Aragonès dice que no aceptará tutelas pero se acerca a Junts
El candidato de ERC b avisa a Puigdemont de que el liderazgo debe ser del `president' Illa afea el veto al b PSC y pide a Esquerra «un paso al lado» para evitar el fracaso
Sostenella y no enmendalla. La doble abstención para el veto global de Junts per Catalunya no logró mover ni un ápice los postulados de Pere Aragonès, que tampoco resultó investido en la segunda sesión del debate al contar tan solo con el sí de los 33 de ERC y los 9 de la CUP. De manera más sucinta, pero en determinadas ocasiones más contundente, el presidenciable republicano reiteró su proyecto «no de Govern, sino de país» ya expresado el viernes. Eso sí, tras plantear en esa sesión un pulso a Carles Puigdemont por el liderazgo estratégico del ayer fue aun más lejos. Junts replicó en un tono más amable, dado que los de Puigdemont ven avances negociadores. Con todo, siguen exigiendo concreción en el plan independentista y enmiendan con contundencia el preacuerdo izquierdista ERC-CUP.
«Hay que coordinar estrategias para multiplicar fortalezas», dijo Aragonès, y añadió que «hay que reconocer a todos los actores», en referencia implícita al
de Puigdemont. Pero
Aragonès abandona el `Parlament' tras la investidura fallida. todo ello «sin dejar de poner en valor las instituciones políticas del país, la Generalitat y su que son los que deben comandar. «Sin sustituciones ni tutelas», aseveró por dos veces, rememorando las palabras de Manuel Fraga en referencia a su ascendente sobre José María Aznar, en el congreso del PP de Sevilla, en 1990. A ello la ayer portavoz de Junts, Gemma Geis —en un tono global mucho más conciliador que su compañero de filas Albert Batet, ausente
por cuarentena— respondió que «nadie le impondrá tutelas desde Junts ni menos desde el exilio», al tiempo que lo emplazó a no confundir «ni a sus electores ni al Parlament» y a ser «valiente» y aplicar «flexibilidad» reconociendo que dispone de 33 escaños, no de 68.
La mayor diferencia con respecto al primer discurso del candidato fue, quizá, que sí se refirió con mayor profusión a Junts: «Nos une más que lo que nos separa», dijo para sentenciar: «Las diferencias son mínimas o no forman parte de los argumentos del veto». Geis también recogió este guante pero marcó tres grandes diferencias, no menores: el plan de Govern –criticó el de ERC y la CUP por cuestiones como la moratoria de la energía eólica o el plan piloto de una renta básica universal–, la unidad en el Congreso y qué hacer si la mesa de diálogo con el Gobierno no da los frutos que espera el soberanismo.
«Celebramos que Junts empiece a hablar de políticas sociales pero empezamos mal si no se avienen a un acuerdo de mínimos. La renta básica universal no se toca», espetó la diputada Eulàlia Reguant con la mirada puesta en los posconvergentes.
Las proclamas de Aragonès, a abrir un nuevo tiempo en Cataluña retronaron en la bancada del PSC y Salvador Illa las aprovechó para afear a Esquerra que no busque a los socialistas para ensanchar los consensos. «Gobernar para todo el mundo es incompatible con vetar a la socialdemocracia catalanista», espetó Illa, y hurgó en las desavenencias entre Esquerra y Junts para sostener que los catalanes no merecen «que sus vetos y sus peleas se hagan presentes de forma tan impúdica». Incluso acusó al candidato de encaminar a Catalunya hacia otras elecciones y le pidió que de un paso al lado para evitar la reedición de un «fracaso». Los también afearon a Aragonès que se empeñe en pactar con Junts y no mire a su izquierda. «Humillación al cuadrado», deslizó Jéssica Albiach sobre la doble abstención posconvergente en los debates.
HEl congreso de Sevilla tensa las relaciones entre Madrid y Andalucía
claro» que su trabajo «consiste en trabajar por estar en unión y en diálogo con los presidentes autonómicos». «Solo trabajamos por crear equipos unidos y en consonancia con el proyecto de Pablo Casado. Hacemos todo en consenso y acuerdo», insistió.
Así, y en alusión al congreso provincial del partido en Sevilla, Beltrán explicó que la particularidad reside en que «se han presentado dos candidatos». Algo que, por otra parte, es «absolutamente lógico» en un partido «que elige a sus cargos por primarias». «Han estado tanto uno como otro en una competición lícita. No tiene ningún problema», sostuvo. Para demostrarlo, Beltrán añadió que los populares han renovado ya un total de 24 congresos provinciales sin que en ninguno de ellos haya «habido en absoluto problemas». «Y nadie da cuenta de ello», zanjó.
Moreno, por su parte, aseguró ayer que hay una relación «fluidísima» con el PP nacional y que el congreso de Sevilla es «una etapa pasada». El congreso se saldó con la reelección de la candidata de Génova Virginia Pérez como presidenta.
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