Robles eleva a un gran Mérida
El equipo que entrena Dani Mori firma su mejor partido desde que se inició la temporada
Dos testarazos de Mario Robles dieron la victoria al Mérida frente al Socuéllamos en el encuentro más completo de los Dani Mori en lo que se lleva de temporada. Los tres puntos colocan al cuadro romano en una anecdótica segunda posición a la espera de lo que ocurra en la jornada dominical, pero son sabedores de que, después de este resultado, el partido aplazado que disputarán el miércoles (17.00 horas) frente al Villarrubia en casa, les puede recolocar en ese segundo puesto.
El equipo emeritense salió tan enchufado al partido que la comunión con la grada apareció desde el primer momento.
El once titular podría presagiar una continuidad en la línea de cinco atrás con Rubén Valverde como tercer central y Chirri Monje de carrilero, pero ese dibujo fue el que terminó presentado en defensa el Socuéllamos ante las bajas de Morros y Blázquez. Ante dicha disposición, el ataque romano fue intentando entrar por bandas, teniendo un gran protagonismo Chirri Monje que conseguía ganarle la partida en casi todas las acciones a Luis Hernáiz, pero sus centros no tenían rematadores.
La primera ocasión para los locales estuvo en las botas de Garci al rematar de primeras un buen centro de David Rocha, pero Nikolov, cancerbero visitante, tuvo una gran intervención. Los buenos minutos iniciales de los locales se convirtieron en saques de esquinas y faltas laterales que no encontraban rematador.
El Socuéllamos, por su parte, no se acercaba a la portería de Javi Montoya, la primera acción con cierto peligro fue un rechace en la frontal que enganchó de manera defectuosa Alberto Escudero en el minuto 26. Dos minutos después, una buena jugada local acabaría con un remate de Marc Carbó que fue trabado por detrás indicando el colegiado la pena máxima. Chirri se encontraba con tanta confianza que fue el encargado de lanzar la pena máxima, pero Nikolov le leyó las intenciones y despejó el penalti.
Tras el error desde los 11 metros, llegarían los mejores minutos del equipo de Manolo Martínez, más por ser capaz de frenar el ímpetu local que por generar peligro real, aunque Megías demostró a la media hora que no necesita demasiado para crear peligro al disparar alto en un balón suelto. Cuando el partido estaba más igualado, Chirri Monje ponía un gran centro desde la derecha después del rechace de un córner, al que entraría Mario Robles con mucha potencia y elevándose por encima de todos para hacer el 1-0.
Con el gol, el Mérida seguiría apretando y cerca estuvo Marc Carbó de poner el segundo en las postrimerías. Se llegaba al descanso con la sonrisa en las gradas por la alegría de volver al Romano y viendo un buen partido.
Aunque en la reanudación los locales volvieron a salir queriendo dominar, la primera ocasión clara fue para los visitantes. Un buen centro desde la derecha de Stevens lo remató Megías de cabeza provocando que Javi Montoya hiciera la parada del partido, la acción posterior estaría invalidada por fuera de juego. Esta jugada sirvió como aviso para los romanos, aunque poco después Garci probaría fortuna con un disparo como preámbulo del segundo testarazo y segundo gol de Mario Robles. Esta vez rematando una falta fenomenalmente sacada por Rocha.
El segundo tanto fue en el minuto 57, con la amplitud en el marcador, Manolo Martínez cambio el plan de partido, poniendo a cuatro defensas y a más delanteros en el campo. El Socuéllamos pudo darle emoción al tramo final del choque. A falta de un cuarto de hora, Luis Lara se plantó en el área, pero la velocidad de Erik impidió siquiera que se produjera el mano a mano con el portero. Tres minutos después, sería Luis Hernáiz, en una falta directa situada en una posición ideal para un zurdo, pero su lanzamiento salió lamiendo el palo.
Al final, con el partido resuelto, Dani Mori puso en liza a cuatro canteranos como premio por el trabajo que están realizando con el primer equipo.
El equipo romano
no acertó con un penalti cuando el marcador era de 0-0, pero se recuperó bien
El Socuéllamos fue
siempre muy inferior a un Mérida en el que todo el engranaje funcionó bien