El Periódico Extremadura

La obra del centro sociosanit­ario se licitará en el segundo semestre

La consejería de b Sanidad ha recibido el proyecto de ejecución y lo está supervisan­do El presupuest­o final b de licitación aún no es definitivo pero rondará los cinco millones

- CARMEN HIDALGO merida@extremadur­a.elperiodic­o.com

Los tiempos de espera se alargan para el inicio de las obras de ampliación del centro sociosanit­ario Adolfo Díaz Ambrona de Mérida. El proyecto de ejecución, elaborado por el arquitecto José Manuel Sanz, ya ha sido entregado y actualment­e se está supervisan­do por parte del Servicio de Obras, Proyectos e Instalacio­nes de la Consejería de Sanidad y Servicios Sociales. Fuentes de este departamen­to informan de que en función de la disponibil­idad presupuest­aria, se prevé licitar las obras en el segundo semestre del año.

El presupuest­o final de licitación no es definitivo, ya que depende de las modificaci­ones que tuvieran que hacerse en el proyecto por motivo de la supervisió­n, aunque se estima la inversión total en unos cinco millones de euros. La consejería de Sanidad adjudicó a Sanz, por 315.326 euros (IVA incluido), la redacción del proyecto de ejecución y estudio de seguridad y salud, dirección facul

Entrada al centro sociosanit­ario, en una imagen de archivo.

El pliego para licitar el servicio de cafetería ya está preparado, pero todavía no hay fecha para su publicació­n

tativa y coordinaci­ón de seguridad y salud de esta intervenci­ón. Este arquitecto fue el que ganó el concurso de ideas convocado por Sanidad para ampliar el centro.

El nuevo edificio se instalará en el interior de la parcela del sociosanit­ario, que está ubicada en la carretera de Valverde. Se articulará en una o dos plantas y estará dividido en cuatro unidades independie­ntes, que compartan los servicios generales y la cocina. Según las caracterís­ticas de los residentes, se contemplar­án dos grupos: tres unidades de personas con Trastorno Mental Grave y una unidad de Psicogeria­tría.

Por otra parte, desde Sanidad aseguran que ya está preparado el pliego para sacar a licitación el servicio de cafetería y se está a la espera de que se publique en la plataforma de contrataci­ón, aunque no se precisa la fecha. Desde que hace más de dos años y medio venciera la concesión administra­tiva para la explotació­n de la cafetería, el centro cuenta con máquinas expendedor­as, una circunstan­cia que ha despertado las quejas de usuarios y familiares.

HNi Pzifer ni Astra Zeneca ni Moderna, la auténtica vacuna que hace milagros se llama `Progresist­a' que, convenient­emente aplicada, es de tal eficacia que transforma lo malo en bueno, que se lo pregunten a Bildu que de organizaci­ón criminal se ha redimido gracias al progresism­o en ovejita Norit, lo desastroso en provechoso, miren Cataluña, lo perenne en efímero, tanto que han puesto las barbas de la monarquía en remojo aunque, eso sí, los Borbón están haciendo mucho por autodestru­irse. Caramba con la progresía que, además, tiene sus efectos colaterale­s extendiénd­ose por el cuerpo social de manera rápida hacia una república `progresist­a', inclusiva, moderna, feminista, diversa, sostenible y `gazpachera' (iba a poner pedorra pero no me ha parecido elegante). Es una vacuna que te da, directamen­te, un viaje al corazón de las tinieblas.

Para poder aplicarse la vacuna progresist­a hay una condición imprescind­ible: ser de izquierdas y excluyente de quien no lo sea. A partir de ahí podemos vacunar. Esta vacuna, que más parece virus, distingue entre las gentes y se inocula preferente­mente a quien de una manera u otra ostenta el poder: jueces progresist­as, fiscales progresist­as, sindicatos progresist­as, políticos, oenegés progresist­as (sustituyan siempre por izquierdis­tas). Entre mis compañeros de profesión (es un decir) hay mucho progresist­a, se nota en la incapacida­d que tienen en llamar extrema izquierda a la extrema izquierda y lo fácil que contagian de fascista o extrema a la derecha. También son muy dados a tachar de ultra a quien no sea progresist­a en materia moral o religiosa (yo, en concreto, soy ultra católico, manda huevos). Más que una vacuna estamos hablando de una varita mágica que transforma todo lo que toca, para mal, tanto que enmienda el viejo aserto del hombre es un lobo y ahora no, ahora el hombre, ay, es un progresist­a para el hombre y, junto a ello, rompe la máxima de que «no es un hombre más que otro si no hace más que otro», pues un hombre parece que es más que otro al ser más progresist­a que otro. Y con estos bueyes tenemos que arar. ¡Señor, qué harto! Menos mal que vas a resucitar.

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