Olleta tiene concesión para la explotación de la cantera
Por ahora no está b obligada a presentar un plan de restauración del espacio Necesitaría un b permiso municipal, una licencia que la empresa no ha pedido
La Consejería para la Transición Ecológica confirmó este martes que la empresa Olleta Torres tiene concesión en vigor para la explotación de la cantera que está en las inmediaciones de la carretera de Medellín y la falda de la Montaña. Tiene ese permiso de concesión «desde el 19 de febrero de 2019» y estará en vigor «hasta 2028», según se confirmó desde la consejería a preguntas de este diario.
De momento la empresa no ha comunicado a la consejería que vaya a realizar «labores mineras», se precisó desde la Junta, necesitaría antes que el ayuntamiento concediese los permisos municipales y que la compañía presentase en la consejería el plan de labores con los trabajos a acometer en la cantera para la extracción de áridos. Por parte de la empresa no se ha solicitado al ayuntamiento ninguna autorización ni tampoco está previsto que se pida en un futuro próximo, según confirmaron fuentes de la compañía, por el descenso de la actividad en el sector de la construcción.
Desde la consejería se precisó a las preguntas de este diario que el plan de restauración del espacio solo se tendría que ponerse en marcha cuando la empresa decidiese abandonar la concesión minera o la misma no se renovase.
La cantera estuvo funcionando hasta que en vía judicial se terminó el proceso contra la resolución del ayuntamiento de 2003 que ordenó la paralización y clausura de la explotación y la planta de aglomerado en caliente. El proceso judicial llegó hasta el Supremo, que no admitió a trámite el recurso de la empresa. Volver a plantear ahora la explotación tendría como inconveniente el crecimiento de la ciudad, con barrios próximos como Vistahermosa o Maltravieso.
que controlaba toda la venta de sal, tanto en la propia villa como en su amplio término municipal. Los impuestos sobre la sal eran de obligado cumplimiento para todos los vecinos, excepto los romeros que se desplazaban a Guadalupe, a cualquier otra peregrinación o a las ferias locales. También estaban exentos de impuesto los pobres y lisiados “
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Por lo demás, el control sobre la venta de sal era severo, en cuanto a las declaraciones de venta que comerciantes y trajineros tenían que realizar necesariamente bajo sanciones de toda índole, desde perder la carga, los costales y las bestias, hasta ser expulsado a
La vigencia de la cesión del inmueble venció hace casi dos años
se extienda por un plazo máximo de cinco años. Una de las condiciones que se ponen es que el sindicato disponga de un seguro de responsabilidad civil frente a terceros que cubra eventualidades y daños que puedan derivarse de su actividad. La póliza debe responder de daños materiales sobre el valor dado al inmueble y cuya cuantía asciende a 78.601 euros, según la estimación que se hacen en los informes municipales. En la cesión no está incluida la totalidad del inmueble, dado que una parte está cedida a Paradores.
de las arcas reales.
Los impuestos de la sal sufragaban campañas militares o protegían a la corona en épocas de ruina y crisis, siendo uno de los ingresos más importantes de la Hacienda Real durante siglos. Para ello el Ayuntamiento asumió de manera permanente el denominado “almacén de la sal” donde se custodiaba el producto, siendo el concejo el responsable de gestionar tasas y mantener las instalaciones.
La toponimia histórica nos conduce al último depósito de sal utilizado en Cáceres. Estuvo situado al final de la calle Moros, donde posteriormente se instaló una especie de local para bailes y bodas que, hasta la primera mitad del siglo pasado, se conoció como
Todavía existe este almacén en estado ruinoso, como testigo de la importancia que tuvo en la ciudad la especia más antigua del mundo.