El Periódico Extremadura

Viñales fulmina con su Yamaha y un pilotaje prodigioso a las Ducati

Jaume Masiá venció en Moto3, donde Pedro Acosta, de 16 años, fue segundo

- EMILIO PÉREZ DE ROZAS TRIUNFO ESPAÑOL EN MOTO 3

Pues si el Mundial-2020, víctima de la pandemia, víctima de la lesión de Marc Márquez (Honda), víctima de tener que repetir carreras en un mismo circuito, fue el escenario donde hubo más vencedores que nunca, hasta nueve, el campeonato de este año parece que, si no lo remedia Magic Marc, va a volver a tener un puñado de ganadores brillantes, pues la carrera inaugural de ayer, en Losail (Qatar), ganada de forma impresiona­nte por un Viñales arrollador, pese a su mala salida, dio la impresión de que tenía en su interior, es decir, en el grupo cabecero, a un montón de candidatos a la victoria.

Viñales, que se pasó los últimos meses del 2020 y primeros de este año viviendo en Doha y entrenándo­se en el trazado de Losail, protagoniz­ó ayer una victoria primorosa y, sobre todo, importantí­sima para él, su equipo, que ha incorporad­o al temible Diablo Fabio Quartararo para meterle miedo, y su candidatur­a al título de MotoGP, que no lideraba desde hace cinco años.

Tras una mala salida («las Ducati salen como misiles»), MVK remontó de forma brillante, poco a poco, paso a paso, a la estela de Quartararo y, cuando tuvo a Pecco Bagnaia, Johann Zarco y Jack Miller, las tres poderosas Ducati, a tiro, se los merendó de un bocado. Y, a partir de ahí, Viñales volvió a ser MVK. «Cuando he pasado a Pecco y he visto +0.4, he tirado como un loco y he podido hacer tres vueltas de time attack y coger la ventaja que me ha permitido ganar», explicó.

El podio, cómo no, lo completaro­n, gracias a su impresiona­nte motor, dos Ducati Desmosedic­i, las de Zarco y Bagnaia, que fulminaron a Joan Mir (Suzuki), el campeón mallorquín que recuperó terreno, saliendo desde la 10ª posición y, en la última recta, fue adelantado por las Ducati de Zarco y Bagnaia, dos aviones con ruedas.

Es evidente que, pese a ese segundo y tercer puesto, a Ducati y, muy especialme­nte, a su nuevo jefe Jack Miller, el primer GP sabe a derrota, pues no olvidemos que el piloto que no quisieron renovar, el italiano Andrea Dovizioso, habían ganado en el 2019 y 2018.

Jaume Masiá es un niño que ya lleva cuatro años en el Mundial y que ayer, en Losail , consiguió su cuarta victoria mundialist­a después de hacer una carrera inteligent­ísima,

Maverick Viñales (Yamaha) levantó eufórico el nº1 del GP de Qatar. sin prisas pero sin pausas y, sobre todo, habiendo aprendido que atesora condicione­s suficiente­s para ser el próximo campeón del mundo de Moto3. Masiá, que ahora pilota una KTM, ganó al darse cuenta de que, con el viento de ayer en contra, si salía primero de

la última curva, ganaba. Salió y ganó. Pero es que Masiá estuvo escoltado en el podio por su compañero de equipo, que debutaba, español, sí, un niño español, que se subió al podio en su primer GP. Y tiene solo 16 años. Se llama Pedro Acosta y es murciano.

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