Fallece Chick Corea, pionero en la fusión de jazz y flamenco
Entre sus aliados tuvo a Paco de Lucía, y ganó 23 Grammy de los 65 a los que optó
esa mirada, ese cambio de chip.
– -Quizás el reto, el juego que te plateas entre autor y lector porque éste quiere averiguar cuanto antes quien es el criminal y qué es lo que hay detrás de lo que le estás contando. ¿Por qué se han perpetrado esos crímenes?, ¿quién lo ha hecho…?, y tú le vas dando pistas, ¡que tienen que ser honestas! No puedes sacarte un criminal de la manga porque eso no te lo perdona el lector. Tendría que estar tipificado en el código de honor de los escritores, que no se puede hacer, ¡no te puedes sacar al sospechoso de la manga al final! Ese juego con el lector, el de ir dándole pistas…, pero, ¡ojo! Que no lo averigüe antes de tiempo porque no te lo perdona, ¿no? Es como un juego.
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-Como lectora acabo de terminar un libro del que desde un principio intuí y acerté, y eso te deja un regusto un poco amargo…, yo quiero que juegues conmigo, ¡y tú ganes! Así consideraré que lo has hecho bien; en cambio, si yo gano, voy a tener la sensación de que no has jugado tus cartas de la mejor forma.
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El legendario pianista de jazz Chick Corea murió este martes a causa de un cáncer a los 79 años, según se anunció ayer en su perfil de Facebook. Con el Concierto de Aranjuez como base, la percusión y la caricia vocal de Brasil o la guitarra flamenca de Paco de Lucía como aliada, Chick Corea fue uno de los grandes pioneros que supo incorporar con éxito su herencia latina al jazz internacional. Suyo es el cuarto mayor registro de nominaciones a los premios Grammy, 65, de las cuales materializó 23, además de 4 Latin Grammys, 3 de ellos en la categoría de «álbum instrumental», más que ningún otro artista, concretamente por los discos The Enchantment (2006), Forever (2010) y Further explorations (2011).
A ellos se suma el otorgado por The Vigil (2013) como «mejor álbum de jazz latino», pero antes de llegar allí, en el último tramo de su vida en realidad, el camino recorrido había sido prolífico y extenso a la hora de recoger su herencia familiar y proyectarla al mundo. Nacido Armando Anthony Corea (Chelsea/EEUU, 1941) en el seno de una familia de ascendencia italiana, aprendió los fundamentos del género desde niño como hijo de un trompetista llamado Armando J. Corea y dio sus primeros pasos profesionales junto a figuras como Dizzie Gillespie o Miles Davis.
El influjo del Sketches of Spain de Davis debía estar fuertemente grabado en su oído, ya que doce años después del lanzamiento de aquel álbum emblemático, también él tomó el Concierto de Aranjuez de Joaquín Rodrigo como idea musical sobre la que orbitar para crear una pieza histórica, Spain. Previamente ya había lanzado el no menos referencial Return to forever (1972) junto a la formación del mismo nombre, en la que incluyó otro tema emblemático de su producción, La fiesta, con el que había abierto camino al encuentro con el flamenco.
En ese mismo trabajo, en el que participó el percusionista Airto Moreira y su mujer Flora Purim como vocalista, Corea supo dar entrada además a la personalidad musical de Brasil e hibridarla con su teclado eléctrico, en uno de los primeros ejemplos relevantes de fusión con la música latina. Siguió investigando en la misma dirección, tanto en el siguiente disco de esta banda, Light As A Feather (1973), que incluyó la citada Spain, como en My Spanish Heart (1976), un proyecto muy personal que maridaba nuevamente tradición hispana y modernidad electrónica. Cálido y salvaje a la vez, entre suaves pianissimos y abruptos cambios de tiempo, contenía piezas como las ambiciosas suites Spanish Fantasy y El Bozo o la divertida Armando's Rhumba, con sus palmas de fondo.
Corea quiso en su último mensaje al público pedir que todo aquel que sienta curiosidad por tocar música, escribir o actuar, se lance a hacerlo: «No sólo porque el mundo necesita más artistas, sino porque además es muy divertido», afirmó Corea, que dijo además que ha sido «una bendición y un honor» aprender de sus amigos músicos. Las colaboraciones de lujo junto a músicos y amigos bien avenidos fueron marca de la casa durante toda su carrera, especialmente a finales de los años 70, cuando lanzó dos entregas como testimonio de su encuentro en directo con otro grande de las teclas, Herbie Hancock, con el que había girado por EE.UU. Entre esos alíados esporádicos apareció el guitarrista español Paco de Lucía, que en 1982 participó en Touchstone, en el que volvió a retomar la senda del flamenco.
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