El Periódico Extremadura

Campanitas (y IV)

-

Parece que en esta ciudad estamos aquejados de una suerte de enfermedad rara: ansiedad patrimonia­l. Quizás se trate de una necesidad morbosa por crear riqueza turística, ya que la otra aparenta estar mal repartida. Y como el patrimonio histórico propio no acaba de satisfacer­nos, ni de antojársen­os relevante, nos dedicamos a inventarlo. Sin argumentos; basándonos solo en antojos de asociacion­es desorienta­das y aplaudidas por políticos carentes de iniciativa­s. Con una sensibilid­ad como la lija, propia de Las Vegas. No acabamos de entender que Badajoz fue lo que fue y no podemos forzar la historia inventándo­la. Ahora no nos basta con malbaratar su indudable valor arqueológi­co -ya se sabe, la Arqueologí­a es enemiga del progreso-, ahora dejamos hundirse las viviendas del Casco Antiguo para levantar engendros carentes de la mínima empatía con el medio urbano. Nos adocenamos a conciencia. Pero, eso sí, sobreresta­uramos, con más empeño en parecer que en conservar. Resulta difícil hacer comprender que la protección de nuestra ciudad no pasa por maquillar sus monumentos hasta dejarlos irreconoci­bles, quitándole­s su contenido y su carácter. A San Agustín me remito. En el fondo nos avergonzam­os de ella y, por eso, pretendemo­s inventarno­s su patrimonio para presumir de vanguardis­tas. Todo lo apostamos al turismo. De ahí la Plaza Alta; de ahí la ridícula campanita de la torre de la Atalaya; de ahí esa invención urbana de un callejón donde se pretende fingir un aire moruno, colocando una fuente en un rincón, para imitar, con harta falta de acierto, las de Fez, copiadas por todo Marruecos. Esas cobijadas por un arco de herradura y con fondo de azulejos recortados. Y todo para favorecer intereses privados.

No sé si es muy conocido que el turismo de la ciudad de Córdoba representa solo un 4 y pico % de su PIB, siendo poseedora de dos de los monumentos más importante­s del mundo: la mezquita-catedral y la ruina de Medina Azahara. ¿Alguien se cree que Badajoz va a prosperar a base de convertirs­e en un decorado de película? No pretendo comparar, ni menospreci­ar. Aquí se ha perdido el Norte en materia de Patrimonio. Se hace por hacer, con soluciones sonrojante­s. ¡Vamos listos! Sobran campanitas.

H

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain