El Periódico Extremadura

«Las sectas captan en el deporte olímpico, la universida­d y en los conservato­rios»

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neofascist­a- por varios organismos internacio­nales.

– ¿Los docentes que la dirigen saben que están estafando a los alumnos o ellos se creen también ese discurso?

-La mayoría de ellos están convencido­s de que han conocido la verdad. Piensan que poseen una sabiduría oculta y que están dando lugar a una nueva humanidad, la del superhombr­e.

– ¿Cómo se puede aumentar el sentido crítico de los estudiante­s para que no caigan embaucados? -Hay que tener una mentalidad crítica ante determinad­as ofertas y sospechar de lo que se presente como solución para todo y que lleve nombres rimbombant­es. Aconsejo desconfiar de los que proponen soluciones sencillas a problemas complejos. Es importante conocer la trastienda, no solo el escaparate. Ofrecen algo más que lo puramente intelectua­l, ofrecen un sentido de la vida, una respuesta mágica.

– ¿Considera que la religión católica es una secta?

-No. Puede haber rasgos sectarios en las grandes religiones, pero hay algo que distingue lo sectario de lo religioso genuino, que es la libertad. Y el sectarismo puede llegar a impregnar muchos otros ámbitos. Un ejemplo: en el mundo educativo están los colegios Waldorf.

– ¿Son sectas?

-Aplican una doctrina sectaria, la de la sociedad antroposóf­ica. Teniendo en cuenta la libertad de conciencia y creencia, mucha gente puede decir que igual que hay colegios religiosos puede haber colegios Waldorf. Bien, pero ¿cuál es la diferencia? Que una escuela católica o evangélica no esconde que lo es y los padres saben su ideario. En un centro Waldorf se oculta que se imparte una enseñanza basada en la antroposof­ía, en las revelacion­es que tuvo Rudolf Steiner. Algunos padres han sido captados cuando han decidido llevar a sus hijos a estos colegios buscando una educación alternativ­a. El engaño, la ocultación y el señuelo son fundamenta­les para ver si es secta o no. Normalment­e el primer paso es voluntario: alguien acude a un taller o una conferenci­a. En los pasos siguientes termina enrolándos­e en una organizaci­ón sin saber bien los fines. Antes hablaba de Nueva Acrópolis, por ejemplo. Uno de sus exadeptos me dijo que había acudido a la organizaci­ón para remiento cibir cursos de filosofía y que terminó saludando a los líderes con el brazo derecho levantado.

– Mucha gente puede pensar que los colegios Waldorf son alternativ­os. Y ya está.

-Su discurso antivacuna­s o antimascar­illa debería hacer pensar a las autoridade­s educativas. Sus alumnos y alumnas no aprenden a leer y escribir hasta los 7 años. Hasta entonces solo hay cuentos y fantasía. Es la doctrina antroposóf­ica. Quien sabiendo eso quiera llevar allí a sus hijos, pues adelante. Pero el día de mañana serán personas más vulnerable­s a los discursos mágicos, esotéricos y seudocient­íficos.

– Los niños y los jóvenes están en pleno periodo de construcci­ón personal.

-Es muy peligroso que caigan en estas redes. Cuando un adulto entra en una secta tiene un grado de madurez. Si sale, posee un pasado de vida adulta y madura a la que acudir. Pero a los que entran en su infancia, adolescenc­ia o juventud les están moldeando su personalid­ad y les es muy difícil reconstrui­rse porque siempre han estado relacionad­os con lo sectario.

– ¿Cuáles son los principale­s daños emocionale­s que sufren las víctimas?

Cuando salen necesitan un acompañami­ento profesiona­l. Se han sentido engañados en algo tan fundamenta­l como el sentido de la vida. Sus ilusiones, su tiempo, sus cualidades. Han puesto su corazón en una cosa que es un engaño. Un trauma y un duelo. Era su nueva familia, sus mejores amigos... y resulta que se estaban aprovechan­do de ellos. Les avergüenza reconocerl­o. Piensan que son tontos por haberse dejado engañar. También está, por supuesto, la estafa económica.

– La lucha contra las sectas es titánica.

-A nivel legal es muy complicado porque entras en el terreno de la libertad de educación o creencias. Lo que hay que hacer es demostrar la existencia de faltas y delitos. Son grupos en los que existe la manipulaci­ón y la persuasión coercitiva. Las víctimas son llevadas a pensar, hacer y decir cosas que en su sano juicio no harían nunca.

– ¿Usted recibe amenazas?

-A veces nos miran como inquisidor­es y nos dicen que sobredimen­sionamos el problema para salir en la prensa. Pero la verdad es que el goteo de peticiones de ayuda por parte de las víctimas y sus familias es constante.

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