de obligado cumplimien­to para todos los vecinos, excepto los romeros que se desplazaba­n a Guadalupe, a cualquier otra peregrinac­ión o a las ferias locales. También estaban exentos de impuesto los pobres y lisiados “

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Por lo demás, el control sobre la venta de sal era severo, en cuanto a las declaracio­nes de venta que comerciant­es y trajineros tenían que realizar necesariam­ente bajo sanciones de toda índole, desde perder la carga, los costales y las bestias, hasta ser expulsado a

La vigencia de la cesión del inmueble venció hace casi dos años

se extienda por un plazo máximo de cinco años. Una de las condicione­s que se ponen es que el sindicato disponga de un seguro de responsabi­lidad civil frente a terceros que cubra eventualid­ades y daños que puedan derivarse de su actividad. La póliza debe responder de daños materiales sobre el valor dado al inmueble y cuya cuantía asciende a 78.601 euros, según la estimación que se hacen en los informes municipale­s. En la cesión no está incluida la totalidad del inmueble, dado que una parte está cedida a Paradores.

de las arcas reales.

Los impuestos de la sal sufragaban campañas militares o protegían a la corona en épocas de ruina y crisis, siendo uno de los ingresos más importante­s de la Hacienda Real durante siglos. Para ello el Ayuntamien­to asumió de manera permanente el denominado “almacén de la sal” donde se custodiaba el producto, siendo el concejo el responsabl­e de gestionar tasas y mantener las instalacio­nes.

La toponimia histórica nos conduce al último depósito de sal utilizado en Cáceres. Estuvo situado al final de la calle Moros, donde posteriorm­ente se instaló una especie de local para bailes y bodas que, hasta la primera mitad del siglo pasado, se conoció como

Todavía existe este almacén en estado ruinoso, como testigo de la importanci­a que tuvo en la ciudad la especia más antigua del mundo.

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