La caza deja 42 heridos por disparos accidentales en 2020
Murieron 3 personas en Cuenca, Valencia y Málaga a causa de ello
Un total de 42 personas recibieron disparos accidentales por la actividad de caza con arma de fuego durante el año 2020, de las cuales tres personas llegaron a perder la vida. Estos fatales incidentes tuvieron lugar en la provincia de Cuenca, Málaga y Valencia, según se desprende de datos proporcionados por el Gobierno en una respuesta escrita al senador de Compromís, Carles Mulet.
El Ejecutivo nacional informó de estos hechos acaecidos en el pasado año, que dejó, como se menciona, tres fallecimientos. En cuanto a los accidentes, se produjeron en varias provincias de la geografía española y algunos entrañaron desde lesiones graves hasta, por el contrario, heridas leves o, incluso, afectados sin lesiones. En concreto, se registraron estos accidentes en
La Coruña, Almería (2), Asturias, Ávila, Badajoz, Cáceres, Castellón, Ciudad Real (3), Córdoba, Cuenca (3), Granada (3), Guadalajara (2), Huelva (2), Jaén (4), Lugo, Madrid (2), Málaga, Ourense, Salamanca, Teruel, Toledo (6), Valencia y Zaragoza.
En paralelo, se informó de que cuatro personas recibieron disparos accidentales, según los registros, por la actividad de caza durante los meses de enero y la mitad de febrero del 2021, aunque cabe resaltar que ninguno de los accidentes en este periodo tuvo un resultado mortal.
Además, el Ministerio del Interior facilitó el número de armas de caza autorizadas y en activo en lo que llevamos del presente año en territorio nacional. Según estas mismas informaciones, estas ascienden a un total de 2.447.502. Entre las armas contabilizadas en toda España se encuentran rifles y escopetas.
Según los datos mencionados, Madrid es la provincia que cuenta con un mayor número de armas de caza en activo, en lo que va de año, con 231.247 registradas. Le siguen de lejos Sevilla, con 102.571 armas, Valencia con un total de 102.500 y Barcelona, donde hay fichadas 97.752.
HLa Sagra (Granada), Sevilla y Madrid (Universidad Complutense).
Este fenómeno fue analizado por el investigador responsable del proyecto, el astrofísico José María Madiedo, del Instituto de Astrofísica de Andalucía (IAA-CSIC), y determinó que la roca que originó esta bola de fuego entró en la atmósfera a unos 96.000 kilómetros por hora sobre Andalucía, concretamente sobre el noreste de la provincia de Jaén.
Debido a esta elevada velocidad, el brusco rozamiento con el aire hizo que la roca se volviese incandescente a una altura de unos 82 kilómetros, y esta incandescencia fue la que generó la brillante bola de fuego que, por su gran luminosidad, pudo verse desde más de 500 kilómetros de distancia. El bólido, que mostró un marcado tono de color verdoso, avanzó en dirección noreste y sobrevoló también la comunidad de Castilla-La Mancha. Se extinguió sobre el suroeste de la provincia de Albacete a una altitud de unos 29 kilómetros.
H