La rebaja anticipada de la PAC
El Gobierno de Sánchez ha hecho una reforma intermedia de la PAC. No ha esperado a que empezara la nueva en 2023 -se ve que tenía prisa- y ha aprovechado este periodo de transición, que son los años 2021 y 2022, para introducir cambios importantes.
Imaginen ustedes, por utilizar un símil futbolístico, que mientras dos equipos están jugando el segundo tiempo, independientemente de quién vaya ganando, el árbitro decide que es mejor resolver el partido mediante penaltis para ahorrar tiempo. Salvando las distancias, esto es lo que ha hecho el Ministerio de Agricultura con las normas que rigen las ayudas de la Política Agrícola Común.
A pesar de que, según Bruselas, este periodo de transición supone una prórroga de las normas actuales de la PAC hasta finales de 2022, la realidad es que el Ministerio aprovecha para introducir, mediante un Real Decreto, cambios en aspectos tan claves como las ayudas a agricultores y ganaderos, acabando así con la seguridad de los productores y disminuyendo los importes que han venido recibiendo.
Por cierto, la consejera de Agricultura de Extremadura reconoció este jueves en la Asamblea que votó a favor de estos cambios. Es decir, es tan responsable como el ministro de los recortes que sufran los agricultores y ganaderos extremeños.
El primer cambio que encontramos, pone al descubierto las mentiras del ministro Planas y de la Junta publicando el recorte del presupuesto de la PAC. Ese mismo que el ministro y la consejera aseguraban que se había conseguido aumentar y que la realidad y el Boletín Oficial del Estado dicen que se reduce un 4 % en dos años, 2021 y 2022.
Pero no crean que lo reconocen, la Junta sigue negando el recorte, a pesar de que todas las cifras vienen claritas en ese Real Decreto y lo único que hay que hacer es una suma y compararla con las del año pasado. Por más que usen la consigna propagandística de que una mentira repetida mil veces se convierte en verdad, los agricultores y ganaderos podrán comprobar que sigue siendo mentira cuando este año reciban menos ayudas.
Imponen, además, la modificación del modelo antes de que llegue la nueva PAC. Y lo hacen cambiando el valor actual de los derechos de pago básico que tienen los agricultores y ganaderos, quitando el límite máximo de pérdida de ayuda del 30% en lo que se llama convergencia, lo que hará que entre 2021 y 2022 muchos productores sufran la disminución en ese porcentaje o más de los importes de sus ayudas.
Está claro que, a pesar de que en estos dos años debería existir una continuidad de las condiciones actuales de la PAC, el ministro se ha encargado de acelerar en España el camino hacia las nuevas normas que vienen en 2023. La consecuencia de esto, como decía antes, no es otra que una reforma intermedia, en toda regla, de la Política Agrícola Común.
La Junta sigue negando el recorte, a pesar de que todas las cifras vienen claritas en ese Real Decreto