Del abrazo al choque en solo un año
El líder morado se ha enfrentado al PSOE por la ley trans, el alquiler y Juan Carlos I
Tan solo 341 días después de prometer su cargo como vicepresidente segundo y ministro de Derecho Sociales, Pablo Iglesias abandona el Gobierno. Forjado en la contienda electoral, el líder de Unidas Podemos deja el Ejecutivo para ser candidato a los comicios madrileños. De su paso por el primer Consejo de Ministros bicolor tras la II República, deja momentos memorables: «Es el momento de dejar atrás cualquier reproche. Es un verdadero honor poder trabajar desde el Gobierno de nuestro país», dijo Iglesias en diciembre del 2019 minutos antes de abrazar a Pedro Sánchez. La coalición echaba a andar, tras meses de negociaciones y una repetición electoral, con la firma de ambos líderes del acuerdo de legislatura. hay mucho machismo frustrado», acusó Iglesias al sector socialista del Gobierno –a la vicepresidenta Carmen Calvo y al titular de Justicia, Juan Carlos Campo– por poner trabas a la ley de libertad sexual impulsada por Igualdad. Tras dos meses en funcionamiento, fue la primera crisis importante de la coalición. Las palabras de Iglesias molestaron al PSOE.
Sin críticas públicas expresas, los primeros meses del confinamiento, Iglesias se enfrentó en el Consejo de Ministros a la vicepresidenta tercera y titular de Economía, Nadia Calviño. Chocó contra la parte más prudente del sector socialista al exigir más recursos para el «escudo social». Fuentes moradas comenzaron a lamentar la falta de valentía de sus socios. Críticas que ya las hacen sin pudor.
El abrazo del 12 de noviembre del 2019.
dirigió a los niños al comienzo del desconfinamiento. El líder de Unidas Podemos -con escaso poder en la gestión de la pandemiase opuso al planteamiento inicial de dejar salir a los más pequeños solo para acompañar a sus padres a la compra. Con la opinión pública de su parte, ganó el pulso.
decir que el presidente se disculpó», desveló Iglesias meses después de que, en agosto, Juan Carlos I abandonara España. Criticó el no haber sido informado por Sánchez previamente –tampoco se le comunicó después la fusión de CaixaBank y Bankia–. du su apoyo a los presupuestos. El sí de ERC hizo triunfar los planes de Iglesias. Llevaba meses intentando sacar a Cs de la ecuación.
Iglesias no dijo ni una palabra cuando se conoció que el magistrado de la Audiencia Nacional Manuel García Castellón solicitó al Tribunal Supremo investigar a Iglesias en relación con el robo del móvil de su exasesora Dina Bousselham. La causa fue archivada en enero. «Lo digo claramente, creo que sí», respondió Iglesias en Salvados sobre si se podría comparar al expresident Carles Puigdemont con los exiliados del franquismo. A las puertas de la campaña catalana, sirvió la polémica. «Es un error tensionar el Gobierno planteando que se puede traicionar la palabra dada», avisó Iglesias a sus socios. A los roces por la regulación de los precios del alquiler y la paralización de los desahucios se suma el rechazo del PSOE a ley trans y la ley LGTBI que prepara Igualdad.