EEUU e Irán comienzan a reflotar su pacto nuclear con buen pie
Washington y Teherán retoman un diálogo que se prevé largo y complicado con mediación europea El jefe de la delegación iraní ve «constructivas» las conversaciones y Moscú habla de éxito
No se sientan en la misma mesa, en la misma sala y ni siquiera en el mismo hotel y su encuentro a través de intermediarios europeos requiere de malabarismos diplomáticos, pero Estados Unidos e Irán dieron ayer en Viena el primer paso práctico en el complicado proceso por el que se intenta resucitar el acuerdo multilateral del 2015 sobre el programa nuclear militar de Teherán, del que Donald Trump sacó a EEUU en el 2018.
Delegaciones de los dos países participaron, sin encuentro directo entre ellos, en la primera reunión de la Comisión Conjunta del JCPOA (las siglas en inglés del Pacto de Acción Integral Conjunto). Esas conversaciones, presididas por la Unión Europea y con la participación también de los otros firmantes (Alemania, Francia, Reino Unido, China y Rusia) se iniciaron con buen pie a tenor de las declaraciones de varios diplomáticos.
Como «constructivas» las definió Abbas Araqchi, el viceministro de Asuntos Exteriores que lidera la delegación iraní en la capital austriaca, de la que también forman parte representantes del Banco Central, del Ministerio de petróleo y de su organización de energía atómica. Y Mijail Ulianov, embajador de Moscú ante organizaciones internacionales en Viena, calificó la primera jornada de «exitosa».
Ulianov detalló que dos grupos de trabajo de expertos, uno centrado en el levantamiento de sanciones y otro focalizado en cuestiones nucleares, salieron de la cita con el encargo de identificar medidas concretas que Washington y Teherán deben adoptar para restaurar la plena implementación del JCPOA y comenzaron su trabajo «inmediatamente». El éxito de las conversaciones no está ni mucho menos asegurado, el diálogo se presenta largo y complicado y la posibilidad de entablarlo directamente aún es remota, pero el capítulo inicial en Viena, con diplomáticos moviéndose en lanzaderas entre el hotel Grand y el Imperial, al menos representa el fin del bloqueo que se había instaurado entre Washington y Teherán tras el abandono de Trump del pacto y la reimposición de duras sanciones, a las que Irán replicó vulnerando los términos, limites y condiciones que le imponía el acuerdo multilateral adoptado.
«Esperamos que haya porciones difíciles, que sea un proceso largo, pero seguimos creyendo que una vía diplomática es la adecuada y que tiene beneficios para todas las partes», dijo Jen Psaki, secretaria de prensa de la Casa Blanca de Joe Biden.
El primer gran escollo que se plantea en estos primeros momentos es la exigencia de Irán de que Washington levante todas las sanciones para empezar a dar sus propios pasos para reajustarse a los términos del acuerdo, una condición que rechaza la Administración Biden, que descarta «gestos unilaterales» y exige a Teherán el estricto cumplimiento del pacto.
INCUMPLIMIENTOS Robert Malley, el enviado especial de EEUU, que ya ayudó a negociar el acuerdo original cuando formaba parte del Consejo de Seguridad Nacional de Barack Obama, recordó en una entrevista con la radio publica estadounidense que los iranís «cada día incumplen más» sus obligaciones, y subrayó el aumento de su uranio enriquecido, la experimentación con centrífugos más avanzados de los que le permitía el pacto y las restricciones al acceso de los observadores de la Organización Internacional de Energía Atómica.
Según Araghchi, el negociador iraní, ayer rechazaron una propuesta estadounidense concreta que calificó de «ridícula» por la que se habría descongelado para los iranís el acceso a 1.000 millones de dólares de beneficios petrolíferos a los que hoy no tienen acceso por sanciones a cambio de que suspendiera su producción de uranio enriquecido al 20%. El baile diplomático continúa. La próxima reunión será el viernes.