«Un acento no significa nada, lo que importa es el mensaje»
SAULO TRUJILLO Actor en la serie `Hierro'
Sus dotes para la interpretación le vienen ya de pequeño, cuando simulaba estar malito para no ir al colegio, ¿verdad?
– (Ríe). De pequeño era imaginativo, tenía un mundo interior curioso y de manera inconsciente aquella semilla comenzó a germinar. Pero no fue hasta 4º de la ESO cuando me planteé la interpretación en serio, cursé el Bachillerato de Artes Escénicas y después Arte Dramático.
¿Se considera un teatrero?
– El teatro me apasiona. No podría elegir entre él o el cine, pero es verdad que le tengo un cariño especial. Lo que me entusiasma, al margen de la plataforma, del lenguaje o la forma de interpretar, es la posibilidad de encarnar otra realidad, otras vidas.
Y de la ficción a la realidad, ¿qué ha supuesto en su vida una serie como Hierro?
– A nivel personal pasas de ser un personaje anónimo a alguien reconocido por un papel y al que paran por la calle. Ya eso representa un cambio, porque soy introvertido, voy a mi rollo y esa exposición pública no termino de entenderla. Al fin y al cabo soy un trabajador. Es un cambio bastante radical, pero casi siempre han sido encuentros cómodos, amables. Me alegra que tanta gente haya visto la serie y que el trabajo sea bien recibido.
En la primera temporada se metió en la piel de Daniel, una persona tímida y presa de un convulso mundo interior. ¿La isla llega a ser opresiva, una cárcel rodeada de mar?
– El rasgo distintivo de Daniel está en que no es un villano al uso, no hablamos de un psicópata ni del típico malo de las películas. Se trata de un joven sometido por un ambiente muy pesimista; desea salir del entorno de esa pequeña Isla con escasas posibilidades y que para él representa una cárcel. Por eso decide actuar así con el único objetivo de escapar, aunque al final se le complica todo, y ahí saca a la luz esos matices oscuros: su frustración, la ira y la rabia, creando situaciones cada vez más incontrolables. Se trata de un desafío profesional muy bonito.
Nos queda por descubrirlo en la segunda...
– Hasta aquí puedo leer. Pero tengo mucha fe en que va a ser un éxito, por el enorme trabajo del elenco actoral, de los guionistas y de la dirección. Confío en el proyecto y percibo buenas sensaciones.
Pero después de tanto éxito, darle continuidad a la serie representará un reto, ¿no?
– A eso nos enfrentamos día a día en este oficio. Cuando alcanzas el aplauso, la obligación es mostrar algo mejor a continuación, y conociendo al equipo puedo asegurar que el trabajo está cuajado de mucho amor y entusiasmo. El éxito ya no depende de nosotros.
¿Uno se contagia en el contacto con actores y actrices de la talla de Darío Grandinetti o Candela Peña?
– ¡Ojalá! Me han enseñado muchísimo. Son profesionales muy generosos que a los jóvenes nos integraron desde el principio. Como personas son sencillamente increíbles. Sobre todo les agradezco, tanto a ellos como al resto del equipo, que me hayan brindado la oportunidad de vivir una experiencia fantástica como el rodaje de Hierro.
¿A un joven como usted, el director le permite salirse del guión y modelar al personaje?
– En mi caso, es verdad que Jorge Coira fue más estricto en ese sentido, no sé si porque mis propuestas eran muy malas o bien porque tenía muy definido el perfil de Daniel. Pero sí me aceptó una petición, en la escena en la que estoy a punto de entrar en la furgoneta y Antonia San Juan quiere robarme los diamantes, cuando le planteé que me pegaran de verdad. (Ríe).
La serie de nuevo ambienta ese mundo siniestro del narcotráfico, pero se introducen elementos como la pugna por la custodia de los hijos, más domésticas...
– Del guión no puedo contar mucho, pero sí es verdad que hay más triángulos argumentales, más subtramas, también un mayor número de personajes .... Existe un campo más amplio en cuanto a situaciones se refiere y esos elementos enriquecen esta temporada.
¿Elegiría El Hierro como destino para unas vacaciones?
– Bueno... Prácticamente estuve viviendo allí tres meses. Es una isla preciosa, cargada de una energía especial, pero no ofrece alternativas de ocio para la gente joven. Estimo que es un isla que te ofrece una oportunidad única para el descanso y la reflexión, pero unas vacaciones largas no creo que resulten muy rentables.
¿Sabe amasar pan?
– Sabía, pero he ido perdiendo la práctica (Ríe).
¿Se prodiga en redes?
– Alguna vez subo alguna idea loca o absurda, pero mi trabajo está orientado al teatro y al cine. Ahora estoy estudiando locución y también doblaje.
Ya era hora de que se aceptara el acento canario.
–Desde la experiencia, creo que falta mucho camino para que a los actores canarios se nos acepte. A la hora de dar oportunidades seguimos estando algo apartados y obligados a pasar por el aro en el acento. Un acento no significa ni más ni menos; lo que importa es el mensaje, la forma de decirlo.