La gestión de la pandemia aleja a Merkel de su sucesor político
Armin Laschet, presidente de la CDU, se defiende de la crítica de la cancillera La jefa del Gobierno alemán ha pedido endurecer las medidas de protección
En su primer discurso programático con la vista puesta en las elecciones federales de Alemania del próximo mes de septiembre, el presidente de la CDU, Armin Laschet, no se anduvo con rodeos. «Todos habríamos deseado una vacunación más rápida y más vacunas, más posibilidades a través de más tests, un mejor rastreo digital de los contactos. Y es que todos queremos recuperar nuestras libertades», dijo ayer Laschet en una abierta autocrítica de la gestión que el gobierno federal y los 16 ejecutivos de los estados federados han realizado desde el inicio de la pandemia.
Laschet, que desde el pasado enero combina la presidencia de la conservadora Unión Demócrata Cristiana (CDU) con su labor como primer ministro del estado federado de Renania del NorteWestfalia, también lanzó una crítica indirecta a Angela Merkel: «Hoy les digo que lo vamos a cambiar, que lo vamos a hacer mejor. Me comprometo a ello personalmente».
El pasado domingo, la cancillera aprovechó una entrevista en la televisión pública alemana para cargar abiertamente contra Laschet y otros primeros ministros de estados federados por su negativa a introducir más restricciones de la vida pública en el llamado «freno de emergencia» acordado: en caso de superar una incidencia de 100 casos por cada 100.000 habitantes en una semana, los gobiernos regionales se comprometían a endurecer las restricciones. Para Merkel está ocurriendo con demasiada lentitud, y amenaza con tomar cartas en el asunto desde el gobierno federal.
No es la primera vez que Laschet levanta la voz contra el liderazgo de Merkel y sus críticas a los gobiernos regionales en la gestión de la pandemia. Con el discurso de este martes, que es una especie de primera piedra del programa electoral de la CDU para los próximos comicios federales a los que la actual cancillera ya no se presentará, el presidente de la CDU intenta distanciarse de Merkel y reforzar un perfil propio para su candidatura a la cancillería.
Laschet presentó ayer lo que son las líneas maestras de su visión para el futuro de Alemania: refuerzo de infraestructuras industriales, recuperación de la producción nacional de medicamentos y vacunas, lucha contra el cambio climático y protección del medioambiente que no supongan más reglas y mayor burocratización –en un claro guiño a los ecoliberales de Los Verdes, posibles socios de coalición–, proeuropeísmo sin concesiones frente al discurso nacionalista de la ultraderecha de Alternativa para Alemania, impulso de la iniciativa privada con un papel limitado del Estado y digitalización de la economía como medio para mantener puestos de trabajo.
Estas son las cartas con las que Armin Laschet quiere construir su candidatura a la cancillería, una pretensión que mantiene pese a languidecer en las encuestas de popularidad. La llamada cuestión-K –es decir, el nombre del candidato a la cancillería de la unión conservadora CDU-CSU– siguen sin solventarse. Markus Söder, el primer ministro socialcristiano de Baviera, es la única alternativa: está mejor valorado en las encuestas y defiende a capa y espada a Merkel.