PANDEMIA
En nuestra sociedad actual, donde la pandemia camina a sus anchas, la vejez constituye un «tabú» y las personas que no responden a los modelos sociales de competitividad y juventud son relegadas a un abandono psicológico y social. Sin embargo la vejez no es una etapa detestable de la vida, ni tampoco sublime. Como todos los periodos de la vida, tiene sus problemas y sus tristezas, pero también sus alegrías y sus posibilidades de crecimiento y de realización. El mito del envejecimiento cronológico es pensar que la edad de una persona se mide por el número de años que ha vivido. ¿Acaso no conocemos personas mayores de 65 años activas, en búsqueda de superación y jóvenes de espíritu?. Gracias a Dios hoy en día cuando las circunstancias les son favorables, las personas mayores tienen energía física y psíquica para adaptarse a los cambios. y su consumo inconcebible de agua?
Segundo sobresalto: debemos dejar actuar a las empresas, porque son ellas las que marcan el ritmo de materialización de estos proyectos. ¿Estamos a merced de las empresas? ¿Nuestros derechos a la salud, a un sector agropecuario moderno e innovador, a una economía verde y circular, al agua, al medio ambiente los marca una megaempresa extranjera sin que el gobierno regional diga nada? ¡Qué difícil es que un inmigrante entre en las tierras europeas, y qué fácil es que el capital extranjero se adueñe de nuestras tierras, para triturarlas y exprimirlas!
Tercer sobresalto: responder a las demandas de un ayuntamiento siete meses después, es trasparencia informativa. Cuando llegue la oscuridad, ¿tendremos que esperar siete años? No sé dónde los dan, pero el interviniente tiene derecho a un carnet de neoliberal en toda regla. Patente de corso. Al abordaje de la tierra tantas veces saqueada. ¿Seguiremos callando?