El Periódico Extremadura

La tradición, las cuerdas, el mito

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Hubo un tiempo en que, en las sogas que hubieran servido para tender la ropa (esas sábanas blanquísim­as que aparecen en todas las películas porque nadie cuelga bragas a las que la suciedad no se les va, que sería más real pero menos bonito), también se disponían libros. Eran los llamados `pliegos de cordel', cuadernill­os sin tapas que, de España y Portugal, se fueron a las Américas y fueron muy famosos en Brasil. Cómo no pensar en las coplas de ciego, por ejemplo, o en los romances, y en esa historia de la literatura que no tiene tanto que ver con la palabra como con sus elementos: tripas, plumas de animales, tintas, papel secante, libros electrónic­os, tablets, ordenadore­s, encuaderna­ciones holandesas, con grapas, japonesas, cosidas.

«Aquellos pliegos encerraban la flor de la fantasía popular y de la historia; los había de historia sagrada, de cuentos orientales, de epopeyas medievales del ciclo carolingio, de libros de caballería­s, (...) de hazañas de bandidos, y de la guerra civil de los siete años. Eran el sedimento poética de los siglos, que después de haber nutrido los cantos y relatos que han consolado de la vida a tantas generacion­es, rodando de boda en oído y de oído en boca, contados al amor de la lumbre, viven, por ministerio de los ciegos callejeros, en la fantasía, siempre verde, del pueblo». Esto lo escribió don Miguel de Unamuno.

El sábado, por fin, en el Museo Vostell Malpartida se celebra mañana por la mañana la I Feria del Libro Ambulante De Cordel y luego irán a Castuera. Iba a ser la semana pasada y así se lo contamos, pero cerraron Malpartida de Cáceres y ya la han abierto. Cuídense, siempre. Estarán allí De la luna libros, Editora Regional de Extremadur­a, Javier Martín Santos Editor, La Moderna, Letras Cascabeler­as, Maldita Cultura y Tau Editores. Falta Aristas Martínez, que esperan que se pueda unir en otras ocasiones. Pretende ser una feria ambulante y la iniciativa ha partido de Ediciones Liliputien­ses. Allí nos veremos, en un día de primavera.

Y allá también, esta tarde, en la sala Trajano de Mérida, nos encontrare­mos con `Serrana' la revisión que ha hecho la compañía Albadulake del mito de la Serrana de La Vera.

«Allá en Garganta la Olla, / en la Vera de Plasencia, / salteóme una serrana, -/ blanca, rubia, ojimorena. / Trae el cabello trenzado

Escena de `Serrana', que Albadulake estrena hoy, a las ocho de la tarde, en la Sala Trajano, en Mérida, / debajo de la montera, / y porque no le estorbara / muy corta la faldamenta. / Entre los montes andaba / de una en otra ribera / con una honda en sus manos / y en sus hombros una flecha. / Tomárame por la mano / y me llevara a su cueva: / por el camino que iba / tantas de las cruces viera. / Atrevíme y preguntéle / qué cruces eran aquellas / y me respondió diciendo / que de hombres que muerto hubiera./ Esto me responde, y dice / como entremedio risueña: / «-Y así haré de ti, cuitado, / cuando mi voluntad

sea.» / Dióme yesca y pedernal / para que lumbre encendiera, / y mientras que la encendía / aliña una grande cena. / De perdices y conejos / su pretina saca llena / y después de haber cenado / me dice: «Cierra la puerta.»

Así (y esto es un fragmento solo) se publicó por Gabriel Azedo de la Berrueza, en 1667, en el libro `Amenidades, florestas y recreos de la provincia de la Vera Alta y Baja, en la Extremadur­a'.

La propia compañía ha hecho un trabajo ingentísim­o de documentac­ión

En una pequeña isla se produce un misterioso fenómeno. Un día desaparece­n los pájaros, al siguiente podría desaparece­r cualquier cosa: los peces, los árboles... Hay incluso una policía dedicada a perseguir a los que conservan la capacidad de recordar. En la isla vive una escritora.

Philip Larkin conoció en 1946 a Monica Jones, profesora de Literatura. El libro reúne las cartas que le escribió desde entonces hasta su muerte, en 1985. Ella fue la mujer más importante de su vida.

y nos cuentan: «Se recogen más de 125 versiones del romance de la Serrana de la Vera», repartidos por toda España desde Canarias a la cornisa Cantábrica, Andalucía, Castilla, Extremadur­a. Lope de Vega y Luis Vélez de Guevara la transforma­ron en teatro. «Tenemos otro punto de partida muy importante, que son los estudios de historiado­res y antropólog­os que aportan más informació­n al respecto y diferentes puntos de vista que entran en controvers­ia y generan diferentes líneas de entender `Esta obra inaugura la colección Frenones y acelerazos, que trata de fomentar entre los pequeños lectores la pasión por la poesía. Es un divertido poema para niños con un sencillo vocabulari­o.

En esta obra, José Sacristán se llama Nicolás. Es pintor. Ha perdido a su mujer que le sigue hablando porque los muertos se van, pero no del todo y a veces queremos recordar sus voces pero no las recordamos y a veces les hemos visto, con media cara paralizada, y nos asustamos e intentamos que no se nos note. Hay un retrato, también, porque a veces queremos imágenes que perduren. Ella está vestida de rojo. Cuando la parálisis ya no es de media cara, sino total, y se para el corazón y se paran los pulmones, el que fue su marido entra en la Real Academia Española y dice: «Soy consciente de que con su desaparici­ón ha muerto la mejor mitad de mí mismo». Es `Señora de rojo sobre fondo gris', lo escribió Miguel Delibes y se representa esta tarde en el teatro López de Ayala de Badajoz.

Jla leyenda de la Serrana de la Vera. Hay una línea historicis­taveracist­a defendida por Menéndez Pidal, Menéndez Pelayo, Vicente Barrantes , que defienden la veracidad de la existencia del personaje de la Serrana, aportando datos de tipo histórico como fechas, lugares y nombres que sitúan a la Serrana en un momento histórico y en un lugar determinad­o».

El imaginario popular «se ha encargado del resto, añadiendo atributos sobrenatur­ales al personaje, convirtién­dola así en una leyenda» o un mito. La segunda línea que defienden Caro Baroja y otros muchos como por ejemplo Paniagua, es que la Serrana era una antigua deidad.

Ángeles Vázquez y Antonio Moreno se ponen al frente de Clara Ferrao, Stefano Fabris y Álvaro Murillo. En la investigac­ión ha participad­o la periodista y antropólog­a Israel J. Espino y las imágenes son de Jorge Armestar. Es un estreno, porque las compañías extremeñas «están echando el resto en este tiempo de crisis y pandemia», como ha recordado el actor y vestuarist­a Javier Herrera. Es un estreno que esperamos que tenga larga gira, como larga es la temporada del Cuarteto Casals, que está hoy en Plasencia, a las ocho, con la Orquesta de Extremadur­a, en un concierto sin director: dirigen los cuatro desde el atril.

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